A esto se le llama timing, supongo. Justo mientras el redactor jefe del medio en el que está alojado este blog me estaba encargando esta mismísima pieza, asoma la cabeza detrás de una columna uno de los subdirectores y me dice:“¿A que te has olvidado de que pasado mañana es 15M?”¿A que te has olvidado de que pasado mañana es 15M?
Confundido, medio balbuceo yo de vuelta: “Joder, es verdad, parece mentira. Ay, ehhhh…”
De repente me entra mucha vergüenza y cierta tristeza. Es cierto. En pocas horas se “celebra” el aniversario de esa fecha simbólica de “aquello” que cambió tanto mi vida y que espero que cambie tanto nuestro país, y de repente…, ¿ha desaparecido de mi realidad? ¿Es eso algo malo?
No puedo concentrarme ya en toda la tarde y le me da vueltas la cabeza: ¿Cómo es posible que el aniversario del 15M haya perdido prácticamente todo significado para mí? ¿Es verdad que no tiene importancia? ¿Se ha acabado todo? ¿Dónde estamos? ¿Hemos ganado? ¿Hemos perdido? ¿Vamos ganando?
En 2011 me pasé un mes prácticamente el día entero en la plaza. Día y noche. La plaza nos cambió a mucha gente. Estableció vínculos muy fuertes entre las personas que nos encontrábamos allí tarde tras tarde. Comprimió el tiempo. Mucha intensidad. Mucha verdad. Nada de cinismo. El mes de acampada fueron como diez meses. Y los pocos años posteriores parecen como treinta. Fue todo muy intenso. Estoy mayor. Me siento ya como un veterano. Y no hemos ni empezado.
Muchas veces bromeo con M. una de las personas que dinamizó la primera noche que se formó la acampada en Madrid, en que alguna vez nos veremos como esos héroes de guerra que vemos en la tele, viejos y gordos y cargados de medallas. Nos sentaremos en unas gradas en la Castellana a ver pasar un desfile de maestros, poetas, niños y académicos disfrutando la victoria.
Eso sí, no sabemos qué es la victoria. Y claro, pues tampoco sabemos si nos acercamos a ella o no. M. y yo hemos seguido haciendo política cada día, cada uno en nuestra ‘versión’ del 15M. Hay tantos 15Ms como personas. Eso me costó tiempo aprenderlo.
Tras M., repaso mentalmente, y gran parte de las gentes que conocí en la plaza están ahorita mismo metidos en la política de partidos. Bueno, venga, en esa nueva política de partidos. Una pequeña traición a aquello que era lo único que de cierta forma en algo nos unía, se me viene a la cabeza. En realidad no sé..., tal vez sea lo que toca. No es lo mío. Confío en ellos. Un notable número de estas personas están en listas electorales o directivas, comités de coordinación y cosas de esas. Y un significativo subconjunto de estos es probable que tengan responsabilidades institucionales muy pronto.
P. lo hará bien cuando entre en una oficina de gobierno. Seguro. Le conozco mucho y su naturaleza no le permitiría otra cosa. Todos lo harán bien. Espero que el sistema no les fagocite. El sistema es poderoso.
Otro grupo ha seguido en la calle haciendo política todos los días desde fuera de los partidos. Los más visibles (y heroicos tal vez) son los de los distintos grupos de vivienda aunque hay mucha más gente que sigue haciendo cosas por ti y por mí. Cosas que no se ven, pero cosas “que son 15M”. Ese mismo 15 de mayo de 2011 conocí a P. en la manifestación. Es de las personas más extraordinarias con las que me he cruzado en mi vida. Desde entonces lleva -sin ataduras- trabajando por construir un mundo mejor para tus hijos y los míos. Eso sí, no quiere saber nada de partidos, ni entonces ni ahora. Es una mujer admirable. De las personas de las que más he aprendido.
¿Dónde está el 15M cuatro años después es la gran pregunta? Yo le daría la vuelta (y me voy a poner un poco vehemente, me disculpen). La cuestión sería -refiriéndonos a temas importantes- ¿dónde NO está el 15M? O mejor dicho: sus mutaciones, restos, impregnaciones, esencias, derivaciones o como quieras llamarlo… Yo personalmente lo encuentro presente en todos los ámbitos de la sociedad. Acompáñenme:
Todo este movimiento de nueva política o regeneración como la llaman algunos, NO es el 15M, claro, pero sin el 15M no se habría dado en esta forma. Y con certeza no estaría en la agenda de todos los partidos. Concretando: el partido político de nombre Podemos, NO es el 15M, pero sin el 15M no habría existido tal partido en esta forma y con esta dimensión. Las candidaturas de convergencia municipales, otro tanto.
Las llamadas mareas (organizaciones suprasindicales y/o temáticas que agrupan a todo un sector, por ejemplo la sanidad, la educación, los españoles en el extranjero…), NO son el 15M, pero sin el 15M y sus prácticas no habría sido posible su existencia y efectividad.
El fin de la impunidad judicial en el sector de la banca, por ejemplo, NO ha sido labor exclusiva del 15M, pero sin el 15M y la presión popular no habría sido posible igualmente.
La popularización de la lucha por el derecho a una vivienda digna. Evidentemente la PAH no es el 15M, pero sin que las gentes del 15M hubieran hecho suya las luchas de la PAH, no estaríamos ahora donde estamos. En esto siempre pongo el mismo (vehemente) ejemplo: el hecho de que sepas que significa el termino ‘dación en pago’ es probablemente gracias al 15M.
Toda la nueva organización social y economía colaborativa y social que está en ebullición en este momento: cooperativas, grupos de consumo, desarrollo del crowdfunding en distintas áreas, popularización de la banca ética, asambleas populares… No es ni nada nuevo ni exclusivo del 15M, pero nuevamente: sin el 15M no sería posible en esta dimensión ni variedad. (Ni futuro: NOTA DEL AUTOR).
La Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana. Esa ley que quita de en medio a jueces, la de las multas arbitrarias, criticada por todos los sectores menos el Gobierno, esa que el no muy progresista New York Times tacha de 'franquista'. La legislación destinada a sacarnos de la calle a todos los manifestantes molestos, es claramente una ley provocada por el 15M y lo que ha traído. Sin el 15M no la habríamos tenido en esta forma. Y no sólo la ley, que es lamentable, tampoco la parte positiva: toda esa organización social de reivindicación y protesta tan sana. El aprender a defender derechos. El exigir. Aprender a demandar responsabilidades a los poderes. El hacernos mayores en una Democracia. El tematizar la impunidad de actuaciones en determinados sectores como las fuerzas del orden. Todo eso, me temo, no estaría pasando sin el 15M.
Vamos, que la sociedad se esta transformando. Lentamente, muy lentamente. Demasiado lentamente, pero está pasando. “Poderoso el enemigo es. Milenios de ventaja nos lleva.”, que diría Master Jedi Yoda. Siempre he pensado en esto como una tarea generacional, así que paciencia, amigo. Pero que sepas que las prácticas o esporas o mutaciones o como-quieras-llamarlas del 15M te rodean, te impregnan, te están afectando, y, ¡oh sorpresa!, puede que incluso “seas” del 15M y no lo sepas.
Y es que el 15M no era -ni es- algo tan raro: es sencillamente respeto, cordialidad, algo de amor. Preocuparte por el bien común. Mirar al otro. Ejercer la no violencia. Respetar el disenso. Escuchar. Construir. Preocuparte por las desigualdades. Vamos, eso que ‘los antiguos’ llamaron Democracia.
Es ya 15 de mayo. Han pasado cuatro años. Vienen elecciones de nuevo. En 2011 no hubo un gran cambio. Ahora parece que sí puede haberlo, no sabemos cuanto de grande. Y no sabemos si una vez cambiada la representación en las instituciones, se producirá un cambio en realidad. No estamos en las plazas. No se nos ve. Eso sí, te puedo asegurar que P., M., P. y otra mucha gente siguen cada día peleando y trabajando por construir un mundo mejor, más justo. Cada vez -y suele pasar todos los días- que recibo un email o un mensaje con esa palabra: Seguimos, me emociono. E intento seguir.
Y para acabar con la –verdadera– historia con la comencé el post y volviendo a la oscura redacción de mi radio donde preparamos los programas. Veo como se va alejando el joven subdirector del medio por el pasillo musitando: “Eso es bueno” [se refiere a que ya no tengamos tan presente las fechas del 15M] “No queda ya nada de nostalgia, eso es bueno...”.
A mí sí que me sigue produciendo cierta nostalgia, pero coincido. Eso es bueno. Seguimos.
FOTO: Transformación sobre un original de Vladimir Yaitskiy, Creative Commons (BY/NC/SA)
Sobre este blog
Interferencia (Wikipedia): “fenómeno en el que dos o más ondas se superponen para formar una onda resultante de mayor o menor amplitud”.