La Xunta de Galicia detuvo la huelga de médicos que, durante nueve días este mes de abril, obligó a suspender más de 1.600 operaciones. Lo hizo con el anuncio de un acuerdo con el sindicato convocante del paro, el minoritario CESM, y según el que aumentarán las retribuciones por guardia y se flexibilizará la compatibilidad para que los facultativos del Servizo Galego de Saúde (Sergas) ejerzan también en la privada. Pero las centrales con más representación en la sanidad pública lo critican con dureza. La primera parte la han mejorado en la mesa sectorial de este jueves. Y a la segunda se oponen: “Hay que valorar la dedicación exclusiva a la pública”.
“Fue una huelga muy sectaria, dirigida a 700 médicos que compatibilizan con la sanidad privada”, explica a elDiario.es. Javier González Castro, de Comisións Obreiras, “pero en el Sergas trabajamos 44.000 personas”. El pacto del Gobierno gallego con el CESM solo incumbía a los médicos. Ayer, los sindicatos de clase, reunidos con la administración en la mesa sectorial, han conquistado mejoras retributivas para todas las categorías en aspectos como atención continuada, nocturnidad, festividad y guardias. En dicho foro, cuya reunión estaba fijada desde antes de la huelga, solo se sientan las centrales con más de un 10% de representación en el sector. No es el caso del CESM.
Implantación progresiva de la jornada de 35 horas
No fue el único avance arrancado a la Xunta. “Hace tiempo que queremos mejoras en la calidad de vida de los empleados”, relata Manuel Moreira, de la CIG, “como la reducción de la jornada laboral. En otras comunidades la jornada laboral es de 35 horas. Aquí seguía en 37,5, lo que provocaba movilidad”. A partir de este año comenzará una reducción progresiva que culminará en 2025 con la implantación de las 35 horas. “Es lo que demanda el personal: no más dinero, sino conciliar mejor”, coincide González Castro. Ambos sindicalistas muestran su oposición frontal a la segunda pata de lo pactado entre la consellería y CESM, ampliar el complemento de exclusividad a aquellos facultativos de la pública que trabajan también en la privada.
“Nosotros estamos a favor de potenciar la dedicación exclusiva, es un valor para el sistema y para el paciente”, señala Castro. Coincide Moreira, para quien “hay que poner en valor” que los profesionales se dediquen a la sanidad pública en exclusiva. La claridad de su posición contrasta con la del presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda. Preguntado por cómo la medida acordada con CESM iba a mejorar la situación sanitaria, respondió con un ambiguo “si mejoran las condiciones de los profesionales, mejora la sanidad pública en general”. De qué manera facilitar el paso a la privada de los médicos de la pública va a contribuir a paliar la saturación, las jornadas extenuantes o las listas de espera incluso en los centros de salud no lo explicó. Con lo que sí encaja lo anunciado es con la agenda neoliberal de su gabinete.
“Declaración de intenciones”
González Castro, de Comisións Obreiras, habla, con todo, de “mera declaración de intenciones” mediada por la tensión electoral que “a ver si un día se concreta”. Él lo entiende complicado: “No estamos de acuerdo”. El Gobierno gallego deberá llevarlo a la mesa sectorial -este jueves no lo hizo, dado que estaba programada de antes- y los sindicatos con más apoyo no están por la labor. Eso sí, en última instancia la Xunta podrá imponerlo sin el acuerdo de los trabajadores.