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La quiebra técnica de Pemex agudiza la parálisis de sus promesas en Galicia

Feijóo, con directivos de Pemex en las instalaciones de Barreras

Miguel Pardo

Es uno de los principales socios comerciales con los que la Xunta de Feijóo ha firmado acuerdos y además es propietaria del astillero vigués Barreras. Y está en quiebra técnica. Así lo demuestran las cifras de la petrolera mexicana Pemex, con un patrimonio negativo de 46.000 millones de euros y unos pasivos que superan en un 36% sus activos. La crisis económica global y los bajos precios del crudo inciden en una situación que la empresa estatal lleva arrastrando en la última década, en la que en tan sólo dos ejercicios no acumuló pérdidas.

Los planes de Pemex para ahorrar hasta 3.600 millones de euros implican el despido en este mismo mes de marzo de 3.000 trabajadores, pero también afecta a sus planes de inversión en Galicia, especialmente en Barreras, de la que la petrolera estatal controla el 51%. Hace casi año y medio, la compañía adquirió la mayoría de las acciones por 5 millones de euros, se hizo con su tecnología y experiencia y prometió la renovaciónn de la flota de grandes buques o la construcción en los astilleros de Vigo de cinco barcos más pequeños que se llegaron a comprometer públicamente. Todo al margen del flotel que ya lleva un año construyéndose en las instalaciones.

Pemex, firma que aporta más de un tercio de los ingresos de México, sufrió pérdidas por más de 260.000 millones de pesos en 2014 (unos 16.000 millones de euros), un 55% más que en 2013, según asegura en un comunicado a la Bolsa del país azteca. Además, su patrimonio es el más bajo de la historia, con una caída de más de un 300% con relación al año anterior, que agudiza una quiebra técnica que es obvia desde 2009.

La pasada semana, Pemex reconoció a Praza.gal que a pesar de que “no se cancela ninguno de los proyectos ya en marcha”, en relación a los floteles, sí habrá una “necesaria revisión” de otros que se irán “ralentizando o demorando” en el tiempo “hasta que las condiciones económicas mejoren”. “Se irán aplazando”, aseguró la oficina de información de la petrolera, en referencia a promesas que incluían la construcción de tres buques tanque, un atunero y un barco de apoyo que no fueron comprometidos para la petrolera directamente.

Desde el astillero vigués, la respuesta fue que no tienen “noticia alguna” del abandono de proyectos futuros por parte de Pemex aunque ni la Xunta descarta la rebaja de expectativas. El conselleiro de Economía, Francisco Conde, advertía de que los recortes de inversión anunciados “no afectaban” a la situación de la empresa gallega, al mantener el “compromiso” del flotel y la renovación de la flota menor a cargo de Armón y Freire, pero reconoce que es posible que se caigan varias inversiones. Incluso llegó a animar a Barreras y otros astilleros a “explorar otras oportunidades” como la construcción de buques de transporte y barcos de pesca. Y reconoció también que los proyectos prometidos al margen del flotel “dependen de los armadores” y no de la petrolera mexicana. “Hay que esperar a ver cómo evoluciona el petróleo”, había insistido.

Nada se sabe tampoco de aquella base logística que Pemex iba a instalar en el puerto exterior de A Coruña, y cuya data se ha retrasado ya, ni de los catorce remolcadores, dos quimiqueros y la segura construcción de la flota menor de la petrolera mexicana por parte de empresas de Galicia que había prometido Feijóo. Más de 20 embarcaciones. La crisis de la compañía y el bajo precio del crudo no traen buenas expectativas para los astilleros gallegos.

“Los que incomprensiblemente brindaban por que conseguiríamos trabajo para los astilleros gallegos, que guarden las botellas para la botadura de los floteles”, había asegurado Feijóo en su cuenta de Twitter durante la campaña para las últimas elecciones autonómicas, hace año y medio. Los floteis se han iniciado, pero uno se hace en Navantia, donde se llegaron a anunciar que hasta 2.000 personas podrían trabajar en ese encargo de la petrolera mexicana, con unos 300 operarios. Un ciento en Navantia y más de 200 en las auxiliares, en esas en las que en los últimos años se ha despedido a unas 4.000 personas y que ahora son criticadas por los sindicatos por las precarias condiciones laborales impuestas. En Vigo, son unos 600 los operarios que construyen el buque hotel. Se habían prometido 3.000 empleos en dos años.

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