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Ponteareas: de alcalde franquista a la consolidación del BNG en 20 años

Tras las elecciones municipales de 1999, hace ahora 20 años, en Ponteareas (Pontevedra) volvió a salir elegido alcalde José Castro, que llevaba en el cargo desde 1968. Procurador en las Cortes franquistas, Castro, que acaba de presentar su biografía con un prólogo escrito por Rajoy, siempre se sintió orgulloso de su pasado, que un busto de Franco recordó en la Plaza Mayor de la villa hasta 2003. En 2000 Castro ya había cedido la alcaldía a su hija tras ser condenado por falsedad en documento público, lo que inició un progresivo pero lento deterioro del control del Ayuntamiento por parte de la derecha que llevó hace cuatro años a la alcaldía al BNG en coalición con el PSdeG y una marea local. Pero es ahora, veinte años más tarde, cuando el BNG consolida la particular transición de Ponteareas siendo la fuerza más votada, con el 34%, y situando sus 9 concejales a sólo dos de la mayoría absoluta y cuatro por encima del PP, al que redujo al 22%.

La historia de la caída de la derecha en Ponteareas no puede contarse sin la figura de Roberto Mera (Ponteareas, 1971), abogado y miembro de un movimiento ecologista que en 1995, con 24 años, encabezó la lista del BNG y lideró la lucha contra Castro. Enfant terrible de la política local y considerado durante años una nueva promesa del nacionalismo gallego, en el que llegó a encargarse de la secretaría de política municipal, llevaba una década alejado de la primera línea política, que no del asociacionismo local, hasta que en estas elecciones volvió a un puesto de salida, el número 3, desde el que verá repetir en la alcaldía a su compañero Xosé Represas.

Con su llegada a la Corporación de Ponteareas en 1995 Roberto Mera comenzó a llevar a la justicia decisiones de Castro, que en los años siguientes resultaría condenado por falsedad documental en una expropiación a un vecino, contratación irregular de varios miembros del PP y vulneración de derechos. Cuando comenzaron a llegar las causas judiciales los populares iniciaron un progresivo distanciamiento del regidor que con la democracia habían acogido en sus siglas y éste acabó montando su propio partido, Unión Condado-Paradanta (UCPA), con el que se presentó a las municipales de 1999. No pudo repetir la mayoría absoluta, pero siguió siendo el más votado y la falta de acuerdo de PP, PSOE y BNG facilitó que siguiese en la alcaldía.

No fue por mucho tiempo ya que en 2000 José Castro tenía que dejar el cargo por su primera condena judicial al no obtener la totalidad del indulto que había pedido al Gobierno de Aznar, que sí facilitó que no entrase en la cárcel al rebajarle de tres a un año la pena de prisión que había recibido. Lo hizo un Gobierno del que formaba parte Mariano Rajoy, a quien Castro considera amigo y que acaba de prologar su biografía, presentada coincidiendo con el 50 aniversario de su llegada a la alcaldía de Ponteareas. Pepe Castro. Pasión por Puenteareas se llama el libro, recogiendo el topónimo traducido a medias al castellano que siempre se ha empeñado en emplear el alcalde.

En 2000 Castro tuvo que dejar esa alcaldía, pero los Castro siguieron gobernando Ponteareas. El cargo lo recogió su hija, Nava Castro, que había renunciado a su escaño de diputada autonómica del PP cuando su padre se enfrentó con su anterior partido. En las municipales de 2003 ella encabezó el partido independiente creado por su padre y fue la candidata más votada, pero la falta de acuerdo con el PP facilitó que por primera vez la izquierda gobernase Ponteareas. La alcaldía, a pesar de que el BNG de Roberto Mera obtuvo 5 ediles, fue para el PSdeG con sólo dos porque así lo quiso el PP. Una de las primeras decisiones de aquel gobierno fue retirar el busto de Franco.

Un año más tarde, en 2004, el PP y los Castro se reconciliaban e impulsaban una moción de censura que daba la alcaldía al popular Salvador González Solla. La operación facilitó que en las municipales de 2007 el BNG de Roberto Mera fuese el más votado, con el 28%, y ganase un concejal más. Pero un nuevo acuerdo entre PP y Nava Castro mantuvo a González Solla en la alcaldía.

En los años siguientes la UCPA se integró en el PP, su líder obtuvo un escaño en el Congreso, y con la llegada de Feijóo a la Xunta en 2009 fue nombrada primero directora general de Comercio y en 2013 de Turismo, donde lleva años privatizando las políticas turísticas. Roberto Mera no volvió a liderar el BNG local y pasó a ocupar puestos simbólicos al tiempo que se alejaba de la primera línea política.

Pero el trabajo de fondo estaba hecho y el BNG consolidado como primera fuerza de la oposición. Así que en 2015, cuando la derecha dejó de sumar mayoría en la corporación, el nuevo candidato nacionalista, Xosé Represas, a pesar de obtener sólo el 21% de los votos, siete puntos menos que los mejores resultados de Mera, se hizo con la alcaldía gracias al apoyo de PSdeG y una marea local. Al popular González Solla, como antes había hecho con Nava Castro, la Xunta lo reubicó, en su caso con un puesto creado a la medida en una oficina de empleo.

En 2003 el BNG tuvo más votos que los socialistas pero la alcaldía fue para estos, que la perdieron un año más tarde. En 2007 el BNG fue la fuerza más votada, pero el alcalde fue del PP. En 2015 el BNG obtuvo al fin a alcaldía, pero el ganador de aquellas elecciones aún había sido el PP. Ahora, veinte años después de acabar con Franco en Ponteareas, el BNG confirma su consolidación en el gobierno local y gana las elecciones con el 34% de los votos, dejando al PP en el 22% y pasando de 5 a 9 concejales. El tercero de esos ediles será Roberto Mera, con 48 años, el doble de los que tenía, 24, cuando comenzó a liderar la lucha contra José Castro.