El Instituto de Transición Justa, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, ha comunicado a las principales organizaciones ecologistas que la reapertura de la central térmica de As Pontes (A Coruña) está sobre la mesa. En una reunión celebrada este martes, el Gobierno les explicó los tres escenarios que podría plantear el informe encargado sobre la materia a Red Eléctrica, todos condicionados por las consecuencias de la guerra de Ucrania y la ruptura de relaciones con Rusia. Dos de ellos incluyen la vuelta a la quema de carbón en As Pontes. La decisión definitiva del ministerio se conocerá a finales de este mes o ya durante agosto.
El cierre definitivo de As Pontes, la mayor térmica de España y la que más emisiones de CO2 producía, estaba programado para este mes. Sería el final a un largo proceso a solicitud de Endesa -la propietaria- en 2019, cuando se produjo lo que algunos ambientalistas denominan el colapso del carbón. La mina que abastecía la central se había agotado muchos años antes, y su funcionamiento empezó a depender de mineral importado. La combinación de altos precios y las normativas europeas sobre emisiones la abocó a diseñar su final. Pero la invasión rusa de Ucrania ha cambiado el horizonte.
En la reunión convocada por el Instituto de Transición Justa -organismo autónomo que se encarga de diseñar los convenios para zonas “donde se apaga el carbón”- estaban presentes miembros de Greenpeace, Ecologistas en Acción, WWF o Amigos da Terra. También otras personas implicadas en el movimiento por el cierre del carbón. Allí recibieron información sobre los planes del Gobierno y las tres vías posibles del estudio de Red Eléctrica. Esta empresa, participada por el SEPI, es el operador del sistema eléctrico español.
La primera sería que se reafirmase en el anterior informe, que prescribía el cierre de todas las centrales térmicas. No parece probable, toda vez que un corte del suministro de gas procedente de Rusia como respuesta a las sanciones de la UE tras el ataque militar de Putin a Ucrania es una posibilidad real e incidiría en la política energética europea. La segunda hipótesis parte de una elevada carestía del gas ruso, o de su corte total, e implicaría la reapertura de As Pontes sin fecha de cierre, a pesar de que España es menos dependiente de ese combustible que otros Estados europeos. La tercera, que algunas fuentes consultadas señalan como la más factible, sería retrasar el cierre definitivo de la central y mantenerla en stand by a la espera del plan de contingencia con el que la Unión Europea afrontará una hipotética suspensión de suministro de gas ruso.
En caso de que finalmente se volviese a encender, solo funcionarían dos grupos de la central térmica. Los otros dos están inoperativos desde hace años, por no haberse adaptado a las normativas de emisiones contaminantes. La medida sería “coyuntural”, o al menos eso han interpretado algunas personas presentes en el encuentro de este martes. Durante su última etapa activa, As Pontes alimentó de un mix de carbón colombiano ruso. Estaría por ver de donde compraría ahora Endesa el mineral. “El mercado del carbón está muy complicado y muy caro”, señala un conocedor del sector. Red Eléctrica tiene la capacidad legal de establecer las “necesidades de consumo” y, mediante esa figura, conminar a Endesa a mantener encendida la central.