Convertirse en un hotel o pillar moho: el destino de las fortalezas y los terrenos militares de Menorca
A principios de 1850 la reina Isabel II ordenó la construcción de la que, en su momento, fue probablemente la fortaleza más sólida e inexpugnable de cuantas poseían las Fuerzas Armadas en la España del siglo XIX. Doscientos años después, una parte de los 120.000 metros cuadrados que ocupa 'La Mola', que se extiende todo a lo largo del Puerto de Maó, son el escenario idílico donde se realizan bodas, bautizos y comuniones -aunque también funciona un museo, gestionado por el Consorcio Militar de Menorca-.
En 2005 la sociedad Batería F Nueve SL. pagó cerca de un millón de euros por una parcela de 58.860 metros cuadrados que formaban parte de la antigua Batería de Costa de Biniancolla, perteneciente al Ministerio de Defensa y que se hallaba desafectada del servicio y abandonada. Su objetivo era construir un hotel de lujo que nunca llegó a concretarse.
En 2017, la que fuera una de las baterías artilleras más imponentes del Ejército de Tierra en Menorca, que alojaba un gran cañón Vickers 38.1, fue comprada por la firma francesa Experimental Group y reconvertida en un enorme hotel de lujo que abre, naturalmente, sólo en verano. En ese mismo año, el Ministerio de Defensa sacó a subasta las instalaciones de la ex base militar de Son Olivaret, en el municipio menorquín de Ciutadella, que se hallaba en ruinas desde que cayera en desuso a finales de los años 90. Un total de 307.300 metros cuadrados situados en la carretera de Cala en Bosc. Aunque el precio de salida era irrisorio, la puja quedó desierta.
Como estos, hay varios ejemplos más que dibujan el mapa del patrimonio que el Ministerio de Defensa mantiene a lo largo y ancho de Menorca y también -por supuesto- del resto de Balears. No todas las propiedades de este tipo se han reconvertido en espacios de ocio o de lucro para emprendimientos turísticos. Otros han sido simplemente abandonados y enmohecen a la sombra de algún incierto proyecto que no termina de concretarse. Es el caso de la Base Militar Norteamericana de S’Enclusa, fundada en 1965, en plena guerra fría, y destinada a servir como monitor de las actividades del bloque soviético en el Mediterráneo. Tras la caída de la URSS quedó obsoleta y vacía. En 2021 debía convertirse en el Centro de Interpretación de la Reserva de Biosfera desde hace varios años y que hasta ahora no ha sucedido.
“Hay una dejadez brutal en materia patrimonial”
Otro ejemplo paradigmático, en este caso en Mallorca, el de Es Fortí d’Illetes, construido para defender la bahía de Palma a finales del siglo XIX y que sirvió como campo de detención y exterminio para presos políticos después de la Guerra Civil, espera ser convertido en un Centro de Memoria desde hace años. “Hay muchos espacios que, con el paso de las décadas e incluso de los siglos, han dejado de tener utilidad en materia de defensa. Las posibles amenazas que hoy existen no son las que había en el siglo XIX o XX, por lo que hay espacios que van quedando ociosos. En este sentido hay una dejadez brutal en materia patrimonial. Hay zonas que están en estado de ruina como Es Fortí de Illetes”, insiste Jesús Delgado, quien fuera director autonómico de Memoria Democrática, quien lleva décadas luchando por que el gobierno balear disponga al Fortín como centro de memoria.
En Menorca las propiedades que tiene el Ministerio de Defensa son algo más de 30 entre solares, fincas, pisos, polvorines y antiguos acuartelamientos, muchos de ellos desafectados del servicio desde hace años. “Son Olivaret y Baterías de Biniancolla son dos ejemplos que además están en zonas rústicas. Luego están las propiedades ubicadas en zonas urbanas como el solar de Vassallo que actualmente está cedido para que funcione un parking. Nosotros siempre hemos reivindicado que la titularidad se mantenga pública, pero que se destinen al uso y disfrute de la ciudadanía”, sostiene Cristina Gómez, ex consellera de Vivienda y actual diputada autonómica de Podem.
En Menorca las propiedades que tiene el ministerio de Defensa en Menorca son algo más de 30 entre solares, fincas, pisos, polvorines y antiguos acuartelamientos, muchos de ellos desafectados del servicio desde hace años
¿Destinarlo a vivienda?
Vivir en Balears es cada vez más caro. Alguien diría que es incluso prohibitivo, según de qué renta o qué ingresos se disponga por mes. Según el IBESTAT, el instituto de estadística balear, el archipiélago registró en el último trimestre de 2023 un aumento de 5,7% en el precio de la vivienda, lo que sitúa el metro cuadrado en 16,5 euros, es decir, uno de los más caros del territorio español. En Barcelona, por poner un ejemplo peninsular, un alquiler ronda los 16,2 euros el metro cuadrado, según datos del Ayuntamiento de la ciudad condal.
Habida cuenta de que en todas las Islas y especialmente en Menorca hay miles de metros cuadrados públicos ociosos pertenecientes al ministerio de Defensa, que ya no cumplen funciones en el esquema de la custodia de la seguridad y la soberanía nacional, y dado que en algunos casos terminan formando parte de negocios privados, sería lógico pensar que estos espacios podrían pasar a tener utilidad pública no sólo en los papeles. Ese es el espíritu de la Propuesta No de Ley presentada por Més per Menorca y Podem el pasado 18 de febrero en el Parlament balear.
“Si bien la PNL está orientada específicamente a aquellos espacios en desuso que se ubican en zonas de valor paisajístico y natural, el sentido de esta iniciativa es intentar evitar que este tipo de fincas terminen vendidas a una inmobiliaria alemana o francesa para construir hoteles boutique o spas de 5 estrellas. Queremos que estos espacios naturales no sólo tengan la titularidad pública, sino que tengan un uso público. No nos oponemos a que sigan siendo propiedad del ministerio de Defensa, pero queremos que al menos se puedan poner a disposición de la población”, explica Jesús Delgado.
Para entender si es posible que algunos de los espacios ociosos en poder del Ministerio de Defensa pudieran convertirse en parque de vivienda, elDiario.es ha consultado a Eduardo Robsy, ex director general de Vivienda del Govern y recientemente nombrado asesor del Gobierno central en la Comisión de Asuntos Económicos. “A priori no sería viable o no de una forma sencilla, porque entiendo que esta iniciativa conjunta de Més y Podem tiene que ver sobre todo con espacios naturales. Dicho esto, seguramente alguno de esos espacios quizás serían susceptibles de convertirse en vivienda”, añade.
“Existen otras otras propiedades, no necesariamente en espacios naturales, que podrían aprovecharse para hacer algún tipo de iniciativa en este sentido”, ha expresado el dirigente socialista, quien el pasado 19 de febrero presentó una propuesta de acuerdo ante el Consell Insular de Menorca solicitando que el organismo inicie contactos con el Instituto de Vivienda Infraestructura y Equipamiento de la Defensa (INVIED) para conseguir nuevos suelos susceptibles de construcción de viviendas de protección oficial o alojamientos estacionales en la isla.
No ha sido posible contar con la opinión de las Fuerzas Armadas para este reportaje. Fuentes cercanas al Consorcio Militar de Menorca consideran que se trata de “un asunto político que afecta directamente al Ministerio de Defensa” y evitan verter opiniones a propósito de la PNL presentada en el Parlament y en el Consell Insular.
El Gobierno no se pronuncia
Por su parte, el Gobierno que preside Pedro Sánchez tampoco se ha pronunciado sobre las propiedades del Invied, a pesar de que el 18 de enero de 2023 las ex diputadas por Balears de Unidas Podemos, Antonia Jover y Lucía Muñoz, presentaron en el Congreso una serie de preguntas por escrito solicitando su “opinión” sobre la propuesta de cesión de bienes, para “evitar así la especulación urbanística y el agravamiento de la situación de turistificación” en el territorio de las Islas.
En su contestación, el Gobierno evitó responder directamente sobre la posibilidad de que estos terrenos pasen a tener utilidad pública, aunque reconoció la existencia de nueve espacios militares desafectados y ociosos en Balears; cinco de ellos en Mallorca (la radiobaliza de Son Sant Joan, unos terrenos de la base aérea de Pollença, el acuartelamiento de Son Simonet, una residencia de suboficiales en Palma y un solar en Son Angelats); uno en Eivissa (la avenida '8 de agosto' del Paseo Marítimo) y tres en Menorca (las baterías de Son Olivaret y Costa de Favaritx y la batería de costa Biniancolla en Sant Lluís). Qué sucederá con ellos es, de momento, una incógnita.
Según apunta el autor del estudio ‘La gestión y ordenación ambiental y del paisaje de los espacios naturales militares e instalaciones militares de Mallorca’, Laureano López-Rodó Maresch, citado en este reportaje de elDiario.es, más de 2.200 hectáreas de las Islas son aún hoy propiedad del Ministerio de Defensa, que cayeron en desuso tras la desaparición del servicio militar obligatorio en 2001. Dadas las circunstancias y teniendo en cuenta los antecedentes, no resultaría ilógico pensar que, de no pasar a tener una utilidad pública, estos terrenos terminarán convertidos en hoteles o bien seguir acumulando moho.
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