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“La estrategia del Gobierno del PP era dilatar el sector naval, desmantelar los astilleros públicos de Ferrol”

Instalaciones de Navantia en la ría de Ferrol

Miguel Pardo

“No teníamos conocimiento alguno de que el retraso se debiese a las peticiones de la empresa de Morenés”. Javier Galán, presidente de la coordinadora de comités de empresa de los astilleros de Navantia en la ría de Ferrol, confirma que ni los representantes del personal conocían los motivos del aplazamiento de la construcción de las fragatas F-110. “Todo lo que supimos fue lo que se deslizó en el Parlamento hace unos meses”, confirma.

El Gobierno central del PP, como destacó eldiario.es, frenó la construcción de las fragatas en Ferrol para adaptarlas a los misiles de la empresa del ex-ministro Morenés. Además, la entonces ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, encargó por 9,5 millones a la compañía del propio Morenés evaluara la idoneidad de este armamento que aplazó durante meses a carga de trabajo de la que dependen miles de empleos en la ría ferrolana.

“Estuvieron jugando durante dos años con qué empresa iba a fabricar los misiles cuando la Armada ya había dejado claro cuál era el tipo de armamento que iba a llevar; retrasaron una carga de trabajo que podía estar finiquitada hace tiempo”, denuncia Galán sobre un contrato que aún no está firmado pero que prevé rubricarse antes de final de año.

Los sindicatos evitan cifrar lo que supondrá en empleo, pero el Ejecutivo aclara que la inversión de 4.000 millones de euros traerá consigo carga de trabajo a los astilleros ferrolanos durante por lo menos una década. Calcula la creación de 7.000 puestos directos e indirectos en la comarca de Ferrolterra, una zona muy castigada por la reconversión naval en las últimas décadas. De ellos, 1.300 empleos serían directos, 2.000 asociados a la industria auxiliar y otros 3.500 empleos indirectos generados por otros suministradores.

Desde 2009, la grave crisis económica provocó, según aclara la propia Navantia, que se esfumase el 50% de su cartera de pedidos. En Galicia, las eternas promesas de la Xunta tras su acuerdo con la petrolera mexicana Pemex quedaron en mucho menos de lo anunciado por Feijóo. Para Ferrol, el Gobierno gallego llegó a hablar de 2.000 empleos con la construcción para el país azteca de un flotel (un buque concebido para alojar trabajadores de una planta petrolífera), pero la cifra máxima fue de 500 a pleno rendimiento. En el limbo quedaron el resto de los numerosos anuncios del Ejecutivo para la comunidad: tres buques tanque, un atunero, un barco de apoyo a plataformas petrolíferas, la renovación de parte de la flota, dos quimiqueros y los remolcadores. Nada se hizo.

La leve recuperación económica llegó también al naval ferrolano, que en los últimos meses ha trabajado en dos buques de apoyo logístico para Australia, en los BAM (buque de acción marítima) para la Armada española o en el mantenimiento de fragatas para Noruega, además de diversos e importantes encargos para la eólica marina.

Además, la entrada en vigor del polémico contrato de construcción de cinco corbetas para la Armada de Arabia Saudí también supuso un respiro, ya que aunque sólo medio centenar de los 6.000 empleos creados serán en la ría ferrolana, posibilita que las fragatas F-110 se construyan en Ferrolterra sin necesidad de compartir la carga con Andalucía.

Durante el año 2017, según Navantia, la empresa pública aportó a Galicia unos 4.000 empleos “de calidad directos y de industria auxiliar”. “Si a eso se le añaden los empleos inducidos generados en la zona por la actividad de Navantia, la cifra alcanza los 15.500 puestos, el 23% del empleo industrial de la provincia de A Coruña”, explicaba la compañía hace unos meses.

Para el alcalde de Ferrol, Jorge Suárez, el freno a la construcción de las fragatas para adaptarlas a los misiles de la empresa de Morenés “pone de manifiesto, de manera palmaria y documental, lo que era un secreto a voces: la intención del Gobierno del PP de desmantelar los astilleros públicos de la ría de Ferrol”. Y recuerda, además, que en juego están “miles de puestos de trabajo y familias” que están “pendientes de un sector estratégico y estratégicamente dilatado desde el Ejecutivo”, que se une a la “pérdida demográfica para el municipio, con todo lo que eso lleva aparejado para la economía local, que depende del naval como cabeza tractora”.

Ahora, una vez se firme el contrato de las fragatas, llegará “una necesaria y muy esperada concreción de un programa del que se venía hablando desde hace años, pero que no se había comprometido realmente”. “Tiene que venir, indisolublemente, acompañado del Plan Industrial que el plantel de Navantia Fene y Ferrol lleva años demandando y del Astillero 4.0”, dice Suárez, que no ahorra críticas hacia José Manuel Revuelta, antiguo presidente de Navantia y que dejó el cargo en abril de 2017.

“Fue el presidente más nefasto y destructivo, que desde lo inicio venía con el encargo de desguazar las factorías de Ferrol y Fene y reconvertilas en un modelo privado similar al de la automoción”, dijo.

Desde el PSOE ferrolano, por su parte, exigen respuestas al presidente de la Xunta, Núñez Feijóo, sobre el “fragatazo”. La secretaria general de la formación, Beatriz Sestayao, considera de una “enorme gravedad” la informacion publicada por eldiario.es y exige la comparecencia del jefe del Ejecutivo gallego para explicar “el pelotazo que se pretendía dar a costa de los puestos de trabajo de miles e empleados”.

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