Podemos ha celebrado este miércoles un acto frente al Palacio de Marivent para exigir más transparencia sobre el procedimiento judicial por el cual el pueblo de Balears perdió este emblemático lugar -que estaba destinado a ser un museo- y pasó a manos de la familia real. El partido ha exigido el acceso a las sentencias, como mínimo, y toda la documentación del proceso judicial que ganaron en 1988 los herederos de la familia del filántropo Ioannis Saridakis; con la que recuperaron las obras de arte que contenía el Palacio Marivent a cambio de renunciar al emplazamiento.
El deseo de Saridakis de dejar un museo de arte para el pueblo de Balears fue cumplido apenas unos meses. Un procedimiento judicial no exento de polémica durante la época franquista permitió que el Palacio de Marivent se convirtiera en residencia real. “Las instituciones de la dictadura decidieron cerrar el Museo de Arte y convertirlo en la casa de vacaciones de la familia Real”, ha sentenciado Rafa Mayoral, diputado nacional, este miércoles. “Es una locura que en un estado democrático se niegue el acceso a una sentencia”, ha añadido.
En esta misma línea, la candidata autonómica del partido, Antonia Jover, ha declarado que “los ciudadanos de Balears tenemos derecho a saber qué pasó con las obras de arte y por qué Marivent acabó en manos de los Borbones”. Esta exigencia se produce después que el juzgado provincial negara a la formación morada el acceso a los autos del juicio. Podemos lleva un tiempo recopilando documentación para poder “recuperar el Museo y abrirlo al público cumpliendo con la voluntad del donante y proporcionando una zona verde a este barrio”, ha dicho Jover. El contenido de los documentos conseguidos hasta la fecha han sido publicados en exclusiva por elDiario.es.
Los herederos de la familia del filántropo Ioannis Saridakis llevaron a la Diputación de Balears a los tribunales en 1973 por incumplimiento de las condiciones de cesión de las obras de arte de su propiedad, valoradas en 40 millones de pesetas, unos 240.000 euros. Ganaron el juicio en primera instancia y, tras varios recursos, recuperaron las obras de arte. Sin embargo, renunciaron al Palacio de Marivent durante el proceso judicial. Desde entonces, el Palacio ha sido utilizado por la familia real española para sus estancias estivales.
Piden al Govern que mueva ficha
En esta ocasión, desde la formación morada se han dirigido directamente a la Conselleria de Presidència y a la presidenta del Govern, la socialista Francina Armengol, para que ayuden “alumbrar esta oscuridad” haciendo pública la copia que tiene que tener en posesión la comunidad autónoma al haber sido parte del proceso. Mayoral ha hecho alusión a que esto se trata de un acto de responsabilidad democrática: “No estamos en los años 80, la ley del silencio ha terminado y eso significa que tiene que haber un compromiso democrático por parte de la judicatura, en primer lugar, y por parte del conjunto de las fuerzas democráticas”.
La finca Marivent, en Mallorca, ha sido objeto de controversia desde que fue donada a la Diputación en 1961. A pesar de la falta de documentación, en las últimas décadas varios movimientos sociales han mostrado, frente las puertas del palacio, su desacuerdo con el uso de las instalaciones y sobre el coste que supone y que abona anualmente el Govern con el dinero de los contribuyentes de las islas. Durante la misma comparecencia, un transeúnte que pasa por allí chilla: “Marivent es para el pueblo”.
Los papeles de Marivent
Durante el régimen franquista, la finca de Marivent fue cedida a la Diputación de Baleares. Entonces empezó un largo proceso para formalizar la donación. La fórmula utilizada fue la creación de una fundación: el Patronato de la Fundación Museo de Arte Saridaki. La fundación fue creada para albergar y exhibir la colección del empresario y coleccionista de arte griego Saridakis. Según desveló en exclusiva elDiario.es en la escritura pública oficial, se recoge que el palacio, además de albergar un mueso de arte, “podrá utilizarse” por el Jefe del Estado, pero el hecho es que durante décadas ha sido utilizado como residencia de verano por los miembros de la familia real española.
El proceso de formación de la entidad gestora fue largo y contó con la supervisión tanto con los familiares del donante como miembros de la institución local franquista. Los documentos demuestran como, en un inicio, los borradores del estatuto de la fundación no contemplaban explícitamente el uso como residencia del jefe de estado español, Francisco Franco. Los esquemas iniciales del documento se limitaban a recoger una petición de la viuda del filántropo, Anunciación Marconi: poder organizar una recepción al año en los salones del palacio. Borrador tras borrador, esa idea se mantuvo con diferentes redacciones hasta que se enmendó el artículo 6 (que en la versión final pasaría a ser el 5) para incluir la posibilidad de residencia del jefe de estado en sus posibles visitas a la isla de Mallorca.
Pasaron los años y en julio de 1972, según los documentos a los que ha tenido acceso elDiario.es, el derecho del usufructo pasó del dictador a su heredero. La fecha corresponde a cuando el Patronato de la fundación se reunió y el primer punto del orden del día fue: “Destino Residencia Príncipes de España”. Las actas de esa reunión recogen que por la parte el representante de la familia donante “no hay inconveniente en que el Palacio de Marivent se destine a residencia del Príncipe de España, antes al contrario, tal destino es muy de su agrado”. Sin embargo, siempre hay un “pero” que se añadió así: “Ahora bien, estaba también en el pensamiento de la fundadora anteriormente de su esposo, que la Casa-Palacio fuera precisamente una residencia-museo, con el carácter que la misma tuvo en vida de aquellos, debiendo conservar el doble carácter indicado, abierto al público en ausencia de los Príncipes de España”.
Finalmente, lo que debía ser algo excepcional se convirtió en el uso exclusivo del palacio. El museo duró unos meses, se hicieron obras para acondicionar el palacio al gusto de los nuevos inquilinos y desde entonces nadie lo ha visitado, salvo los trabajadores y aquellos pocos elegidos por la familia real. Por allí han pasado representantes estatales y grandes empresarios. La fotografía oficial de la familia real posando unida en las escalinatas del palacio fue vista por las élites económicas baleares como un inmejorable cartel de promoción de la isla.