“Yo estoy aquí; en Galicia, sí”. Con esa frase resumió el propio presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, los diez minutos iniciales que dedicó a hablar de sí mismo en su discurso de apertura este martes del debate anual de política general en el Parlamento de Galicia, el conocido como debate sobre el estado de la autonomía. Feijóo hizo girar su intervención, de dos horas, en torno a la confrontación de su figura y de sus políticas con las del presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, al que presentó como inestable y secuestrado por populistas e independentistas. Por eso, pese a considerar “prioritario” reformar el Senado si se aborda una reforma de la Constitución, dijo estar en contra de abrir el debate sobre la Carta Magna sólo por “contentar” al independentismo catalán.
En pasados debates de política general, el presidente Feijóo citó en sus discursos al catalán Espriu (“Todos somos esclavos de la ley para que podamos ser libres”) cuando en 2017 centró su intervención en cargar contra el soberanismo catalán; o al estadounidense Theodore Roosevelt (“Una gran democracia debe progresar, o pronto dejará de ser grande o democracia”) cuando en 2014 propuso un “impulso democrático” en plena ola de corrupción. Este año, tres meses después de su decisión de no optar a la presidencia del PP estatal, Feijóo se citó a sí mismo tirando al mismo tiempo del lema de su campaña electoral de 2016 y proclamó el citado “yo estoy aquí; en Galicia sí”, que contrapuso a los 11 portavoces parlamentarios distintos que desde 2009, con su llegada a la Xunta, han tenido los partidos de la oposición en Galicia.
Está aquí, en Galicia, dice Feijóo, “porque una mayoría absoluta, una mayoría excepcional” lo eligió para presidir la Xunta, lo que contrapuso con otros gobiernos como el central de Pedro Sánchez, al que presentó como “gobernado por las minorías”. Frente al socialista, dice Feijóo de sí mismo, “no tuvimos que ir a la contra de nadie, no tuvimos que ganar el favor de nadie, no tenemos que pagarle la factura a nadie”. El presidente gallego no puso en esta ocasión en entredicho la legitimidad de la llegada al gobierno de Sánchez, como hacen otros cargos populares, pero se preguntó de manera retórica cuál es la diferencia con su propia situación y se respondió: “Que yo sólo me debo a los gallegos y a nadie más”. “Galicia, a diferencia de los ayuntamientos, autonomías y el propio Gobierno de España, no paró en nueve años”, dijo Feijóo, asegurando que “Galicia siempre está en el centro de mi toma de decisiones, y así va a seguir siendo en el futuro”.
Para ese futuro próximo, Feijóo avanzó en su discurso que prepara una nueva bajada de impuestos autonómicos, pero remitió su concreción al próximo debate de los Presupuestos para 2019 cuya aprobación inicial anunció para este mismo miércoles. “El año que viene Galicia será una de las comunidades con menos impuestos para comprar vivienda habitual usada, y la más barata en el caso de los jóvenes, familias numerosas y personas con discapacidad”, fue todo lo que dijo a ese respecto, excusando a continuación su inconcreción. “Hay un contexto de inseguridad que complica la elaboración de los presupuestos”, argumentó, recordando que el Gobierno central, pendiente también de la elaboración de sus propias cuentas, aún no ha concretado las partidas que transferirá a las comunidades autónomas, situación que Feijóo vinculó con la situación en Catalunya. La receta de los socialistas, dijo, es “más impuestos y más deuda”, situación con la que “España fue mal y así España volverá a ir mal” y en la que, a pesar de los buenos resultados macroeconómicos gallegos que fue desgranando, “es imposible que Galicia no se vea afectada por la incertidumbre”.
Ante esa coyuntura, buena parte de los anuncios formulados este martes por Feijóo han sido promesas de que mantendrá en años próximos medidas que ya están en vigor, o que seguirá adelante con planes ya avanzados previamente. Así, dijo, mantendrá las rebajas de impuestos de años anteriores, implantará planes sectoriales ya anunciados o desarrollará leyes ya aprobadas, como la de la Renta de Inclusión Social (Risga), pendiente desde hace cuatro años.
Feijóo dijo que su Gobierno no trabaja sólo para la actual legislatura sino para las próximas y, además de anunciar un plan estratégico para el período 2021-2027, puso el foco en el Xacobeo 2021 como gran proyecto de país. Para eso anunció “Tu Xacobeo, un espacio en el que todos los gallegos puedan hacer llegar sus ideas”. Según el presidente, “la Galicia abierta que inspiró y sigue inspirando el espíritu xacobeo es nuestro modelo”, un galleguismo que contrapuso al independentismo catalán que “ataca” los “derechos de los gallegos”.
El modelo de una “España democrática, plural y autonómica”, dice Feijóo, está en peligro por las políticas de algunos políticos. “Un político situado en la responsabilidad podrá cometer errores pero nunca pondrá en peligro los pilares de la convivencia, mientras que el irresponsable tiene una capacidad destructiva incalculable”, dijo, asegurando que el responsable “nunca dirá el pueblo son yo” mientras que el irresponsable “caerá en la tentación de sentirse un mesías, emperador o caudillo al que todo le está permitido”. Hacia el final de su discurso, y a pesar de centrar su inicio en su propia figura y en su “yo estoy aquí”, Feijóo negó la mayor: “A pesar de ser depositario de una mayoría popular, electoral y parlamentaria elocuente, ni dije ni diré que Galicia soy yo”.
Réplicas de la oposición
La oposición de En Marea, PSdeG y BNG concidió en criticar el tono personalista empleado por Feijóo y el recurso del Gobierno gallego a la propaganda para ocultar lo que consideran su falta de proyecto para Galicia.
Para el portavoz de En Marea, Luís Villares, Feijóo ha dejado Galicia “a la intemperie”, para lo cual hace falta tejer una “alternativa” que responda a las aspiraciones de la “mayoría social”. “Esa alternativa tiene que ser plural y cooperativa, porque diversa es la sociedad” y por eso, cree Villares, debe basarse en acuerdos entre las fuerzas de la actual izquierda parlamentaria. Los pactos, agrega, deberían comenzar en el propio debate de política general. Según Villares, “Feijóo y el PP representan el pasado” y tanto su propia formación como PSdeG y BNG, “fuerzas diversas”, pueden volver a ponerse de acuerdo“ como ya lo hicieron ”en la defensa de la vida y de la salud de la gente“ para abrir una comisión de investigación sobre los recortes en la sanidad. ”Estamos en condiciones de hacerlo de nuevo“, proclamó desde la tribuna, comenzando por ”acordar enmiendas“ conjuntas a los próximos Presupuestos de la Xunta y siguiendo por concretar el ” amplio consenso social“ para ” desmercantilizar“ servicios públicos como el agua, la sanidad, la educación o la prevención y extinción de incendios, citó. Podría continuar, agregó, por una ”reforma estatutaria de carácter social“ con ”valores sociales compartidos“.
Desde el PSdeG su portavoz, Xoaquín Fernández Leiceaga, contrapuso la propuesta del PSdeG de un “impulso socialdemócrata” que aproveche “las oportunidades que abre el cambio de talante y el compromiso con el autogobierno del ejecutivo de [Pedro] Sánchez” frente a la “inercia y a la propaganda” que según dijo son las únicas propuestas del actual Gobierno gallego “con el único objetivo de mantenerse en el poder”. Para el socialista, “la Xunta de Galicia camina mientras la realidad corre”, lo que se produce porque “no tienen un proyecto para el país”, lo que atribuye a que “en realidad, el único proyecto político serio de Alberto Núñez Feijóo se llama Alberto Núñez Feijóo”, aventurando que volverá a presentarse a una cuarta elección en 2020.
Por su parte, la portavoz del BNG, Ana Pontón, criticó igualmente el personalismo del presidente asegurando que “este no es el debate sobre el estado de ánimo de Alberto Núñez Feijóo, ni sobre el estado de Pedro Sánchez ni de Catalunya, es el debate del estado de la nación gallega”. Pontón centró su intervención en trazar la “otra Galicia posible” que, afirma, sería capaz de construir la formación soberanista frente al “presidente profeta de la postverdad”. Pero el titular de la Xunta, cree la nacionalista, tiene ya “la misma credibilidad que el máster de Pablo Casado”.
Ya en su contrarréplica a Villares, Leiceaga y Pontón, y después de que desde la cuenta oficial de Twitter del PP gallego se sucediesen los comentarios críticos con la oposición, Feijóo cambió el foco de su intervención y pasó de contraponerse al Gobierno central a hacerlo, nuevamente, frente al bipartito al que sucedió hace ya nueve años y medio. Por reprochar a aquel gobierno de PSdeG y BNG que ejerció entre 2005 y 2009, Feijóo llegó a echarle en cara que la Xunta esté hoy pagando aún las autovías con peaje en sombra que se construyeron entonces. Lo hizo a pesar de admitir que aquellas obras fueron licitadas con esa modalidad de pago aplazado cuando él mismo era el conselleiro de Obras Públicas del último Gobierno de Manuel Fraga.