Parece que hay cosas que nunca cambiarán en internet y timos que nunca desaparecerán: por mucho que pasen los años, aún no ha muerto el interés por saber si comprando un título nobiliario a través de un portal que los ofrece a precios muy asequibles -unos 50 euros el más barato - nos convertiríamos en nobles de algún remoto país. ¿Podríamos ser llamados duques o marqueses, con todas las de la ley, de aquí en adelante?
Desde luego, el timo no es nuevo. En realidad se trata de un viejo fraude que lleva más de una década dando vueltas por la Red y que ya en su día escandalizó a ciertos nobles - ellos sí, de pleno derecho -, que se dedicaron a tachar activamente este tipo de webs de fraudulentas.
Lo cierto es que, a pesar de que este tipo de páginas proliferan cada vez más, la compra de títulos nobiliarios no genera, como tal, efectos jurídicos válidos en nuestro país. De conformidad con la legislación vigente, los títulos nobiliarios sólo pueden adquirirse bien por sucesión hereditaria o bien por creación real – tal y como sucedió recientemente con el seleccionador de fútbol Vicente del Bosque, a la sazón marqués de Del Bosque -, pero nunca a través de la compra, al menos sobre la base de lo establecido por el derecho español.
Entonces, ¿qué ofrecen estas páginas? En realidad, parecen aprovecharse de las costumbres de determinados lugares (Escocia, sobre todo) en los que quien posee una porción de tierra tiene el derecho a utilizar el título de 'Laird' - algo así como “terrateniente” o “señor de la tierra”. Utilizando una de las acepciones del término, crean la ficción y la equiparan a la acepción de 'Lord', identificativa del poseedor de un auténtico título nobiliario. Y claro, si cuela, se embolsan unos 50 euros, que no está nada mal por un trozo de papel y una pequeña porción de tierra que probablemente el estafado nunca llegue a ver.
Recurren igualmente este tipo de sitios a legislaciones extranjeras, con la excusa de que, por ejemplo, según el derecho alemán uno puede ponerse el nombre artístico que guste. Por lo tanto, quien desee llamarse “Señor de las Tierras Lejanas” puede hacerlo sin ningún problema. Así, no es extraño ver cómo desde este tipo de webs animan a ello.
Sin embargo, esto no debe llevarnos a confusión. El hecho de que sobre la base de lo dispuesto por legislaciones extranjeras uno pueda llegar a llamarse artísticamente como desee no significa que ello sea también válido en nuestro país.
Yendo más allá, el fraude reside concretamente en que cobran al usuario por un supuesto título nobiliario que éste nunca va a llegar a adquirir realmente. Así que podremos llamarnos “Señor de Alba”, “Señor de las Tierras del Norte” o lo que nos venga en gana, pero no adquiriremos título nobiliario alguno ni disfrutaremos de un hermoso castillo en las Highlands escocesas. Podremos, eso sí, colgar un bonito papel en la pared de nuestra casa.
Así que, ya sabéis: el que quiera un título nobiliario, que se case con un noble o convenza al rey para que se lo conceda.
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Las imágenes que aparecen en este artículo son, respectivamente, dos capturas de pantalla del sitio web Comprar-titulos-nobiliarios.es y una tercera imagen propiedad de Miriam García.
Sobre este blog
Un blog sobre leyes y tecnología por y para iLetrados digitales. Derecho para todos los públicos de la mano de Jorge Campanillas, Marina Franganillo, Miriam García, David Maeztu, Jorge Morell, Andy Ramos, Ruth Sala, Alejandro Sánchez, Alejandro Touriño y Roberto Yanguas.
