El desalojo de un piso trampa en Vigo descubre un hombre muerto que llevaba días enfermo sin atención médica
Se llamaba Ricardo, aparentaba unos 60 años de edad -aunque seguramente tuviese algunos menos-, era natural de Madrid y pedía limosna por las calles de Vigo. Son algunos de los datos que han ofrecido los vecinos de la calle Fisterra sobre el hombre que apareció muerto esta mañana durante el desalojo forzoso de los números 11 y 13. Dos inmuebles en grave riesgo de incendio por el estado de su instalación eléctrica y que el ayuntamiento solicitó vaciar días después de que un chispazo en el cuadro de luces de otro edificio deteriorado provocase un fuego en el que murieron una madre y sus tres hijos.
Hace unos días, varios de los residentes se marcharon por voluntad propia. Este miércoles, con el respaldo del juzgado, se ha hecho efectiva la marcha del resto, casi una treintena. Mientras dure la situación de emergencia, el concello se hace cargo de su alojamiento.
El cadáver del hombre fue encontrado en una de las habitaciones del número 13, al igual que el portal contiguo, una pensión sin licencia donde personas con poco recursos convivían con ratas, chinches y cucarachas entre suciedad y marañas de cables. A primera hora de la mañana, uno de los compañeros de piso del fallecido alertó a la policía local de que percibía “un fuerte olor” dentro de su habitación. Fuentes policiales confirmaron a Europa Press que el cuerpo llevaba varios días en el interior del edificio.
Por ahora se desconocen las causas del fallecimiento, aunque los vecinos han asegurado que el hombre, que era diabético, llevaba semanas enfermo y “con mala cara”, aunque no quiso acudir a un centro de salud. “Le pasa a muchos enfermos crónicos que viven en la pobreza. Que los hospitalicen durante una crisis para luego tener que regresar a esta situación no resulta una buena experiencia”.
Quien así habla es Antón Bouzas, uno de los representantes del colectivo Os Ninguéns que siguió lo sucedido a pie de calle. Una vez retirado el cuerpo de Ricardo, hacia las nueve de la mañana, comenzó el desalojo.
14 muertes desde el verano
En su cuenta el red social X (antes twitter), y a la espera de conocer las causas del fallecimiento, Os Ninguéns dejaban claro que, para ellos, “ninguna muerte en la calle o en una infravivienda es natural”, como no lo es “malvivir en un piso insalubre lleno de humedades y chinches y acabar falleciendo de forma prematura”. Consideran “insoportable” que, desde el verano, hayan muerto en Vigo “14 compañeros empobrecidos”.
El portavoz del BNG, que protagonizó una agria polémica con el equipo de gobierno en el último pleno, se preguntaba “¿Cuántas personas más tienen que malmorir en la mejor ciudad para vivir para que la Xunta y el Ayuntamiento actúen?”.
Por su parte, la concejala de Benestar Social, Yolanda Aguiar, ha destacado el trabajo llevado a cabo por las concejalías de Seguridad, Urbanismo y Política Social para la atención de las necesidades básicas de los 46 desalojados de ambos inmuebles.
En una intervención en la que no hizo mención al fallecido, ha explicado que se ha puesto a disposición de los mismos un alojamiento alternativo y se ha cubierto su traslado. También se ha establecido un servicio de etiquetado y consigna de sus enseres y otro servicio de guarda y custodia de sus mascotas hasta que puedan acceder a una residencia de carácter definitivo.
Según sus cifras, por ahora hasta 28 personas están en establecimientos hoteleros de la ciudad, mientras que siete ya han encontrado una solución residencial alternativa con financiación municipal de la fianza, el aval y las primeras mensualidades. Tres de estos moradores están en recursos municipales con un piso básico y de transición a la vida autónoma y ocho han manifestado no tener necesidad de asistencia de los servicios sociales.
Aguiar ha reivindicado que “el trabajo social no acaba aquí”, sino que el Ayuntamiento está implicado en la búsqueda de soluciones de vivienda definitivas para estas personas, por lo que también se financiarán las primeras mensualidades cuando se encuentren pisos en los que poder residir.
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