En diciembre de 2011, un año y siete meses antes del accidente del tren Alvia que dejó 80 muertos y 144 heridos, y a los pocos días de inaugurarse la línea de AVE Ourense-Santiago, un maquinista jefe de Renfe, José Ramón Iglesias Mazaira, señaló por escrito a un superior el riesgo que existía de un descarrilamiento por exceso de velocidad en la curva de Angrois si un conductor se despistaba y no frenaba a tiempo, ya que allí no había ningún sistema de seguridad de respaldo. Esa alerta llegó a por lo menos diez técnicos y cargos de Renfe pero la situación siguió igual hasta que el 24 de julio de 2013 el maquinista Francisco José Garzón se despistó y descarriló provocando 80 muertos y 144 heridos. Este martes el autor de aquella alerta, Iglesias Mazaira, compareció en la comisión de investigación política creada en el Congreso de los Diputados y lamentó, a preguntas de En Marea, que Renfe lo acusase de no tramitar de manera adecuada su alerta.
Iglesias Mazaira dijo, a preguntas de los grupos parlamentarios, que, ante la ausencia de referencias en la vía sobre dónde comenzar a frenar o de sistemas de seguridad que lo hiciesen ante un despiste del maquinista, “lo que pedía era que algo en la vía recordara al maquinista que tenía que frenar”. Según dijo, lo hizo porque “pensaba en el factor humano”, en la posibilidad de un error de un maquinista, más allá de que se cumpliese la normativa, como vienen argumentando Adif y Renfe, que limitaba la información sobre la velocidad que se debía mantener en cada tramo de la línea a lo que se indicaba en el denominado libro horario, la documentación que llevan los maquinistas en la cabina.
En su momento varios de los receptores de esa alerta, así como el propio Iglesias Mazaira, fueron llamados a declarar por el juez instructor. Explicaron que a pesar de estar ese asunto recogido en las agendas previas a varias reuniones que mantuvieron entre ellos, finalmente no fue tratada la cuestión por entender los implicados -en particular un miembro de la gerencia de Seguridad en la Circulación, Ángel Lluch, según señaló este martes Iglesias Mazaira- que la situación de la curva de Angrois no incumplía la normativa ferroviaria y ya se indicaba la velocidad adecuada en el libro horario, por lo que nunca se le trasladó el riesgo a Adif, responsable de mejorar la señalización en la vía.
Iglesias Mazaira y su superior inmediato, José Luis Rodríguez Vilariño, declararon en el juzgado, como este martes, que ante esa adecuación a la normativa, la decisión que tomaron dentro de sus competencias fue la de “intensificar” la formación de los maquinistas para que estuvieran en alerta ante esa curva. Sin embargo, esa formación nunca se le dio al conductor del Alvia. Este martes Iglesias Mazaira recordó que él trabaja en el departamento de Media Distancia. “No tenía contacto ni tengo con los maquinistas de Larga Distancia”, dijo, en referencia a los Alvia que pilotaba Garzón.
Hasta el momento, en la investigación judicial no está aclarado hasta dónde llegó finalmente dentro de la estructura de Renfe esa alerta ni cómo se decidió e impartió esa supuesta formación sobre ese riesgo a los maquinistas. La empresa pública y varios de los superiores de Iglesias Mazaira aseguraron ante el juzgado que éste no había comunicado su alerta a través de los cauces adecuados. Este martes, la diputada de En Marea Alexandra Fernández le preguntó si considera que Renfe intentó echarle a él la culpa “por no tramitar bien la denuncia”, a lo que contestó con un “sí”, explicando en otro momento que entonces, antes de que se regulase mejor cómo realizar advertencias en materia de seguridad, cualquier comentario al respecto que él como maquinista jefe realizase a sus superiores debía ser entendido como una alerta expresa, y más en este caso haciéndolo por escrito. Por el contrario, el diputado del PP Celso Delgado enumeró varios foros de análisis de diversas materias dentro de Renfe en los que Iglesias Mazaira estaba presente para evidenciar que el maquinista jefe no había comunicado nada en ellos sobre la situación de Angrois.
Por otra parte, la alerta de Iglesias Mazaira fue conocida por la dirección de Renfe tras el accidente, en diciembre de 2013, pero no fue comunicada al juzgado. Tuvo que ser el abogado del maquinista el que la desvelase en enero de 2014 para que Renfe informase de lo que sabía al respecto al juzgado argumentando que en ese mes y medio había optado por realizar una investigación interna antes de contárselo al juez. Cuando así lo hizo, además del escrito de alerta de Iglesias Mazaira, entregó en el juzgado varios escritos de los técnicos implicados firmados por cada uno de ellos explicando sus respectivas actuaciones en el caso, escritos que contenían párrafos idénticos entre unos y otros. Este martes, la diputada de En Marea le preguntó si se sintió presionado en algún momento por Renfe para dar su versión de los hechos, a lo que contestó que no sintió ninguna presión directa pero dio a entender que sí asumió como ataques dirigidos a él informaciones periodísticas en las que Renfe lo acusaba de no comunicar su alerta de manera adecuada.
El jefe de Tráfico ni leyó la alerta
La comparecencia de Iglesias Mazaira se produce después de que la semana pasada las víctimas abrieran la comisión en el Congreso acusando al Gobierno popular de aquel momento de hacer una “cacería al maquinista” para evitar otras responsabilidades en Adif y Renfe y de que el propio conductor, Francisco José Garzón, incidiera en esa idea.
Tras la comparecencia de Iglesias Mazaira, en la comisión intervino también este martes Nicolás Izquierdo, jefe de Tráfico de Renfe, que estuvo presente en reuniones en cuya agenda previa se había incluido la alerta del maquinista jefe sobre Angrois. Sin embargo, Izquierdo reiteró, como también declararon ya en el juzgado otros participantes en esos encuentros, que finalmente en ellos nunca se llegó a hablar de esa advertencia. Como otros implicados en el juzgado, no fue capaz de explicar por qué sí se había resuelto otra cuestión distinta señalada en su correo por Iglesias Mazaira pero no esa alerta. Izquierdo dijo que él ni leyó la advertencia de Iglesias Mazaira y que él mismo no tenía competencias en materia de seguridad.
El resto de comparecientes, hasta casi medio centenar, irán pasando por la comisión ya después del mes de agosto. Entre ellos estarán los directores de Seguridad en la Circulación de Adif y Renfe, Andrés Cortabitarte y Antonio Lanchares, también imputados en la causa judicial junto con el maquinista y otros cuatro técnicos por supuestamente no evaluar como debían ese riesgo previsible allí existente. Los últimos en comparecer serán los exministros José Blanco y Ana Pastor, en el cargo el primero cuando se inauguró la línea, y la segunda cuando se desconectó a bordo de los Alvia el sistema de control constante de la velocidad y ocurrió el siniestro.