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El PSOE de Santiago va ahora a por los asesores de los ediles que se rebelaron votando contra los pisos turísticos

Aitor Bouza, en una entrevista anterior en Radio Galicia

elDiario.es Galicia

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Ni un paso atrás en el argumentario que lleva explicando profusamente desde que el pasado viernes compareció para ordenar a su grupo municipal la abstención en la votación de la ordenanza de viviendas turísticas (VUTs). En el día después de que los seis concejales desobedeciesen la instrucción expresa y la ejecutiva decidiese abrirles un expediente, el secretario xeral del PSOE en Santiago, Aitor Bouza, insiste en que el texto “era sólo un formulario” con el que la alcaldesa, la nacionalista Goretti Sanmartín, “trataba de engañarnos”.

“Me siento sorprendido”, respondió en los micrófonos de la Cadena SER a la pregunta de si se sentía desautorizado por el voto afirmativo de los ediles, lo que garantizó la aprobación de un documento que, con su abstención, habría caído ante el voto mayoritario del PP (11 concejales frente a los ocho del bipartito BNG-Compostela Aberta). “Queríamos ponerle condiciones al gobierno para que el trámite fuese útil”. Pese a su mano tendida, asegura que Sanmartín nunca lo llamó para negociar. “Ahora entiendo por qué: ya llegó a un acuerdo por la puerta de atrás”.

Bouza mantiene que su postura pretendía defender “el legado” del anterior gobierno socialista, del que formaban parte varios concejales del grupo, y que en 2023 aprobó la modificación del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) al que ahora se pone el corolario con esta norma. Entonces se restringieron las características de las VUTs. Ahora, tras este acuerdo, no habrá posibilidad de indulto para las que estaban funcionando antes de la reforma urbanística.

Consumada la revuelta, la ejecutiva local se reunió para decidir la apertura de un expediente disciplinario que puede acabar en expulsión y para aprobar la sustitución de los trabajadores eventuales del grupo. A partir de ahí, Bouza echa balones fuera: “Lo vamos a trasladar a órganos superiores y vamos a seguir trabajando”. Descarga la responsabilidad, en primer lugar, en la ejecutiva provincial, de la que él, por cierto, también forma parte. Aún así, indica que la ejecutiva local es “parte implicada” por lo que su implicación sería “poco respetuosa” con un procedimiento que, no tiene dudas, “se va a hacer inmaculado”.

“Besteiro vio la ordenanza”

Durante la entrevista, le preguntaron por la postura del secretario xeral del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, que hasta ahora se ha puesto de perfil en este conflicto. Bouza aseguró que “todos los órganos del partido sabían cuál era la consigna” y que el propio Besteiro, con sus declaraciones, “demuestra que él mismo vio la ordenanza cuando dijo que era, simplemente, un formulario”.

Pese a su negativa a verla como tal, la crisis ha atravesado las fronteras municipales. Desde el ayuntamiento vecino de Ames, el alcalde Blas García -el regidor socialista con más peso en la comarca- daba a través de la red social X (antes Twitter) su apoyo a Mercedes Rosón y el resto del grupo municipal.

Él trata de quitarle hierro. “Más que una crisis, es tener claro que nadie está por encima del partido ni de los estatutos”. No quiero contribuir al ruido, no voy a entrar en confrontación con nadie, respeto a los compañeros del grupo“ a los que ha abierto expediente.

Bouza defiende la decisión de despedir a los dos trabajadores del grupo, el jefe de prensa y la jefa de gabinete, una decisión que se tomó en la reunión de la ejecutiva celebrada tras finalizar el pleno y sin representación de los concejales. Se había convocado justo 24 horas antes, en pleno domingo. Aún así, él trata de darle tintes de normalidad a una “remodelación” que llega “al finalizar el curso político”.

El secretario del partido anunció que los nuevos nombres se conocerán “en los próximos días”, tras comunicárselos al portavoz municipal. Si el grupo no aceptase el cambio, una posibilidad que los ediles han dejado entrever, Bouza anuncia que volverá a tirar de estatutos en otra acción disciplinaria, aunque asegura que “no contemplo que no se cumplan las normas del partido”. Y deja una frase que resume toda su intención: “Para trabajar por Compostela non tenemos que estar en el Pazo de Raxoi (la sede del ayuntamiento)”.

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