Lo que tu gato intenta decirte con su cola

Gato con cola elevada

Eva San Martín

29 de octubre de 2021 12:14 h

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El maullido de tu gato puede ser un modo adorable de darte los buenos días; pero también una forma educada de pedirte: “Comida para gatitos, por favor”. Pero cuando la comunicación vocal termina, aún quedan muchas cosas que tu gato o tu gata intenta decirte, y que le gustaría que supieras.

En este sentido, no solo sus orejas, sus ojos o sus bigotes resultan locuaces: también la cola felina revela más información de lo que puede que imagines. De hecho, lo que tu gato te dice con su cola (y que le gustaría que tú entendieras) depende mucho de su posición, su movimiento, de si está curvada o estirada, incluso de su tamaño.

1. ¡Colas arriba! Aquí viene un gato feliz

La posición de la cola de tu gato, así como su movimiento, dice mucho acerca de las emociones de tu camarada de ronroneos; y también revela cómo se siente. Así, cuando la cola de tu gato apunta hacia el techo (incluso un poco curvada, como en un signo de interrogación), no hay duda: ahí tienes un felino feliz. 

Esta postura, técnicamente llamada postura de la cola alta, y que a mí me recuerda a la antena de un theremín feliz, expresa precisamente eso: su portador o portadora está contento de verte, se siente feliz, confiado, seguro en su entorno y está deseando interactuar con su humana o humano preferido. 

Ya sabes: la próxima vez que tu gato se acerque con la cola en alto o con su cola theremín, déjate querer. Proponle un rato de juego felino, abandónate a una sesión de caricias peludas o arrumacos con tu gato en el sofá; o, sencillamente, ofrécele un premio comestible para devolverle parte de esa felicidad. 

2. Tu gato te abraza con su cola: ¡te quiere mucho!

Para entender a tu gato, resulta de gran utilidad estudiar cómo se comportan los felinos en sus interacciones sociales con otros felinos. Y aquí va una señal gatuna inequívoca de amistad: el abrazo con la cola.

Este abrazo de cola, o una cola que te rodea las piernas al llegar a casa, constituye uno de esos comportamientos que los etólogos felinos llamamos conductas felinas afiliativas: es decir, implican un acercamiento, una señal de amistad y un reconocimiento como parte de su familia o círculo social. 

Del mismo modo que dos gatos amigos pueden entrecruzar sus colas al saludarse de modo afectuoso (de hecho, además, con este gesto están mezclando su olor y creando una suerte de olor de grupo o comunal), con ese abrazo de cola alrededor de las piernas, tu gato o gata te dice todo lo que te aprecia, y refuerza su cariño hacia ti.

Para que luego digan que los gatos no nos quieren. [Aquí te contamos: ¿Qué te pide tu gato cuando maúlla? (Claves para entender el idioma gatuno).]

3. Cola gatuna erizada: un paso atrás, humano

 Hay más cosas que tu gato te dice con la cola. Y no nos da tiempo (ni hay espacio) de hablar de todas aquí: por ejemplo, una cola felina que se sacude suele ser señal de que tu gato prefiere que dejes de acariciarle. Aunque los gatos también sacuden la cola (pero, normalmente, más despacio) cuando están concentrados o, por ejemplo, a punto de cazar su juguete preferido.

Aun así, hay una que no debes malinterpretar: la cola erizada. De hecho, cuando tu camarada peludo se asusta o se siente amenazado, ves como su cola se eriza y prácticamente duplica su tamaño.

No te lo tomes como algo personal: un gato asustado lo que básicamente intenta es parecer más grande de lo que realmente es (de hecho, es bastante más pequeño que tú), y el único motivo es porque ha detectado una posible amenaza en su entorno. 

 Es decir: a ojos de tu gato, en su mundo, hay algo que da mucho miedo. Puede ser que haya visto otro felino por la ventana (o lo haya olido); pero también puede suceder cuando escucha un sonido fuerte e inesperado, como una aspiradora encendida, o la llegada de una visita a casa.

No hay maldad, ni rencor por su parte: tu gato sencillamente está aterrorizado. Y técnicamente, este erizamiento se conoce como piloerección. De hecho, no solo eriza su cola. También suele erizarse el pelo de su espalda. Ahora bien: no te acerques a un gato asustado, porque todo ese miedo puede resultar en un arañazo o un mordisco (¿quién no haría lo mismo?).  

Al contrario: intenta dejar a tu gato solo y tranquilo, y proporciónale un refugio donde tranquilizarse a su ritmo. Y, en cualquier caso, si tu gato te muerde o araña, o te preocupa un comportamiento de tu felino, el mejor consejo es tomar unas consultas de comportamiento felino para ayudarte a entender a tu gato y, sobre todo, para saber lo que debes hacer para resolverlo y ayudar a tu felino a ser más feliz. 

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