Diez candidatos y dos modelos en el debate demócrata: ¿revolución a la izquierda o vuelta a la normalidad?
En el escenario, 10 candidatos demócratas a la presidencia y dos modelos para combatir a Donald Trump en las elecciones de 2020: ¿vuelta a la normalidad tras un periodo excepcional de cuatro años o revolución demócrata a la izquierda?
La colocación de los candidatos no es casual. Su porcentaje de apoyo en las encuestas determina su posición. En el centro, Joe Biden y su 29%. Biden es la encarnación del modelo 'vuelta a la normalidad' y ha dejado bien claro durante todo el debate que su principal arma es presentarse como discípulo de Barack Obama, de quien fue vicepresidente. A ambos lados del ex número dos de Obama, Elizabeth Warren (17%) y Bernie Sanders (15%), percibidos como la 'revolución' progresista del partido (aunque uno más que otro).
Las opciones de todos los candidatos que se sitúan sobre el escenario a la izquierda de Warren y a la derecha de Sanders (Kamala Harris, Pette Buttigieg, Andrew Yang, Cory Booker, Beto O'Rourke, Amy Klobuchar y Julian Castro) son mínimas. De hecho, la suma de los apoyos de los últimos cuatro candidatos solo serviría para una cuarta posición. Las primeras votaciones comenzarán en febrero de 2020 y el proceso culminará en julio en la Convención Nacional Demócrata.
Aunque ha dejado pocos enfrentamientos directos, el debate si ha regalado a los espectadores varias anécdotas memorables, como cuando uno de los candidatos minoritarios, Andrew Yang (3% en las encuestas), ha anunciado que dará desde ya 1.000 dólares al mes durante un año a 10 familias que lo soliciten en la página web de su campaña. A algún orador se le ha escapado la risa, pero este anuncio está inspirado en su programa de renta universal de 1.000 euros al mes para todos los adultos. Una fórmula extraña de intentar demostrar que si sale elegido, puede aplicarlo.
La otra gran anécdota del debate, paradójicamente, no la ha dejado el debate, sino la pausa publicitaria. De pronto, todo EEUU ha podido ver un anuncio de una organización republicana en la que aparecía una fotografía ardiendo de Alexandria Ocasio-Cortez y en la que se acusaba a la candidata de ser la “nueva cara del socialismo y la ignorancia” al tiempo que se mostraban imágenes de cadáveres y esqueletos.
Bernie Sanders se declara abiertamente socialista, una palabra tabú en EEUU hasta hace bien poco, y estaba claro que el tema iba a estallar por algún lado. Jorge Ramos, uno de los moderadores, le ha preguntado por qué se resiste a llamar dictador a Maduro y le ha pedido “explicar las diferencias” entre su tipo de socialismo y el “impuesto en Venezuela, Cuba y Nicaragua”. “Cualquiera que haga lo que está haciendo Maduro es un tirano despiadado”, ha respondido Sanders. “Es extremadamente injusto comparar el socialismo democrático con lo que existe en Venezuela. Te diré en lo que yo creo; creo en lo que existe, por ejemplo, en Canadá y Escandinavia, que garantizan sanidad a todo el mundo como un derecho humano”, ha añadido.
El debate ha comenzado con la sanidad, donde se ha podido ver uno de los pocos enfrentamientos directos entre Warren y Biden. Esta es la primera vez que los líderes en las encuestas se enfrentan públicamente en un escenario. “Mi plan es caro, pero el suyo mucho más ¿Cómo lo van a pagar? La senadora a mi izquierda no lo ha dicho y el senador lo ha hecho, pero se ha quedado a medio camino”, ha afirmado Biden. “Warren está con Sanders y yo estoy con Barack”, ha añadido.
Aunque su presentación como discípulo de Obama es su principal baza, en migración le ha costado un momento incómodo. “Como candidato presidencial en 2008 apoyó el muro fronterizo y después sirvió como vicepresidente en una administración que deportó a tres millones de personas, la mayor en la historia de EEUU ¿está listo para decir que cometió un error? ¿Por qué deberían confiar en usted los latinos?”, ha preguntado Ramos. Entonces Biden solo ha podido afirmar que la comparación de este presidente con el anterior es “indignante”. “No ha contestado a la pregunta”. Biden cierra fuerte los ojos y responde: “El presidente hizo lo mejor que se podía hacer”. “¿Y usted?”. “Yo soy vicepresidente de Estados Unidos”, contesta. Por su parte, Warren ha afirmado: “En este país, la inmigración no nos hace más débiles, sino más fuertes. Quiero ampliar las formas de inmigración legal”.
Otro de los grandes temas ha sido la política exterior. Aunque todos se han mostrado de acuerdo en retirar las tropas de Afganistán (un mantra repetido –e incumplido– en las dos últimas elecciones presidenciales), el pasado de Biden se ha vuelto a convertir en un arma de doble filo. El exvicepresidente veía como se acercaba el tema de Irak, así que se ha adelantado y ha reconocido que “nunca” debería haber votado “para dar autoridad a Bush a hacer lo que decía que iba a hacer”. Pero a Sanders le ha dado igual y no ha dejado pasar la oportunidad: “Una de las grandes diferencias entre tú y yo es que yo nunca creí lo que dijeron Bush y Cheney sobre Irak y yo voté en contra y ayude a liderar la oposición [a la guerra]”.
El aplauso de la noche se lo ha llevado Beto O'Rourke, que jugaba en casa (Texas), a la hora de comentar la política de armas. Muchos demócratas van con pies de plomo a la hora de anunciar restricciones en la posesión de armas. Saben que puede costar votos y los republicanos han explotado muy bien el miedo de 'si vienen, nos quitarán nuestras armas': “Claro que sí, te vamos a quitar tu AR-15 y tu AK-47. No vamos a volver a permitir que se usen contra compatriotas”, ha afirmado.
Algunos analistas empiezan a preguntarse si Sanders o Warren deberían retirarse de la carrera para no dividir el voto, ya que juntos superan el porcentaje en las encuestas de Joe Biden.
A pesar de todo, la mayor sorpresa de la noche la ha dejado Donald Trump, que de momento no ha tuiteado nada sobre el debate de sus rivales del Partido Demócrata. Sí que ha tuiteado, en cambio, que su hotel en Nueva York ha sido nombrado el mejor del mundo. Quizá el presidente ha hecho caso a Kamala Harris que, después de lanzarle unas cuantas críticas en su discurso inicial, ha afirmado: “Ahora puedes volver a la Fox”.