Comerciantes exigen al Govern que “modifique o cancele” el acuerdo que limita la llegada de cruceros a Palma
La Asociación del Pequeño y Mediano Comercio de Mallorca (Pimeco) ha exigido al Govern que “modifique o cancele” el acuerdo que limita la llegada de cruceros a Palma “para esta temporada o la que viene”.
Según ha explicado la patronal de comercio este martes en un comunicado, “el turista que viene a la isla no visita Palma en los meses de calor, solo lo hace en los días nublados”.
En este sentido, “la ciudad es un desierto y los comercios sobreviven gracias a los cruceristas y a los pocos días nublados que deja el verano, que es cuando se animan los turistas y también los residentes a salir a comprar”, han afirmado desde Pimeco.
Por ello, han solicitado poder formar parte de las reuniones entre el Govern y la asociación comercial de líneas de cruceros CLIA para discutir la limitación de los cruceros, ya que “son la parte más afectada de esta cuestión”.
Además, han considerado que “aun estando en contra de la limitación, se puede mejorar mucho el acuerdo realizado por el anterior Ejecutivo”, ya que “no tuvo participación de las partes afectadas ni ningún estudio económico que lo avalase y justificara”.
Según la patronal, la “demonización” de este tipo de turismo está basada en dos premisas “fundamentales”, la medioambiental y la de “una supuesta” saturación de Palma. En esta línea, han cargado contra ambas diciendo que “un informe de la calidad del aire realizado por Autoridad Portuaria de Baleares en 2020 demuestra que las emisiones que generan los cruceros en Palma no son un problema para la salud de las personas”.
Por otro lado, han afirmado que “la supuesta saturación de Palma no está basada en ningún estudio científico independiente” y que “se puede pasear por el centro de la ciudad sin problema alguno”, ya que aquí “los cruceros atracan a cuatro kilómetros del centro y se acercan a la ciudad de forma escalonada en transporte público”.
Por último, han asegurado que “la afluencia de turistas contribuye a una reanimación de la economía dañada con motivo de la COVID, la inflación, la subida del Euríbor o la guerra de Ucrania, entre otros factores”, por lo que “es una temeridad continuar con la limitación sin antes tener garantizado un futuro”.
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