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Feijóo planea compatibilizar la presidencia del PP y de la Xunta en las primeras semanas

Gonzalo Cortizo

2 de marzo de 2022 12:52 h

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Durante los primeros compases del nuevo tiempo en el Partido Popular Galicia se gobernará desde la calle Génova y el PP estará controlado desde Galicia. Alberto Núñez Feijóo ha advertido este miércoles que no piensa abandonar sus labores de Gobierno de manera inmediata. “Galicia no la voy a abandonar en un mes”, ha asegurado en un acto con sabor a despedida en la sede del diario La Voz de Galicia. La afirmación se produce solo unas horas antes del acto convocado por Feijóo para formalizar públicamente su decisión de dar el salto a Madrid.

“Es una decisión precipitada por los últimos días y semanas, pero también meditada durante los últimos años. Es una combinación de meditación y precipitación, aunque parezca contradictorio”, ha explicado Feijóo, que ha destacado además que “nunca” pensó que “tendría que tomar esa decisión”.

Los planes que baraja el equipo del barón gallego pasan por mantener todos sus cargos hasta que se confirmen sus opciones de acudir a un congreso sin riesgo de derrota. En el ambiente planea el temor a que el exsecretario general del Partido Popular, Teodoro García Egea, pretenda montar una candidatura que debilite a Feijóo. Este martes se vio a García Egea reunido con Miguel Tellado, secretario general del PP de Galicia, en una cafetería cercana a la sede central del PP en Madrid. Desde el entorno de Feijóo le quitan importancia a ese encuentro que reducen a un café compartido entre dos compañeros de partido.

Lo que nadie aclara es durante cuánto tiempo pretende seguir Feijóo presidiendo la comunidad gallega tras dar el salto al poder total de la formación conservadora. Fuentes del PP gallego confirman a elDiario.es que se plantea la posibilidad de convertir a Feijóo en senador por designación autonómica. Para eso tendría que dimitir uno de los dos senadores que ocupan escaño por elección directa del Parlamento de Galicia. El movimiento impulsaría a Feijóo a la presidencia de los grupos parlamentarios de la formación (Congreso y Senado) con posibilidad para empezar a medir sus fuerzas con Pedro Sánchez durante las sesiones de control en la cámara baja.

El único reloj sobre el que Feijóo no tiene control es el orgánico. Quizás el más complicado en una Galicia en la que hay un PP en tres provincias (A Coruña, Lugo y Pontevedra) y otro en Ourense, en manos de la familia Baltar desde hace dos generaciones. El Partido Popular de Ourense, tradicionalmente enfrentado al estandarte de los birretes que representa Feijóo, apenas ha dicho nada sobre cómo afrontar el proceso de sucesión. Antes de ir al congreso que lo elegirá como sustituto de Casado, Feijóo tendrá que resolver la sucesión orgánica en su tierra.