El Parlamento se prepara para la legislatura de la oposición recompuesta

David Lombao

Después de una década a tres, en el tablero parlamentario gallego vuelve a haber cuatro jugadores y los tres que ya estaban estudian como abordar su irrupción. A apenas diez días de que eche a andar la novena legislatura autonómica con la constitución del nuevo Parlamento las fuerzas políticas que hasta ahora componían el legislativo gallego ultiman los detalles del nuevo período y entre ellos destaca la llegada al Pazo del Hórreo de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), la coalición encabezada por Xosé Manuel Beiras (Anova) y Yolanda Díaz (EU) que altera el statu quo de PP, PSdeG y BNG en los últimos años tanto desde el punto de vista político como en el relacionado con las cuestiones de intendencia y economía de la Cámara.

Por los corredores del Hórreo circula en estos días la pregunta de “donde van a meter” al nuevo grupo parlamentario. Los nueve representantes de AGE tienen derecho, como el resto de grupos, a disponer de unas instalaciones propias en las que desarrollar su trabajo común. Por el momento, casi nadie conoce cuál será la solución para dotarlos de las correspondientes oficinas. “Aquí todo es secretismo”, comenta uno de los más veteranos de la casa, al tiempo que ve como más probable la posibilidad de que el grupo de Alternativa vaya ser ubicado en las cercanías de los despachos del PP que, como PSdeG y BNG, mantendría los lugares que vinieron ocupando hasta ahora. Así y todo, los trabajos aún no han comenzado y en el edificio sí se están desarrollando otras reformas, como la de la sala que alberga la Xunta de Portavoces.

Pero la ubicación de AGE no es sólo motivo de ocupación desde el punto de vista espacial. También desde lo político y económico, comenzando por la Mesa del Parlamento, esto es, el órgano rector de la Cámara presidido por el PP y que cuenta además con dos vicepresidencias, una secretaría y una vicesecretaría. La costumbre parlamentaria dice que, con una correlación de fuerzas como la actual, la presidencia, la vicepresidencia y la secretaría le corresponderían al PP -todo parece indicar que Pilar Rojo seguirá en el cargo-, que la vicepresidencia segunda debe ser para la segunda fuerza política -el PSdeG- y la vicesecretaría, para la tercera -AGE-. El reparto de puestos entre la segunda y la tercera fuerza vino produciéndose en función de un acuerdo entre estas -hasta el momento, socialistas y Bloque-, por lo que depende ahora del PSdeG que AGE se siente o no en este organismo.

Los miembros de la Mesa perciben diversos complementos económicos

La decisión sobre la composición de la Mesa no es menor, ni económica ni políticamente. La presencia en este organismo les permite a los grupos que se sientan en él conocer de buena tinta las líneas generales de funcionamiento del Parlamento y también las decisiones que toma la mayoría gobernante sobre la administración de la institución -por ejemplo, contrataciones administrativas o decisiones financieras-, pero también les reporta ingresos adicionales. Además de los salarios de diputado o diputada, los miembros de la Mesa perciben un complemento de 1.831 euros mensuales, a los que se añaden 1.095 euros de “gastos de representación” y 480 de “gastos de libre disposición”, aportaciones adicionales que en más de una ocasión sufragaron gastos del correspondiente grupo en materias como el personal. Adicionalmente, estos parlamentarios pueden disponer de un servicio de secretaría -habitualmente también aprovechado por el grupo de que se trate- y solicitar el uso de coches oficiales -al menos sobre el papel sólo la presidenta tiene coche en exclusiva-.

Resta saber también si la llegada de un nuevo grupo va a cambiar en algún punto la actividad parlamentaria propiamente dicha, esto es, el funcionamiento de los plenos y de las comisiones, cuya duración se podría alargar notablemente si, por ejemplo, los tiempos de los que dispone cada grupo para intervenir permanecen inalterados -para acortarlos haría falta una reforma del Reglamento-. Del mismo modo cabe preguntarse también si, como sucedió en la legislatura del bipartito y también en la primera de Feijóo, el presidente de la Xunta responderá en cada pleno a una pregunta del portavoz o portavoz de cada grupo de la oposición.

La aritmética forzará el entendimiento para presionar más en el PP

La recomposición de la oposición en tres fuerzas obligará también a PSdeG y BNG a replantear su estrategia de oposición no sólo en el ámbito dialéctico, sino también en el aritmético. Con el Reglamento parlamentario en la mano existen ciertos derechos que la oposición sólo puede ejercer si cuenta con un determinado número de diputados. Así, por ejemplo, para solicitar una comparecencia de un miembro del Gobierno, para reclamar un pleno extraordinario o una Diputación permanente, entre otras acciones, hace falta que la reclamación esté avalada por una quinta parte de los hemiciclo -quince diputados y diputadas-. Esto, en la práctica, obligará a que Bloque y AGE tengan que entenderse entre sí o con el PSdeG para poder ejercer este tipo de acciones.

Con esta nueva aritmética parlamentaria el que fue portavoz socialista durante la pasada legislatura, Abel Losada, reivindicaba este martes la preeminencia de su formación en la oposición. “Tenemos 18 diputados y somos la primera fuerza de la oposición, a mucha distancia de la segunda y de la tercera, que suman dieciséis entre las dos”, señaló para justificar que “llevaremos adelante nuestra línea de oposición” y rechazar, por ejemplo, que el debate parlamentario se pueda “polarizar” entre el PP y AGE.