El abogado del caso contra Israel en la Corte Penal sobrevive al bombardeo de su casa en Gaza: “Las dos horas más terribles de mi vida”
“Mi familia y yo hemos sobrevivido de milagro. Mi casa ha sido destruida esta noche por bombardeos israelíes. La zona en la que vivo fue sometida a bombardeos de los aviones de combate durante casi dos horas y he vivido junto a mi querida esposa y mi hijo las dos horas más largas y horribles de mi vida. Estábamos seguros de que no sobreviviríamos y que moriríamos con cualquiera de esas bombas”.
Así arranca la carta enviada por el abogado y activista de derechos humanos Raji Sourani tras el bombardeo de su casa en la ciudad de Gaza la semana pasada. El sábado, la relatora especial de la ONU para Palestina, Francesca Albanese, daba la voz de alarma anunciando el ataque contra Sourani. elDiario.es no lograba hablar con él tras estar en contacto a diario durante los 10 primeros días de guerra.
“Escuchamos el rugido de los F-16 y las explosiones de los proyectiles 25 veces seguidas. La casa temblaba y estaba llena de humo”, escribe Sourani en el texto que ha circulado entre activistas preocupados por su paradero.
“Con cada explosión, tenía tres sentimientos: primero, somos el objetivo; en segundo lugar pensaba en los miles de civiles a los que represento como abogado y cómo se sintieron con sus familias antes de ser asesinados; y tercero, me preguntaba si había hecho mal en negarme a marchar y ser parte de la nueva Nakba cuando el Ejército israelí pidió a la gente salir de la zona norte”.
Recién graduado de Derecho en 1979, Sourani fue encarcelado durante tres años por las autoridades israelíes. Aquella experiencia le “arrastró” a una vida y una carrera dedicados al activismo y actualmente es uno de los principales impulsores y defensores del caso contra Israel por crímenes de guerra en la Corte Penal Internacional, donde representa a las víctimas palestinas.
“Conozco a Raji desde hace unos 35 años y siempre ha buscado utilizar la ley para abordar los crímenes contra su pueblo. En particular, ha luchado durante una década para que la Corte Penal Internacional (CPI), que con razón respondió con tanta rapidez a las atrocidades rusas en Ucrania, adopte medidas similares sobre los crímenes de Israel contra civiles palestinos, incluidos el apartheid y los asentamientos ilegales”, recordaba en redes sociales el reputado activista Reed Brody, conocido como 'el cazador de dictadores' por su trabajo legal contra líderes autoritarios de todo el mundo.
“Recuerdo estar sentado junto a Raji en La Haya cuando miró a los ojos a la entonces fiscal de la Corte Penal Internacional, Fatou Bensouda, y le suplicó que dijera a los palestinos que podían confiar en el derecho internacional y que no necesitaban recurrir a la violencia”, escribe Brody. “Por supuesto, la CPI, bajo la presión de Estados Unidos, que ni siquiera es miembro, y de los Estados occidentales, ha ralentizado su investigación en Palestina desde 2015”.
La Corte Penal Internacional concluyó en marzo de 2020, tras años de espera, que tenía jurisdicción para investigar los posibles crímenes de guerra cometidos tanto por Israel como por Hamás, pese a que Israel no es parte del tratado. Sourani denuncia que desde que el caso entró en esta fase, “la investigación no ha avanzado nada”. En esta etapa, tras concluir que hay una base sólida para creer que se han cometido crímenes de guerra, el tribunal debe identificar a los sospechosos y emitir una orden de arresto si es necesario. La CPI no puede juzgar a Estados.
“Algún día haremos que esos criminales rindan cuentas”
Tras esas dos horas de bombardeos “interminables”, Sourani salió al exterior. “Solo vi mi casa destruida casi por completo. Cristales, madera, las puertas, las ventanas, los muebles, nuestro salón, los baños, las cortinas, el muro del jardín, mi biblioteca... todas las memorias destruidas”. Pese a su “elocuencia, agallas y fortaleza”, lo más duro para el abogado fue no ser capaz de hablar con su hija, que llamaba por teléfono desde Dubái. “No podía decirle nada, excepto que vamos a morir. No quería romperle el corazón en nuestra última conversación”.
Entre los escombros y la noche, Sourani y su familia cogieron el coche, que también estaba dañado por las explosiones, y condujeron, “pese al peligro”, hasta casa de su hermano. “Tuvimos suerte”. A diferencia de los más de 5.000 palestinos muertos en Gaza, según datos del Ministerio de Salud de la Franja, Raji y su familia han sobrevivido.
“Algún día haremos que esos criminales rindan cuentas y haremos que el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, también rinda cuentas por su selectividad y la politización del Estatuto de Roma [tratado que rige el tribunal]. Nunca olvidaremos ni perdonaremos”, escribe Sourani. “Israel, Biden y el Occidente que apoya a Israel en cometer estos crímenes contra civiles son criminales. Recuperaremos nuestra libertad y dignidad y acabaremos con la ocupación criminal”.
Brody, judío estadounidense, también se pronuncia sobre la política de EEUU hacia Israel. “No apoyo las bombas que cayeron sobre la casa de Raji, que están destruyendo miles de hogares en Gaza y que están desplazando a cientos de miles de civiles que no tienen nada que ver con los crímenes de Hamás. Como judío, como estadounidense, tengo que decir: no en mi nombre”.
“Décadas de esa opresión israelí contra los palestinos no justifican ni legitiman de ninguna manera los despreciables crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos por Hamás contra civiles israelíes el 7 de octubre. Los crímenes de Hamás en ese terrible día tampoco justifican el castigo colectivo que ahora impone Israel a los 2,4 millones de habitantes de Gaza”, escribe Brody.
Sourani concluye en su mensaje: “Activistas de derechos humanos como nosotros somos para Israel terroristas con traje”. “Para ellos somos agentes de organizaciones terroristas que abrazamos el terrorismo haciendo que se cumpla el derecho y la justicia”.
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