Alternativas para estar al fresco en Madrid este verano: de las piscinas a los refugios climáticos

Piscina de Puerta del Hierro, en Madrid.

Guillermo Hormigo / Luis de la Cruz

Madrid —

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Madrid se enfrenta a su primera gran ola de calor de 2024, con temperaturas que pueden alcanzar los 40ºC este viernes. La provincia “se encuentra en el límite del umbral de adaptación de su población al calor y se espera que quede por debajo”, según el último informe de Greenpeace sobre estos fenómenos, que sitúa a la región en riesgo de calor extremo alto y fija la temperatura máxima de impacto en la salud en los 35,9ºC. “Madrid se encuentra justo en el límite mínimo de los índices de vegetación y de espacios verdes recomendado por la OMS, con un 27% de espacios verdes. Casi el 70% de la población no tiene acceso a los espacios verdes”, apostilla el documento de la organización medioambiental. 

Dentro de este contexto, y aunque la falta de mar o la hostilidad de algunas plazas como la Puerta del Sol hacen que la situación pueda ser muy poco llevadera, la capital cuenta con opciones heterogéneas para combatir las altas temperaturas. En esta recopilación incluimos las más importantes, sean alternativas institucionales desde la administración o iniciativas espontáneas y vecinales, en un momento en el que el activismo climático es uno de los perfiles más activos de los movimientos sociales. Agua, árboles y aire acondicionado como las principales herramientas para frenar el calor.

Piscinas públicas

Pese a varios cierres por obras (incluido el de la demandadísima Peñuelas), el Ayuntamiento de Madrid abre un total de 28 piscinas este verano, 20 al aire libre y ocho cubiertas que dispondrán de un solárium. Además, recuperará su aforo previo a la pandemia, con un 20% más de plazas adicionales con respecto a 2023, e incluirá entradas dinámicas que permitirá que cuando alguien salga de la piscina se pueda poner de nuevo a la venta ese ticket. Las entradas para el turno de mañana o tarde tienen un precio de 2,25 euros para el público general y cuentan con numerosos descuentos para distintos grupos de edad.

Las instalaciones contarán como de costumbre con dos turnos diarios: de 10.00 a 15.00 horas y de 16.00 a 21.00 horas. A estos se suma un tercero de día completo (de 10.00 a 21.00) que se incorporó durante el mes de agosto del verano pasado a petición de los usuarios. Los usuarios de este último turno podrán salir de las instalaciones cuantas veces quieran gracias a un dispositivo identificativo. Para acceder a las piscinas es necesaria la lectura del código QR que genera la compra online.

A las piletas municipales se unen las cuatro de la Comunidad de Madrid o la de la Universidad Complutense, solo algo más caras que las gestionadas por el Ayuntamiento, además de otras de carácter más exclusivo. Puedes consultar el listado de todas estas piscinas en este enlace.

Playas fluviales y piscinas naturales

Para quienes puedan y quieran alejarse del Madrid metropolitano, la región ofrece otras opciones con las que refrescarse entre la naturaleza, rodeado de agua y sombras arbóreas. A algunas se puede llegar en transporte público, mientras que otras precisan de vehículo particular. Muchos de estos parajes destacan, además de por su potencial paliativo contra el calor, por su belleza o su importancia para el medioambiente.

El Embalse o piscina natural de Riosequillo en Buitrago de Lozoya, las Presillas de Rascafría, el Pantano de San Juan en San Martín de Valdeiglesias y Pelayos de la Presa, las piscinas de Las Berceas en Cercedilla o la Playa de Estremera en el municipio homónimo son algunos de los enclaves naturales más destacados para combatir el calor dentro de la Comunidad. Desde Hoy Se Sale ampliamos información sobre estos y otros parajes en este artículo.

Chorros y pulverizadores refrescantes

Y de playas fluviales pasamos a playas urbanas, ya de vuelta a la capital. La más emblemática es la “playa” de Madrid Río, con los refrescantes chorros que alivian a vecinos y visitantes ante las altas temperaturas en este reclamado lugar. Ubicada en el parque de Arganzuela del distrito homónimo, los torrentes de agua de sus recintos ovalados funcionan entre las 11.00 y las 21.00. En total conforman la instalación 72 chorros de agua de diferentes alturas y nubes de agua pulverizada a través de 315 pulverizadores que refrescan el ambiente.

Como curiosidad, la iniciativa surgió en 2005 de un concurso de ideas en el que participaron 3.525 escolares madrileños. Ahora, niños y jóvenes son los grandes protagonistas de estas playa de agua vertical, ya que son los principales usuarios de un oasis contra el calor al sur de Madrid.

Otras actuaciones refrescantes en la capital son la pérgola nebulizadora de agua en el parque de La Gavia. Se trata de un avanzado sistema de climatización que pulveriza agua, creando una niebla fina y que cubre una superficie de 200 metros cuadrados. Y otros nebulizadores se encuentran en Plaza de España, que complementan la instalación de los juegos infantiles en la zona baja del enclave. Consisten en estructuras en forma de sombrilla dotadas de este sistema que consigue un efecto de enfriamiento del ambiente gracias a la pulverización del agua en gotas muy finas que, en contacto con el aire, se evaporan rápidamente. Con ello absorben el calor ambiental y reducen la temperatura. Las pérgolas funcionan en el mismo horario que los chorros de Madrid Río, de 11.00 a 21.00.

Plazas blandas

“Peligro, plaza no adaptada al calor extremo”: con este mensaje desplegado a través de una pancarta en la plaza de Salvador Dalí de Goya, junto a la avenida de Felipe II, Greenpeace reclamaba el pasado 10 de julio en Madrid la adaptación de las ciudades ante las olas de calor.

Las talas o la polémica reforma de la Puerta del Sol (donde no habrá toldos que aporten sombra hasta 2025) ejemplifican un modelo de plazas duras que se ha reforzado en la ciudad, las que tienen el cemento como componente central y están concebidas únicamente para servir de tránsito. No se crean para articular convivencia a su alrededor, son solo una forma como otra cualquiera de articular las conexiones de la ciudad.

Pero en la capital todavía pervive, aunque cada vez más minoritario y concentrado en el centro, ese otro modelo que fomenta comunidad con elementos tan sencillos como árboles, sombra, agua y asientos. La plaza de las Salesas entre Chueca y Colón, la de la Lealtad en el Paseo del Prado, la de Oriente junto al Palacio Real o la recién reformada plaza de Olavide en Chamberí son algunas de ellas. Eso sí, en este último caso puede existir la tentación de pasar a refrescarse desde la glorieta hasta una de las múltiples terrazas contiguas.

Refugios climáticos oficiales...

La expresión “refugio climático” está cada vez más en boga. En el fondo, no es otra cosa que un lugar accesible y abierto que proteja de las altas temperaturas estivales. En el Círculo de Bellas Artes, el Salón de Baile se convierte en una plaza cubierta pero fresquita, con vegetación y lugares para descansar, reunirse, trabajar, relajarse, leer o incluso jugar al ajedrez. El espacio está destinado especialmente a las personas más vulnerables al calor, pero permanecerá abierto a toda la ciudadanía mediante acceso libre y gratuito (aunque algunas actividades puntuales sí requieren inscripción). Las puertas permanecerán abiertas del 11 de julio al 31 de agosto entre las 11.00 y las 21.00.

Por si fuera poco, y para completar el proyecto, desde el CBA dispondrán una guardería para plantas para que toda persona que lo desee pueda dejar a buen recaudo sus compañeras vegetales durante sus vacaciones. La guardería está instalada eso sí en un espacio interior, por lo que solo se custodian plantas que no precisen de luz directa. Un equipo de profesionales se ocupará de su riego, mantenimiento y tratamientos ecológicos. Las fechas de recepción y devolución de ejemplares pueden consultarse en este enlace.

Esta mezcla entre actividades culturales y zona de descanso contra el calor es también la seña de identidad del refugio climático de la Fundación Canal, junto a Plaza de Castilla, abierto de 11.00 a 20.00 hasta el 31 de agosto. Mientras el vestíbulo dispone de un área con agua fresca, WiFi gratis o toma de red para carga de dispositivos, la Sala Mateo Inurria 2 acoge una muestra fotográfica y la intervención artística Siete lemas por el agua, donde se recogen los lemas ganadores escogidos entre más de 400 propuestas recibidas de 42 colegios de la Comunidad de Madrid. Un complemento ideal para refrescar la mente mientras el resto del entorno refresca el cuerpo.

... y refugios climáticos informales

Punta de lanza de una preocupación muy presente en la sociedad, es cada vez más frecuente encontrar el refugio climático como reivindicación popular. Así, el verano pasado un grupo de vecinos de Lavapiés “liberaron” un solar de titularidad municipal situado en el número 10 de la calle de Santiago el Verde para convertirlo en refugio climático autogestionado bajo la denominación de La Fresquita. La experiencia no tuvo recorrido porque fue desalojado rápidamente.

Mucho antes de que escucháramos hablar del término refugio climático ya se producía de manera informal el fenómeno por el cual los madrileños buscábamos en verano la sombra y el aire acondicionado a nuestro alrededor. Lo saben bien los trabajadores de las bibliotecas públicas y centros culturales situadas en barrios de menor renta, donde son menos habituales las instalaciones de aire acondicionado en las casas. Espacios tranquilos con libros, películas, cómics, acceso a Internet, zonas de descanso…y climatización.

Lo mismo sucede con algunos centros comerciales, especialmente lo más integrados en el tejido urbano, que a pesar de su naturaleza lucrativa son de facto lugares de encuentro, ocio y sociabilidad de algunos barrios. Grandes plazas techadas y climatizadas que, a falta de plazas públicas frescas y arboladas, sirven estos días de refugio climático.

Probablemente, veremos cada vez más como estos espacios que ya sirven de facto como refugios climáticos se incorporan a un itinerario planificado institucionalmente. En esta línea, el Mercado Municipal de Pacífico ya habilitó en 2022 una zona de descanso con agua fresca a la que llamó refugio climático. Igualmente, la pionera Red de refugios climáticos de Barcelona empezó su andadura mirando hacia sus bibliotecas y edificios oficiales.

Resguardarse en museos y cines (no solo de verano)

El programa del Ayuntamiento de Madrid Refúgiate en la Cultura nace para disfrutar de las instalaciones climatizadas de museos, bibliotecas y otros espacios culturales durante los calurosos meses de julio y agosto, principalmente en las horas centrales del día. Esas mismas en las que las altas temperaturas acechan con mayor intensidad y la mayoría de planes culturales se guardan en un cajón.

Así, estos recintos contarán con actividades extra para animar a que la gente a que se resguarde en la cultura. Van solo dos ejemplos: monólogos del humorista Sergio Pazos que tomarán el 8 y 27 de agosto, entre las 16.00 y las 17.00, el Museo de Historia de Madrid. Y el resonar de la guitarra flamenca de Rafael Andújar el viernes 19 de julio a las 15.00 en la Sala del Flamenco del Museo Reina Sofía. La Galería de las Colecciones Reales recibirá al artista en su Gabinete Musical ese mismo día a las 17.00.

Por su parte, los numerosos que participan en la campaña Refúgiate en la Cultura ofrecerán precio reducido, el equivalente al del día del espectador, en los meses de julio y agosto durante la primera sesión de la tarde (la que comience a las 17.00 o antes). Estas salas se encuentran distribuidas por toda la ciudad. Un complemento perfecto a las películas a la fresca en los cines de verano que toman la ciudad durante las próximas semanas.

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