La Inspección considera “desaparecida” a la empresa auxiliar del naval de Vigo que anunció un ERE por Whatsapp
La Inspección de Trabajo considera que lo que ha hecho la empresa del auxiliar del naval de Vigo Soling Instalaciones es un despido tácito. La compañía envió el 25 de febrero un mensaje a través de Whatsapp a tres representantes de los trabajadores en el que les anunciaba su intención de tramitar un expediente de regulación de empleo (ERE) extintivo para los 77 empleados. Los trabajadores recurrieron a la autoridad laboral ante la situación: en los días siguientes se encontraron las instalaciones cerradas y un papel con un mensaje informando también del ERE y el teléfono de un despacho de abogados. Hay un “cierre o desaparición de la empresa”, no da trabajo ni ha pagado el salario a la plantilla y ha roto la comunicación con esta, dice el informe de la Inspección.
En sus conclusiones, este organismo señala que el empresario “ni cumple con los requisitos formales legalmente exigidos, ni manifiesta, de forma expresa y clara, su voluntad de poner fin a la relación laboral”, aunque “podría deducirse de su comportamiento”. Esto debido a la “falta de ocupación efectiva y de retribución” para sus trabajadores y al “cierre o desaparición de la empresa”, ya que “ha roto la comunicación con los trabajadores” y delega en una tercera compañía dicha comunicación, “que sí responde a las llamadas de la Inspección de Trabajo, pero no a los trabajadores ni a sus representantes”, según el informe, citado por Europa Press.
Antes del mensaje de Whatsapp del 25 de febrero, los trabajadores llevaban ya tres semanas de vacaciones obligadas. A principios de año la empresa había sido vendida y el nuevo administrador fue a las instalaciones a comunicar que se iba a parar la actividad. Xulio Fernández, de la CIG, es uno de los delegados sindicales. Asegura que este nuevo administrador se presentó como Yakov Villasmil y que rechazó dar el nombre de la nueva empresa propietaria.
Xulio Fernández calificó de “inconcebible” la forma de actuar de los nuevos responsables de la empresa y los acusó de “mala fe”. La venta, sospecha, se pactó con la intención de “librarse de los trabajadores y liquidar”. Y señala que la negociación de un ERE es un procedimiento pautado en el que se abren conversaciones con la representación de los trabajadores, a la que la patronal debe presentar la documentación oportuna e información económica. En el caso del Soling, dice, “se rumoreaba” que estaba en pérdidas, pero nadie trasladó confirmación oficial.
Ante la situación, los trabajadores continuaron acudiendo al puesto de trabajo, pero se encontraban la empresa cerrada. Al reconocer la Inspección el despido tácito, ya no tendrán que acudir. Fuentes sindicales han indicado que en la actualidad siguen sin comunicación oficial por parte de la empresa, aunque han asegurado que algunos compañeros han recibido correos solicitando datos de otros empleados. Por todo ello, pretenden iniciar una demanda de despido improcedente, para reclamar las cantidades que les corresponden.
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