“Paralizar la especulación en la ciudad vieja”. Es uno de los principales objetivos del paquete de medidas que acaba de presentar la candidatura Compostela Aberta para, en el caso de llegar al Gobierno de Santiago, replantear la regulación que rige en la zona monumental de la capital gallega, un entorno afectado por una importante presión turística que, dicen, es necesario replantear para que el turismo sea “de calidad” y no dificulte la vida diaria del vecindario. Entre otros planes, explican, proyectan declarar el casco histórico como zona saturada de tiendas de souvenirs.
El candidato de CA a la alcaldía, Martiño Noriega, y el arquitecto Jorge Duarte, número tres de la candidatura, señalan que su programa concibe el casco histórico como “un motor y un símbolo de la ciudad” y, por eso, debe ser “cuidada con especial atención”. En este sentido, el primer paso, señala Duarte, sería establecer una “moratoria para la apertura de nuevos locales hoteleros” que permitiría, asegura Duarte, frenar la actual “expectativa de posibilidad de alquiler” que “lo único que provoca es que aumente la burbuja especulativa”.
En la línea de lo ya manifestado por representantes del sector hostelero, Compostela Aberta cree que “el ámbito de la zona monumental tiene un exceso de plazas” hoteleras que “provoca unos índices de ocupación demasiado escasos en la temporada baja”, lo que deriva en más precariedad e inestabilidad para el sector. El modo de aplicar esta moratoria “sería una modificación del plan especial” que rige en la zona histórica, declarada Patrimonio de la Humanidad, y “se centraría en la limitación de aperturas de nuevos hoteles, pensiones, albergues o apartamentos de alquiler”.
En lo referido a la declaración de nuevas “zonas saturadas” la finalidad sería aplicar la figura que ya rige para, por ejemplo, evitar las concentraciones de fuentes de ruido nocturno, con el objetivo de “fomentar el comercio tradicional de base local”. “Es muy triste -afirma Duarte- ver cómo proliferan los carteles de 'se alquila' mientras siguen proliferando las tiendas centradas en el merchandising que también elevan los precios de los alquileres artificialmente”. Preservar el comercio tradicional, detalla, implica también impedir el incremento de “usos ligados al ocio” en el mercado de abastos para que siga siendo “un espacio de comercio local”, que también es “atractivo para los turistas”.
La reformulación de la normativa del casco viejo, dice, se completaría con la reformulación de una de las decisiones más controvertidas del gobierno del PP, la ordenanza de terrazas, que sería modificada “en las primeras semanas de gobierno” atendiendo especialmente a evitar las terrazas cerradas y con estructuras fijas, una “privatización del espacio público” que “resulta inadmisible en una ciudad patrimonio de la humanidad”. “Nos preocupa mucho la regulación de usos en la ciudad histórica”, resume Noriega, quien advierte de que Compostela Abierta ve el turismo como “necesario e importante en la economía local”, si bien resulta “igual de importante” que “este turismo sea de calidad, tanto para quien nos visita como para el vecindario de Santiago”.