En Turquía, la credibilidad ha cambiado de bando. Los medios de comunicación tradicionales han perdido el privilegio de definir en exclusiva la actualidad: lo que se ve, de lo que se habla, lo que importa. Imágenes y relatos alternativos circulan con tanta intensidad por las redes sociales que Tayyip Erdogan decidió hace una semana nada más y nada menos que “apagar” Twitter.“apagar” Twitter
La credibilidad y la confianza del público se desplazan hacia otros espacios de comunicación, entre los que destacan sin duda las revistas satíricas. Penguen, Uykusuz y otras revistas de humor constituyen un auténtico fenómeno masivo, un hecho cultural de primer orden en Turquía. La influencia de estas revistas ha contribuido a imprimir un estilo y una sensibilidad irónica muy especial a la revuelta contra el autoritarismo de Erdogan.
BarıŠUygur es autor satírico y de novelas de misterio. Trabaja como editor y columnista en la revista Uykusuz desde su fundación en 2007. En el texto que puedes leer a continuación, explica la crisis de los medios de comunicación tradicionales, el auge de las revistas satíricas turcas y cómo la cultura de masas (series, películas y vídeojuegos) se ha convertido en el paradójico “código secreto” que los manifestantes usan para comunicarse entre sí y burlar las máquinas interpretativas de políticos y periodistas.
Situación actual de los medios de comunicación en Turquía
Situación actual de los medios de comunicación en TurquíaDurante la década de los 90, los medios de comunicación turcos sufrieron una profunda transformación. Lo más importante es que cambiaron de titularidad. Actualmente, los medios de comunicación en Turquía están profundamente integrados en industrias ajenas al sector. La mayoría de las empresas de medios de comunicación pertenecen a un holding más grande, y sin el apoyo y el flujo de caja de las empresas de los otros sectores que integran estos holdings, todas ellas se desvanecerían.
Pero a su vez, estas otras empresas ajenas al sector mediático dependen en gran medida de contratos gubernamentales, o bien tienen negocios frágiles que las hacen muy vulnerables a nuevas legislaciones o incluso, simplemente, a las inspecciones gubernamentales. Mientras las compañías mediáticas dependen de los contratos gubernamentales y de las desgravaciones fiscales, el gobierno depende de los medios de comunicación para la propaganda.
La transformación de las revistas satíricas turcas
La transformación de las revistas satíricas turcas Al igual que las empresas de medios de comunicación, las revistas satíricas también sufrieron una transformación a lo largo de los años 90, si bien en sentido contrario. Este tipo de revistas pertenecían a grupos mediáticos. Sin embargo, resultaban una molestia para los gobiernos y las corporaciones, así que en la medida en que las empresas de medios de comunicación fueron siendo más dependientes, las revistas satíricas dejaron de interesar a los propietarios.
Así fue que, una por una, las revistas satíricas fueron cerrando y sus creadores y colaboradores pasaron a lanzar sus propias revistas de forma independiente. Al no tener relación alguna de negocios con el Estado y al abstenerse de imprimir publicidad, estos creadores se liberaron de toda “presión gubernamental y corporativa”.
De modo que, por resumir, mientras los medios de comunicación perdían su independencia, las revistas satíricas se liberaban de cualquier tipo de conflicto de intereses. Cuando tuvo lugar el incidente del parque Gezi y se desencadenaron las protestas, la estructura de los medios de comunicación turcos era la siguiente: control total por parte del Gobierno y dependencia total de empresas ajenas al sector de los medios de comunicación.
Gentrificación, nuevas regulaciones y el descontento de las masas
Gentrificación, nuevas regulaciones y el descontento de las masasQuiero destacar al menos tres hechos que, a mi juicio, vienen a ser la causa de las protestas, y que tienen que ver con aquello que estaba sucediendo y de lo que la población turca discutía en los días previos a los incidentes.
En primer lugar, la gentrificación en el centro de Estambul, que se lleva a cabo a través de legislaciones feroces(1). Como Estambul ha llegado a sus límites geográficos naturales (es una ciudad con más de 15 millones de habitantes), el centro de Estambul se ha convertido en el foco de nuevos proyectos de construcción disfrazados de “renovación urbana”.
En segundo lugar, las nuevas regulaciones sobre bebidas alcohólicas -que más que prohibir el alcohol, imposibilitaban a mucha gente su consumo a través de impuestos altísimos y condenas públicas- provocaron un gran descontento, al menos en ciertos sectores de la sociedad. También lo provocaron los intentos de separar a estudiantes de ambos sexos en las escuelas y las críticas a la indumentaria de las chicas, así como las directrices sobre cómo deberían éstas comportarse en público.
Por último, lo ocurrido en torno a las masacres de Roboski [las fuerzas aéreas turcas bombardearon y mataron a los aldeanos de un pueblo kurdo en la frontera con Irak] y Reyhanli [un atentado terrorista en el que murieron más de cincuenta ciudadanos turcos] tiene una importancia especial para comprender la esencia de Gezi. En ambos casos, los medios de comunicación no cubrieron la noticia durante horas o tergiversaron gravemente los hechos, de modo que el público sólo supo de los hechos a través de las redes sociales y alternativas.
Estos son sólo algunos de los muchos problemas que había sobre la mesa antes de Gezi. También es importante tener en cuenta que hay un número significativo de personas en Turquía que se definen como seguidores de Kemal Ataturk y sienten que el gobierno está tratando de eliminar la esencia kemalista del Estado.
La chispa que incendia la pradera
La chispa que incendia la praderaMientras que la insatisfacción pública crecía, los bulldozers se precipitaron en el parque Gezi, el único espacio verde disponible en el corazón de Taksim, junto a la plaza Taksim, considerada tradicionalmente como la plaza Primero de Mayo por los sindicatos y los izquierdistas. Se pretendía destruir el parque para ubicar allí un centro comercial y un hotel.
Así, los pocos manifestantes que fueron testigo de la destrucción del parque se congregaron de inmediato en él para tratar de impedir el paso a los bulldozers. El grupo inicial de 20 personas se multiplicó por diez después de la icónica fotografía de la mujer vestida de rojo, tomada por un reportero de Reuters. Cuando la policía incendió las tiendas de los manifestantes, esos cientos pasaron a ser más de tres mil. Y al tercer ataque de la policía, el más feroz de todos, esos tres mil manifestantes se convirtieron en cientos de miles de personas.
Por primera vez en la historia de la república, los aficionados al fútbol, los rockeros, los punks, los kurdos, los kemalistas, los trabajadores de cuello blanco y azul y, en fin, casi todo el mundo se organizó a través de Twitter, Facebook y otras redes sociales netamente turcas. A pesar de los esfuerzos de los medios de comunicación, que trataron de convencer al público de que nada importante sucedía, la gente creía lo que leía en Twitter, la gente creía en sus amigos y, supongo que por primera vez desde hacía décadas, la gente creía en sí misma.
En la noche del 31 de mayo, cada club, bar o restaurante de Taksim se convirtió en sede de los manifestantes. Las personas resistían por turnos. Mientras doscientas estaban luchando contra la policía en la calle, las demás descansaban a la espera de relevar a sus amigos, así que las fuerzas policiales pronto acabaron más agotadas que los manifestantes. Al día siguiente la policía tuvo que retirarse de toda Taksim.
La cobertura mediática de los incidentes
La cobertura mediática de los incidentesA excepción de tres pequeñas empresas de televisión propiedad de los partidos de izquierda, no hubo cobertura televisiva de los acontecimientos. La forma en que la CNN turca ignoró las protestas se convirtió en una leyenda. Mientras más de cien mil personas resistían contra las fuerzas policiales, en los canales de noticias podías ver documentales de pingüinos o programas de cocina. Mientras Taksim estaba envuelta en llamas y nubes de gas, y casi cada emisora prominente a nivel internacional o europeo estaba reportando en vivo, los canales de noticias turcos dormían un profundo sueño.
El humor y el nuevo lenguaje de los manifestantes
El humor y el nuevo lenguaje de los manifestantesTengo que decir que lo que la gente experimentó en el parque Gezi fue como una utopía. Tal vez por primera vez desde hacía décadas, los nacionalistas estaban resistiendo junto a los kurdos. Algunos llegaban incluso a decir que ahora comprendían lo que los kurdos podían haber vivido realmente en los años 90. Por primera vez los musulmanes rezaban bajo la protección de los ateos y los comunistas. Por primera vez en la historia, las personas del colectivo LGBT fueron respetadas y acogidas por todos. Hasta los trotskistas y los anarquistas pasaron a ser amigos, aunque les quedara mucho por discutir acerca del levantamiento de Kronstadt.
Había un sentido del humor muy loco. Realmente me pregunto lo loca que tiene que llegar a estar una persona para robar una excavadora, un vehículo pesado de construcción, y conducirlo hacia la policía. ¡La gente no tenía absolutamente ningún miedo! Diría que estaba ebria, ebria de libertad.
Lo más importante que quiero señalar acerca del sentido del humor de los manifestantes es que tenía un lenguaje muy polifacético y, de hecho, en muchos casos difícil de entender. Afirmo que no era sólo el gobierno el que estaba perplejo; tampoco la gran mayoría de los periodistas captaba las bromas del todo.
Tomad, por ejemplo, este graffiti que se ha escrito decenas de veces en tantas esquinas, y que dice: “Habéis provocado a una generación que ha zurrado polis en GTA”. ¿Cómo puede pillar la gracia del lema alguien que no sepa que GTA es un popular videojuego en el que los jugadores golpean a policías?
Yo mismo, que no había visto aún Juego de Tronos, no entendía lo que “¡El invierno está llegando, Tayyip!” (por R. Tayyip Erdogan) podía significar. Sin embargo después de haber visto los episodios de la serie, lo entiendo. ¡Y vaya si venía, el “invierno”!
Actualidad y revistas satíricas
Actualidad y revistas satíricasCasi todo el personal de nuestra revista estuvo en las protestas desde el principio. La sede de nuestra revista Uykusuz se encuentra en Taksim y la mayoría de nosotros vivimos en Taksim. Hemos dedicado todo un número a las protestas. Hoy hay un lugar común entre los jóvenes turcos: “Sigo la actualidad por las revistas satíricas”. Recibo cientos de correos cada año de lectores que aseguran que no leen los periódicos y que nos consideran a nosotros como un periódico.
Pero eso no quiere decir nada. Puedo hablar horas acerca de por qué nosotros, las revistas satíricas y de humor en Turquía, somos diferentes a los periódicos tradicionales. Pero basta un ejemplo para aclararlo.
No tenemos una página oficial en Facebook activa. No me preguntéis por qué, simplemente no la tenemos [en estos momentos estamos tratando de abrir una]. Sin embargo, hay páginas “no oficiales” de fans en Facebook abiertas en nuestro nombre. Nosotros ni siquiera las promovemos, pero la mayor de ellas tiene más de dos millones de seguidores. Pues bien, el periódico más grande de Turquía, Hurriyet, que sí está promoviendo su página oficial de Facebook en cada rincón de su página web, tiene apenas la cuarta parte de seguidores que nuestra página de fans no oficial.
El abismo entre los medios y la gente
El abismo entre los medios y la gente Lo cierto es que estoy muy satisfecho con la postura de los medios de comunicación ante los levantamientos. Gracias a ella, muchos manifestantes kemalistas, por ejemplo, cayeron en la cuenta de que se trata de los mismos medios a los que habían venido dando crédito cuando informaban de la región sureste, durante las escaramuzas con el PKK.
A una gran cantidad de manifestantes kemalistas o nacionalistas les oí personalmente decir que ahora entendían a los kurdos. Por lo tanto, creo que hubo un despertar en cuanto a los medios de comunicación se refiere, y la primera consecuencia sólida de las protestas en el parque Gezi es que ya no se volverá a confiar en los medios de comunicación en Turquía como antes.
Me pareció también interesante el hecho de que ni los periodistas ni los políticos tuvieran ni idea de lo que los manifestantes estaban diciendo. Grand Theft Auto, Juego de Tronos, El Señor de los Anillos, El Club de la Lucha, V de Vendetta, World of Warcraft, Counter Strike... Estas fueron las claves para entender a los manifestantes.
Hablaron también el mismo idioma que se había hablado antes en las revueltas de Seattle, Londres, París, Tahrir y Grecia. Todas las paredes estaban cubiertas de consignas conocidas, como “A.C.A.B.” Y se utilizaron las tradicionales del París de 1968.
Pero la consigna más significativa es el famoso lema punk “No Future”. Y este fue tal vez el único lema ausente en el parque Gezi. ¡Los manifestantes escribieron de todo menos “No hay futuro”!
Creo que puede ser un indicio de que sí hay esperanza.
La traducción del artículo es de Álvaro García-Ormaechea, Emre K. y Ethel O. me ayudaron a traducir el texto de las imágenes (¡mil gracias!).
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