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Feijóo presume en el Parlamento de su “gestión de la pandemia” el día en que los ingresos en UCI alcanzan su máximo en Galicia

Feijóo entra en el hemiciclo del Parlamento gallego.

Daniel Salgado

27 de enero de 2021 15:15 h

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Alberto Núñez Feijóo acudió este miércoles al Parlamento de Galicia para presumir de su “gestión de la pandemia”. La comparecencia era oficialmente para informar de las medidas contra el coronavirus, el plan de vacunación y los programas de ayuda a los sectores económicos más afectados, pero acabó convertida en una serie de ataques contra el Gobierno central y las propuestas de la oposición. Fue justo en el día en que las unidades de cuidados intensivos de los hospitales gallegos registraron su máximo de pacientes ingresados, 178.

El presidente gallego realizaba su segunda intervención monográfica sobre la epidemia en la Cámara, esta vez a petición del BNG. Lo hacía apenas unas horas después de que entrasen en vigor las últimas decisiones de la Xunta para frenar el virus, y que suponen el cierre de la hostelería, la reducción de los horarios comerciales o la prohibición de salir de los términos municipales. La tercera ola se disparó en Galicia después de unas fiestas, las navideñas, en las que el Gobierno gallego permitió la movilidad entre ayuntamientos en Nochebuena, Fin de Año y Reyes. Pero estos hechos no entraron en el discurso de Feijóo, que en su día llamó a “salvar la Navidad” del estado de alarma decretado por el Ejecutivo central.

Y es que si de algo careció su comparecencia fue de autocrítica. La situación en Galicia es “menos mala” que en otras partes de España : 726 casos de COVID por 100.000 habitantes a 14 días, frente a 894 de la media estatal. 21.293 personas con infección activa, récord absoluto desde marzo. 1.659 fallecidos, y con las últimas semanas en las cuotas más altas a pesar de, aseguró, ser la comunidad con menor tasa de mortalidad de la “Península Ibérica”. Feijóo prefirió quedarse con el vaso medio lleno, y explicó que su “preocupación” por la evolución de los acontecimientos se debía a “dos motivos”: la menor prevalencia debido a que en las dos oleadas anteriores la afectación fue más reducida, y las nuevas cepas. No mencionó las consecuencias de su política en Navidad, y eso que tanto Ana Pontón, del BNG, como Gonzalo Caballero, del PSdeG, se lo recordaron con insistencia. “Su estrategia de salvar la Navidad ha sido nefasta”, le espetó Pontón.

La culpa del 8M

Pero Feijóo estaba a otras cosas. Con una reunión con Pedro Sánchez en el horizonte -será el viernes en Madrid-, dedicó minutos y minutos a arremeter contra su gabinete. Para ello usó sus acusaciones habituales en las últimas semanas. “Es triste que el Gobierno este en segundo plano y, a la vez, nos niegue los instrumentos que necesitamos para gestionar la pandemia”, dijo en referencia a la polémica sobre el toque de queda. La mayoría de las comunidades autónomas quieren adelantarlo, pero el Ministerio de Sanidad se niega. “Hay una Administración central retardataria que ni gobierna ni deja gobernar”, añadió.

El presidente gallego fue tan lejos en su táctica crítica que incluso se arrimó a un lugar común de la ultraderecha y relacionó la explosión de la pandemia en España con las manifestaciones feministas: “¿Por qué se le restó importancia a la primera ola? ¿Tal vez por que había un 8M?”. El propio Partido Popular asistió a aquellas marchas, pero eso no lo recordó. Lo que sí recordó son las elecciones en Catalunya, que, a su juicio, se encuentran detrás de que el Gobierno de Sánchez impida a las autonomías regular la hora de recogida. Poder modificarlo será una de las cinco peticiones que llevará a Moncloa pasado mañana y para las que, aún decididas unilateralmente, pidió el apoyo de nacionalistas y socialistas gallegos.

Algunas de las otras cuatro suenan a conocidas, como es el caso de “un marco normativo para gestionar la pandemia” o un “calendario de vacunación” común para el Estado. Las novedades consisten en la necesidad de, en su opinión, “un consenso nacional sobre el teletrabajo” y de adoptar la “obligatoriedad” de las mascarillas de tipo FFP2. Esta última proposición se contradice con que la propia Xunta reparte protecciones promocionales del Xacobeo pero de tela.

La oposición critica la complacencia

A la exposición de Feijóo respondó la oposición afeándole el exceso de complacencia. En el caso del BNG hubo además recado para Sánchez. “No puede ser que Pedro Sánchez esté en campaña electoral y que Núñez Feijóo sea incapaz de anticiparse”, criticó Pontón. Pero la carga mayor fue contra el presidente gallego, quien, dijo, “lo primero que hizo fue echarle la culpa a los gallegos por el contagio, y del 13 al 25 de enero permaneció de brazos cruzados mientras la tercera ola avanzaba como un tsunami”. Pontón insistió en la propuesta de su formación de un confinamiento total de la población de dos semanas ampliables.

Ni el Gobierno gallego ni el otro partido de la oposición, el socialista, comparten la medida. El portavoz de este último, Gonzalo Caballero, criticó con dureza que Feijóo descargue sobre la ciduadanía o sobre el Gobierno de España la responsabilidad “si las cosas no van bien”. Atacó al presidente de la Xunta por “buscar la confrontación con el Gobierno central” o promover la “policía de balcón” y celebró las políticas del Ejecutivo de Sánchez en materias como la vacunación.

A la inmunización también se refirió Feijóo en varias ocasiones a lo largo del debate, incluido durante su turno final. Fue entonces cuando presumió de que el Servizo Galego de Saúde (Sergas) tendría capacidad de administrar las vacunas a todos los gallegos y gallegas en ocho semanas. Pero la compra de las mismas está centralizada a nivel europeo y la propia Unión Europea está tropezando con los intereses de las empresas farmacéuticas y sus incumplimientos de contrato.

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