El sector del cerco acata el reparto de Madrid pero articula una fórmula gallega para mejorarlo

Justo el día en el que el BOE publicaba y ratificaba el plan de gestión del caladero del Cantábrico Noroeste, el cerco acató la distribución de cuotas tras acordar una fórmula para distribuir de manera más justa las capturas de caballa y jurel entre los 153 barcos gallegos. No había muchas opciones más y los armadores, que ratificaron el preacuerdo alcanzado horas antes con la Xunta, lo aceptaron en asamblea conscientes de que la temporada costera comienza y tienen que salir al mar ya. “No podemos aguantar más”, dicen. Seguirán luchando para un reparto lineal y equitativo para el año que viene, pero la mayoría ya ha aceptado un sistema que minimice el impacto que la orden estatal supone para los más pequeños, a la espera de que los profesionales de Ribeira y la costa de Lugo acaben de definir los detalles en la reunión que hoy mantienen con el secretario general de Pesca en A Coruña.

Así, el cerco se resigna y acata la distribución, basada en un 70% en las capturas históricas y no en el número de tripulantes, lo que provoca que casi el 50% de la caballa le corresponda al País Vasco. No obstante, en Galicia se hará una gestión individual de la especie, mientras que las más de 1.400 toneladas extras conseguidas tras la negociación de la UE con Noruega y las Islas Feroe se repartirán con un criterio en el que se beneficiará a las embarcaciones que menos cuota tienen, para intentar compensar la desigualdad.

Con el jurel también se articulará un modelo gallego con toda la capacidad de capturas, en la que se pondrán topes para cada barco según su tamaño y tripulación. Habrá unos parámetros trimestrales y unos cupos de capturas por semana, además de una revisión mensual que evitará que la cuota esté ya limitada para cada embarcación.

Es un pacto puntual para este 2014, aunque los marineros insisten en que no dejarán de luchar para que la próxima campaña el sistema cambie y para que el sistema actual tan solo sea temporal. Volverán a faenar, pero arrancan el compromiso de volver a negociar el método de reparto de cuotas para el año que viene. Porque la distribución aprobada por el Gobierno central se basa en los antecedentes históricos de descargas de cada buque entre 2002 y 2011, y no en el número de tripulantes, tal y como solicita la mayoría de armadores.

El País Vasco y Cantabria, que no llegan a los cien barcos, tienen así el 72,14% de la cuota de casi 14.000 toneladas de caballa, mientras que Galicia, con 153 barcos, se queda con el resto, en el que una pequeña parte también le corresponde a Asturias.