José Manuel Sande, senador gallego por designación autonómica, anunció la pasada semana su intención de hacerla pública. Se refería a la carta que certificaría los amaños y artimañas llevados a cabo por la familia Franco para, como en el caso de Meirás, hacerse con la propiedad de un inmueble perteneciente al Estado, en este caso con la Casa Cornide de A Coruña, en el casco antiguo de la ciudad. La misiva, cuya existencia era ya conocida, nunca fue revelada y, como en el caso de los documentos hallados en la misma ciudad sobre el Pazo, puede convertirse ahora en el documento clave para facilitar la recuperación para el patrimonio público de este otro edificio expoliado por el dictador. Aquí sale a la luz.
La carta, a la que ha tenido acceso este diario, evidencia el supuesto fraude cometido en la compraventa de la Casa Cornide a través de una subasta amañada con el objetivo de satisfacer el “deseo” de Franco y de su mujer, Carmen Polo. Fue dirigida desde el Pazo de Meirás en agosto de 1962 por el secretario personal del dictador, Ricardo Catoira, al entonces subsecretario de Hacienda, Juan Sánchez-Cortés y Dávila. Nunca había sido hecha pública desde que fue hallada en el Archivo General de Palacio, procedente de la Casa Civil del Jefe del Estado.
Desvelada por los investigadores Carlos Babío y Manuel Pérez Lorenzo en su obra Meirás. Un pazo. Un caudillo. Un expolio, ahora se hace pública para constatar que la versión defendida por los herederos de Franco de que la propiedad de la Casa Cornide es legítima no es verdad. El argumento es que el dictador recibió el inmueble de su amigo y activo defensor Pedro Barrié de la Maza, que la había adquirido en una subasta pública organizada por el Ayuntamiento de A Coruña. Todo fue, presuntamente, un montaje.
“Tengo el gusto de comunicarte que hoy por fin ha terminado el plazo para la subasta de la célebre casa que tanto deseaba Su Excelencia. Hoy también se reúne el pleno para adjudicarla a un particular y este venderla a la Señora. Así se lo hemos explicado a Su Excelencia por ser la mejor fórmula ya que de esta forma no se hace una adjudicación de bienes que fueron del Estado al propio Caudillo”. Así comienza la carta, en un párrafo que deja clara la estratagema: ocultar, como en la compraventa fraudulenta de Meirás, que la familia del dictador se hacía con la propiedad de un bien público y simular una donación que nunca existió.
La Casa Cornide, antigua propiedad del historiador, político e ilustrado José Cornide, había sido donada por esta familia al Ayuntamiento de A Coruña para acabar funcionando como escuela y ser propiedad del Ministerio de Educación. La administración local y el Estado permutaron propiedades para que la primera volviera a disfrutar de la propiedad del edificio, hasta que decidió sacarla la subasta pública tras un acuerdo de la corporación municipal que prohibía volver a venderlo en un plazo de diez años.
Barrié de la Maza, prohombre del franquismo, financiero de las tropas fascistas e impulsor de la compra del Pazo de Meirás, acudió a la subasta junto a otro militante ultraderechista, el falangista José Luis Amor Fernández. El banquero se impuso y obtuvo el inmueble tras pagar poco más de 300.000 pesetas. Fue el 2 de agosto de 1962, un día después de que Catoira enviase la carta en la que se explicaba la realidad del amaño.
“Los señores están encantados porque han logrado el deseo de poder tener una casa en La Coruña para cuando tenga que desplazarse la Señora no haya necesidad de abrir el Pazo de Meirás, que tantas molestias origina por lo grande que es esta Residencia y el número de criados y servidores que se necesitan”, dice el secretario de Franco respecto a la estrategia preparada para cumplir con los deseos de Carmen Polo.
En la adjudicación se incluye una cláusula que libera a Barrié de aquella prohibición de vender la Casa Cornide ante la posibilidad de donársela a la “esposa de Su Excelencia el Jefe del Estado” y complacer así sus propósitos.
El Ayuntamiento pagó obras a los Franco
“Así que mañana, Dios mediante, ya tendremos la escritura y empezaremos las obras de reforma interior”, dice Catoira en la carta. Otra frase de la que se pueden derivar más evidencias sobre el fraude y expolio cometidos por los Franco al vincularla con las conclusiones de un reciente informe realizado por la Real Academia Galega de Belas Artes.
En este documento, al que tuvo acceso este diario, se desvela el procedimiento de adquisición de la Casa Cornide por parte de los Franco, pero también cómo el Ayuntamiento de A Coruña, después de haber vendido ya el edificio en aquella subasta a Barrié de la Maza, pagó obras de rehabilitación cuando no tenía vinculación alguna con el inmueble. El informe de Belas Artes fue elaborado a petición del anterior gobierno local de A Coruña, de la Marea Atlántica, al iniciar las pesquisas sobre las posibilidades legales para recuperar la titularidad del inmueble.
En él, se destaca como el Ayuntamiento paga en mayo de 1963 casi 178.000 pesetas por los gastos efectuados en la reconstrucción de la Casa Cornide cuando “ya no era propiedad municipal”. Al año siguiente, tal y como revelan documentos del Archivo Histórico Municipal, el Ayuntamiento paga cerca de 1 millón de pesetas por más obras, según las certificaciones de obra “revisadas y firmadas por el arquitecto municipal”.