Xunta y Gobierno central promocionan la 'marca España' en el “sueño” de Fraga
Un complejo faraónico presentado por un antiguo ministro de la dictadura como su “sueño” y para cuya construcción hubo que arrasar un monte. Estaba previsto levantarlo en un trienio por poco más de 100 millones de euros y, década y media después, ya se han sepultado allí más de 400 millones de euros públicos, sobrecosto investigado en una comisión parlamentaria sin consecuencias para sus responsables. La paralización de la construcción en tiempos de crisis, dos gobiernos después, provocó que en el centro del recinto haya dos enormes agujeros de incierto destino mientras sus actividades son financiadas por una opaca fundación y los costes de mantenimiento superan los 3 millones de euros al año. Este retrato de la Cidade da Cultura bien podría ser considerado, más o menos irónicamente, como una muestra de 'marca España', en la medida en que ha aglutinado buena parte de las malas prácticas de los gobiernos y de las oscuras relaciones con las empresas constructoras que alcanzaron su paroxismo en los años de la burbuja. La denominada Marca España es, precisamente, lo que se ha promocionado este lunes en el compostelano monte Gaiás.
En uno de los edificios diseñados por Peter Eisenman, esos que fueron recubiertos por piedra que llegó a ser importada desde Brasil y en cuyas contrataciones no faltaron los nombres ligados a dirigentes y familiares del PP, la Xunta y el Gobierno central citaron a un buen número de empresarios para participar en la jornada Marca España: Un esfuerzo conjunto hacia una industria innovadora y global. En el que inicialmente iba a ser edificio de servicios centrales de la Cidade da Cultura y que, tras la enésima reformulación, es conocido como Centro de Innovación Cultural, el “alto comisionado para la Marca España”, Carlos Espinosa de los Monteros, el presidente de la Xunta y los ministros de Fomento y Exteriores planteron un optimista panorama económico en el que, obviamente, no hubo mención alguna a la génesis del complejo que los acogía.
Antes del inicio de la jornada, que se dividió en mesas temáticas sobre la “fábrica del futuro”, “sectores estratégicos”, “logística e infraestructuras” y “talento” la ministra de Fomento, Ana Pastor, pronunció un nuevo discurso con matices preelectorales en el que no ahorró elogios a la gestión del Gobierno del que forma parte. Su departamento, asegura, ha tenido “a lo largo de esta legislatura muy presente” la apuesta por “contribuir al crecimiento económico y a la proyección al exterior de España a través de las infraestructuras”.
“Los hechos demuestran que España va por el buen camino”, proclama Pastor, quien asegura que sus inversiones siempre tienen “retorno social y económico”. Entre elogios al “papel” del Camino de Santiago y de las empresas gallegas como grandes activos de la Marca España la titular de Fomento presentó el AVE como uno de los “grandes hitos” del Ministerio en Galicia. En el mismo recinto en que las víctimas del Alvia clamaban hace pocos meses por una comisión de investigación que siguen exigiendo Pastor reitera: “Las infraestructuras de transporte también hacen marca España”.
Feijóo elogia la 'marca' como “aventura colectiva”
El discurso del presidente de la Xunta no fue menos entusiasta que el de la titular de Fomento. Acompañado por Espinosa de los Monteros y por el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, Alberto Núñez Feijóo presentó la “Marca España como una aventura colectiva con objetivos compartidos en la que también está Galicia, una Galicia que sabe trabajar”. Según Feijóo “pilares económicos como el textil, la automoción o el naval” están “apuntalados” por el “prestigio ganado por los técnicos y profesionales gallegos, la estabilidad institucional y social y también la reputación que han ido forjando los emigrantes, que allí donde llegaron implantaron una nueva idea del español”. El “trabajo, honradez y sentido del deber” de la emigración gallega forjó, según Feijóo, “lo que hoy se conoce cómo Marca España”.
En este escenario, el titular del Ejecutivo gallego desgranó ante el auditorio, formado esencialmente por empresariado, razones por las que Galicia está preparada para ser “una de las plataformas de entrada y salida de Europa”. Entre ellos figuran proyectos todavía inconclusos que, como en el caso de la Cidade da Cultura, no han estado exentos de polémica durante su construcción. Así, el presidente explica que “el puerto exterior de A Coruña forma junto con el de Ferrol uno de los grandes puertos exteriores del continente europeo” y “a ellos se suman una amplia red de autopistas [que no llegan a ninguno de los dos puertos, visibles entre sí por su proximidad] que nos unen a España y Portugal por cuatro vías diferentes y el alta velocidad ferroviaria”, que “pronto conectará Galicia con Madrid”.