Era una de las promesas de la Marea Atlántica y uno de los compromisos inmediatos asumidos a su llegada al gobierno municipal de A Coruña. “La plaza entra en el pazo”, suele advertir la plataforma para resumir una nueva forma de hacer política. El ejecutivo local apostó por abrir un turno de ruegos y preguntas de la ciudadanía en los plenos de la corporación y fomentar la “participación directa en el órgano que expresa la voluntad popular”. Será el próximo lunes 7 cuando cuatro vecinos estrenen esta posibilidad ya recogida en la legislación actual, pero no empleada antes.
Abrir el pleno a la participación ciudadana es una opción recogida en la normativa vigente de régimen local, así como en el propio reglamento de participación ciudadana del Ayuntamiento de A Coruña. Pero será este lunes 7 a las cinco de la tarde cuando se inaugure un mecanismo que estaba abierto a un máximo de diez vecinos en cada sesión, aunque sólo la mitad lo han solicitado y finalmente serán cuatro los que intervendrán en el pleno. Una de las peticiones fue descartada al no especificar en el formulario el tema del que se quería preguntar.
Desde el Ayuntamiento están seguros de que en las próximas convocatorias de pleno “habrá más participación ciudadana” y argumentan en las vacaciones y en el hecho de que el plazo para las solicitudes se haya iniciado en agosto como las causas que explican que no haya habido más solicitudes. Son dos mujeres y dos hombres las que participarán y preguntarán sobre diferentes temas: las acciones de apoyo a las asociaciones del pequeño comercio y del comercio de barrio, las bonificaciones en el IBI a las familias numerosas y las rebajas en las tasas del agua que tiene previstas el ejecutivo local, así como la situación de la vivienda social en la ciudad.
Otra de los temas tratados será el de los campamentos municipales y la necesidad de no discriminación. Y la pregunta será realizada por Sonia Hermida, madre de una niña con diversidad funcional a la que el anterior gobierno del Ayuntamiento de A Coruña le había negado una plaza en un campamento por falta de monitores especializados. Su intervención está cargada de simbolismo, ya que la vecina había solicitado una autorización para intervenir en el pleno que le fue denegada por el ejecutivo del PP. Un año después, podrá intervenir después de que incluso el Valedor do Pobo [Defensor del Pueblo gallego] recriminase al gobierno local del PP la ausencia de explicaciones y del informe que le había sido requerido para aclarar la discriminación.
La familia de la pequeña había intentado arreglar el problema, pero la entonces concejal de Cultura, Ana Fernández, le recomendó buscar un convenio con alguna institución para que la niña fuera atendida de forma idónea o que llegara a un acuerdo con un monitor de Servicios Sociales para que hiciera ese trabajo. Pero no hubo arreglo y la niña no pudo participar en aquella actividad.
“No es revancha, sino actuar con coherencia. En su día reclamé poder ejercer el derecho a intervenir en el pleno y no se me permitió, así que lo coherente era volver a reclamarlo y ejercer lo que ya podía haber hecho pero que no se me permitió”, explica ahora Sonia Hermida, que aclara que, “aunque aquello no sea responsabilidad del gobierno actual”, ahora le toca “responder a la demanda que ya existe por parte del Valedor”. La denuncia presentada ante la Fiscalía todavía está pendiente de respuesta. “Queda mucho por hacer y hay que garantizar una inclusión real de los chicos; en lo que a este ejecutivo se refiere, que haga el posible”, insiste.
Para Sonia Hermida, más allá del resultado efectivo de las reclamaciones que se hagan nos plenos, la iniciativa es muy positiva, “también porque ayuda a visibilizar casos como el mío o los de mucha otras personas”. “Es importante tener esta vía de participación abierta porque habrá cuestiones pequeñas y particulares y otras más importantes, pero lo importante es hacer ver que los ciudadanos tenemos muchas cosas que decir, que tenemos derecho a ejercer nuestra voz e intervenir en el pleno municipal”, insiste quien cree que esta posibilidad será muy eficaz “para tratar temas que tratan a un colectivo o a un barrio determinado”.
Cada uno de los vecinos que participará podrá hablar durante un máximo de tres minutos -aunque el Ayuntamiento será flexible con el tiempo- sobre el tema escogido y desde un escaño habilitado para su intervención. La respuesta llegará del alcalde, Xulio Ferreiro, o de algún concejal del gobierno de la Marea Atlántica.