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Encierros y reivindicaciones laborales: el pasado sindicalista de Feijóo que olvida el vídeo biográfico de su candidatura

Gonzalo Cortizo

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La primera vez que Alberto Núñez Feijóo usó la moqueta de un despacho de la Xunta lo hizo para dormir sobre ella durante un encierro sindical. Corría el año 1988 y el líder del PP contaba su primer trienio como interino en los servicios jurídicos de la Administración autonómica. Pero Feijóo quería un cargo y para acelerar su propósito se enroló en el sindicalismo con un programa electoral muy básico: convertir en fijos a todos los temporales. Nada que ver con sus actuales quejas sobre el elevado número de sueldos públicos que asume el Estado. El reciente vídeo biográfico distribuido por el Partido Popular en precampaña olvida esa etapa de la vida de Feijóo, la de sus inicios como funcionario de baja escala con aspiraciones a despacho y plaza fija.

El sindicato que lideró Feijóo se llamaba Asociación de Funcionarios Interinos e Contratados Administrativos (Afica). Con esas siglas ganó sus primeras elecciones y se convirtió en el delegado de personal de los servicios centrales de la Xunta. Pero la vida del Feijóo sindicalista duró poco. Así lo explica quien fuera secretario xeral del sindicato CIG para la Administración autonómica, Xoa Carlos Ansia: “El sindicato de Feijóo desapareció cuando consiguieron su puesto de funcionarios. Más que un sindicato era un lobby que peleaba por unas oposiciones a la carta para aprobar con facilidad y pasar al grupo A de la administración”. Entre las reclamaciones que Feijóo defendió en aquellos meses se encontraba el derecho a realizar el examen para obtener la plaza hasta tres veces, en caso de suspender en los dos primeros intentos.

En aquella época, según cuenta Ansia, “Feijóo iba de progre”. La Xunta estaba en manos del PSOE, con Fernando González Laxe en la presidencia al mando de un tripartito con dos partidos nacionalistas de centro y el Palacio de la Moncloa estaba habitado por Felipe González, de quien Feijóo se declaró votante en varias ocasiones. Según relata a esta redacción un miembro de aquel Gobierno de la Xunta, varios de los dirigentes del sindicato en el que militaba Feijóo acabarían siendo altos cargos del Gobierno con la llegada del PP. Fue el caso del propio Feijóo o de Carlos Negreira, su inseparable compañero en los primeros intentos de tocar poder y que, posteriormente, sería alcalde de A Coruña (2011-2015).

El primer puesto de responsabilidad para Feijóo le llegó de la mano del exministro de Sanidad, José Manuel Romay Beccaría. Romay era entonces el conselleiro de Agricultura del primer Gobierno de Manuel Fraga y encargó a Feijóo la secretaría general técnica de su departamento. Más tarde, siendo ministro de Sanidad, lo reclutó para presidir el Insalud, en lo que sería la primera aventura en Madrid de Feijóo. También fue a través de Romay como llegó Feijóo a la vida del narcotraficante Marcial Dorado, otro capítulo de su periplo que olvida el video biográfico distribuido por el PP. Aquella relación se trabó a través de Manuel Cruz, socio de Dorado y, a la vez, chófer personal del exministro de sanidad.

Los olvidos interesados en el vídeo sirven para dibujar a un Feijóo que el PP define como “un político que no quería ser político”. Dicho en otras palabras, el PP intenta colocar el argumento de que su actual líder tenía un proyecto de vida alejado del poder y en el que ejercer su profesión. Pero la realidad fue otra: el máximo dirigente del Partido Popular empezó peleando por un cargo de funcionario y creó para ello un sindicato instrumental. Aupado a la representación de los trabajadores en la Xunta, los cargos no tardaron en llegar. Pero lo hicieron con gobiernos de la derecha y no del PSOE, como el propio Feijóo pareció pronosticar en sus inicios. A partir de entonces las moquetas estarían en la vida del político gallego pero nunca más como cama improvisada durante un encierro sindical.