La Asociación de Escritores en Lingua Galega (AELG) organiza a partir del próximo viernes 9 de noviembre un taller sobre la relación entre el mar y la literatura, que estará coordinado por Xurxo Souto, y que se realizará hasta final de año todos los viernes en el Club del Mar de Santo Amaro, en A Coruña. Habrá charlas, debates y rutas, en los que estarán muy presentes los cuentos marineros, las leyendas mitológicas, la toponimia y talasonimia del mar de A Coruña, la importancia del gremio de mareantes o la influencia de la emigración marítima.
“Vivimos como terrícolas y terrícolos cuando el mar está ahí siempre batiendo”, se queja Xurxo Souto que vamos poco a poco perdiendo nuestra relación con el mar, incluso teniéndolo siempre delante, poniendo una frontera en la línea de costa: “queremos destacar la idea de que el mar no es algo gremial, no es algo que pertenezca sólo a los marineros, ni a las mariscadoras, ni a los armadores ni a los ecologistas. El mar no es que sea de todos sino que todos somos del mar”, dice. “Es como cuando le preguntaron a Steffan Mörling por que había venido a vivir a este final de la Tierra. El sueco respondió rotundo: Un momentiño, Galicia no es un final de la Tierra, es un centro del mar”, concluye. Y recuerda: “Cuando termina la tangana de los hombres ya sólo se escucha el ruido del mar diciendo la palabra mágica: Orzán, Orzán, Orzán...”
El taller quiere recuperar “todas las historias náuticas que conforman nuestras ciudades”. Se trata de recoger todos esos estímulos atlánticos para dar forma a la literatura de las pequeñas historias. Historias como las de Breogán o las que rodean a la torre de Hércules. “Tan fecunda es la tradición evocadora que incluso disponemos de unos seres mitológicos propios: Los hombres marinos, esos que saltan por el mar del Orzán, tal como describió en el siglo XVII el cardenal Gerónimo del Hoyo”, dice Souto.
“Nos roban el mar, parece que sólo pertenece a un gremio determinado. Nos falta educación general básica. El objetivo de este taller es hablar del mar con ojos terrícolas”. Por eso uno de los objetivos del taller es dar a conocer la toponimia y talasonimia del mar de A Coruña: “El mar está ahí, claro. Pero nosotros lo vemos cómo terrícolas y ni siquiera sabemos los nombres de las piedras. Todos fuimos a la Torre de Hércules pero no sabemos que esa roca es El Gueivoteiro y que al lado está A Arrabaleira o O Grello”.
El taller también servirá para calentar motores para la celebración por tercer año consecutivo del homenaje a Lugris, el gran pintor de las cosas del mar, que ya el pasado año sirvió para hermanar las ciudades de A Coruña y de Vigo, unidas por el mismo océano: “A Coruña y Vigo son la misma ciudad. Desde el punto de vista del mar A Coruña y Vigo son dos pantalanes, dos puntos de arribada de un mismo océano”.
Es tan simple como considerar el mar como un camino y no como una frontera: “Si consideramos A Coruña como una ciudad-barco, queda pequeña a palabra cosmopolita. A través del mar las conversaciones más humildes adquieren una dimensión planetaria: un vecino que te habla de Capetón o de Antuerpe. Se habla ahora de mestizaje cuando los gallegos les llevamos 70 años de ventaja: todos tenemos un abuelo o una abuela que estuvo en Buenos Aires o Cuba y algún familiar que pesca atún cimarrón en el índico”. Xurxo Souto recuerda también que “para los miembros de la Generación Nós A Coruña quedaba más cerca de la Habana que de Madrid”.
La importancia de San Amaro
Tampoco es casual el lugar en el que se celebra el taller: el Club del Mar de San Amaro. Se creó en la República para los obreros porque los obreros también tenían derecho a disfrutar del mar y necesitaban además un lugar en el que lavarse la suciedad de la fábrica. Hasta entonces parecía que los baños de mar eran algo reservado a la aristocracia y a la burguesía. Es también la playa donde ahogó el poeta romántico Aurelio Aguirre. Xurxo Souto destaca como “en nuestro contexto más próximo, en el centro de Monte Alto, aparecen la gran mitología del mar y la dignidad humilde de los obreros”.
En el taller habrá debates y conversaciones sobre todos estos temas y también recogidas de historias del mar, “porque todos conocemos a algún marinero o a alguien que estuvo embarcado”. Con todo eso se creará un blog. Además, se harán dos rutas como mínimo. Una por la zona de la Torre de Hércules para conocer todos los nombres de las rocas. Y otro por el casco viejo buscando la huella del gremio de mareantes, que fue muy importante en la ciudad.