Los contagios de COVID-19 se han disparado en Galicia. En las últimas 24 horas se han detectado 367 nuevos casos, un nivel que no se registraba desde mediados del mes de febrero, cuando la curva de la tercera ola iba en descenso. En los últimos 10 días, en los que aparecieron los macrobrotes ligados a los viajes de fin de curso a Mallorca y otros, como uno en Carnota, relacionados con celebraciones, los casos activos se han duplicado. El día 27 de junio eran 1.451 y este miércoles la cifra roza ya los 3.000.
El incremento de los casos no se está dejando notar en las unidades de cuidados intensivos, que se mantienen estables, con 12 personas ingresadas con COVID-19 en la actualidad. Sí ha aumentado la cifra de pacientes que están en planta. Son 46, frente a las 36 que había hace diez días. La incidencia se ha incrementado especialmente entre los más jóvenes, de acuerdo con la Consellería de Sanidade. Los llamamientos, tanto del titular de este departamento, Julio García Comesaña, como del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, a la prudencia entre los jóvenes se han sucedido en los últimos días. Al mismo tiempo, el Gobierno gallego permitió la reapertura del ocio nocturno, que llevaba sin actividad desde agosto del año pasado.
El incremento de los casos ha llevado a la Xunta a elevar las restricciones en varios municipios. Los brotes ligados a viajes a Mallorca ya provocaron la semana pasada que los pubs y discotecas no pudiesen llegar a abrir en Pontevedra. Tras la última reunión del comité clínico, se ha informado de que pasan al nivel alto de restricciones Sarria (Lugo), Cambados, A Illa de Arousa, Vilanova de Arousa y Vilagarcía de Arousa (Pontevedra). Esto supone que queda prohibido el consumo en el interior en la hostelería y las terrazas se pueden ocupar solo al 50%. La hora de cierre se fija en la una de la madrugada y se recomienda que los grupos no sean de más de seis personas en interiores y 15 en exteriores.
En nivel medio pasan a estar Culleredo (A Coruña), Rivadavia, Ourense, Barbadás (Ourense), Caldas de Reis, Poio, Pontevedra, Marín, Redondela y Salceda de Caselas (Pontevedra). En estos casos el interior de la hostelería estará al 30% y las terrazas, al 50%. El límite de hora es también la una de la madrugada.
Desde que comenzó la pandemia se han comunicado en Galicia 2.438 muertes con COVID-19. En la última semana han sido dos los fallecimientos de los que se ha informado. El último de ellos fue el de una mujer de 88 años y se produjo el día 5.