Baltar también gana en el voto emigrante de Ourense y evita que el PSdeG sume un escaño
Como era previsible, nada cambia. Este lunes las Audiencias Provinciales de Galicia han acogido el recuento del conocido popularmente como voto emigrante, los sufragios emitidos por personas integradas en el Censo de Residentes Ausentes (CERA). Frente a los tensos escrutinios de antaño, cuando la práctica ausencia de controles en esta votación derivaba en sufragios tan masivos como opacos que llegaron a condicionar mayorías parlamentarias, la introducción del voto rogado ha provocado una caída en picado de la participación y con ella, el CERA se ha instalado en la irrelevancia también en las recientes elecciones gallegas, tras las que el PSdeG se quedó a sólo 150 votos de arrebatarle al PP un escaño por Ourense. Pero, también en la emigración, los de Baltar se han impuesto.
Con apenas 2.000 votos emitidos, la victoria baltarista ha sido más o menos tan aplastante como en el interior. Han sido 1.059 votos para el PP frente a sólo 344 para el PSdeG.
Los socialistas se han quedado, por lo tanto, más lejos de lo que estaban de un escaño que habría supuesto que los conservadores pasasen en Ourense de 9 a 8 y los socialistas, de 2 a 3. Pero, sobre todo, habría implicado deshacer el empate a 14 escaños entre En Marea y PSdeG con el que, en el conjunto de Galicia, se saldó el 25S. De haber tenido fortuna en el sufragio exterior, los socialistas habrían recuperado su condición de segunda fuerza parlamentaria en escaños, aunque con menos votos en las urnas.
Como en otras ocasiones, los votos de los residentes ausentes al margen de PP y PSOE han sido todavía más testimoniales. En este caso, En Marea ha tenido 214 sufragios y el BNG, 58. Una vez despejada la incógnita del CERA ourensano cabe dar por cerrado el resultado de las elecciones gallegas a efectos prácticos, toda vez que es prácticamente imposible que el recuento del voto emigrante de las otras tres circunscripciones o los recursos e impugnaciones sobre mesas o papeletas concretas puedan alterar el resultado final y, mucho menos, la mayoría absoluta del PP.