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La imputación del expresidente argentino por violencia machista sacude a un peronismo en reconfiguración

Foto de archivo del expresidente argentino Alberto Fernández.

Mercedes López San Miguel

Buenos Aires —

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El peronismo, movimiento político histórico en Argentina, atraviesa un momento crítico tras la imputación del expresidente Alberto Fernández por violencia machista. Un espacio que incluye al kirchnerismo y que hace nueve meses perdía las elecciones presidenciales ante la ultraderecha de Javier Milei. ¿Cómo se reconfigura tras el quiebre moral? ¿Quiénes asoman como figuras de renovación? ¿Qué efecto genera en sus simpatizantes? 

El último mandatario peronista, Alberto Fernández, ha sido acusado de violencia machista por su expareja Fabiola Yáñez en el juzgado federal de Julián Ercolini. El fiscal Ramiro González lo imputó por lesiones leves y graves y por amenazas coactivas. Fernández, quien niega los hechos, ha renunciado a la presidencia del Partido Justicialista Nacional –que encarna el peronismo–. “Esta decisión la tomo con el único propósito de no involucrar al partido en el que siempre milité en los hechos que falsamente se me endilgan”, ha escrito el expresidente. 

Todo salió a la luz a partir de unas conversaciones online entre la ex primera dama y la secretaria de Fernández, María Cantero. Las fotos de Yáñez con hematomas en un ojo y un brazo enviadas por chat (y publicadas por la prensa argentina) motivaron la apertura de un expediente paralelo en el marco de una investigación por corrupción que involucra al marido de Cantero y amigo del exmandatario, Héctor Martínez Sosa.

“Fallas éticas”

Eduardo Fidanza, sociólogo, director de la consultora Poliarquía, analiza el impacto de la acusación contra Fernández: “Es un golpe significativo para el peronismo porque las fallas éticas y morales son temas sensibles para la opinión pública. El expresidente sobreactuaba una narrativa feminista, hacia afuera, y, hacia adentro, en su vida privada, se contradecía. Tal hipocresía genera rechazo, porque esa falla conecta con categorías del bien y del mal. Si además se investiga un hecho de corrupción, es un cóctel explosivo”, afirma a elDiario.es.

Por su parte, Shila Vilker, analista de opinión pública de la consultora Tres punto zero, explica a este periódico el efecto de la denuncia en segmentos de la población que se autodefinen peronistas, tras una encuesta cualitativa realizada en la ciudad de Buenos Aires y en su provincia. “Lo llamativo es que la denuncia contra Alberto Fernández no aparecía como tema al principio, como una especie de puesta en suspenso. Pero cuando el encuestador mencionó el asunto, apareció el desencanto. La novedad es que este caso abre la posibilidad del nihilismo, del 'no me creo nada de nadie'”.

Vilker comenta que la consultora también ha hecho una encuesta cuantitativa nacional y, ante la pregunta “¿Después de ver las fotos de Fabiola Yáñez golpeada, pensaría votar por el peronismo-Unión por la Patria?”, un 35,6% de los encuestados respondió que sí. “¿Cuánto obtuvo Sergio Massa en la primera vuelta electoral? el 36% (frente al 30% de Javier Milei). El peronismo está en su piso, se mantiene el número. La gente que es anti-Milei, que está desencantada, tampoco tiene otra opción para acomodarse y migrar”, dice la experta. 

Los explícitos desencuentros entre Alberto Fernández y la entonces vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner terminaron por consagrar a Massa como candidato presidencial. Massa cultiva un bajo perfil desde su derrota en la segunda vuelta de las presidenciales en noviembre. La única noticia que trascendió del exministro de Economía fue su incorporación al fondo buitre Greylock Capital.

Renovación generacional

Para Fidanza, Massa podría salir de las sombras. “Massa tiene capacidad y ubicuidad, además de vínculos con las élites. Si en Argentina no hubiera balotaje, él habría ganado en primera vuelta. Podría renacer, pero es una especulación”. agrega.

Fidanza también analiza la proyección de Axel Kicillof, actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, quien dijo estar en shock tras la publicación de las fotos de Yáñez. “Todos estamos shockeados por esta situación. Esperando que se resuelva rápidamente; que actúe rápidamente la Justicia y lo resuelva. Es gravísima la denuncia”, aseguró en declaraciones a la radio. 

El sociólogo considera que Kicillof “representa claramente una renovación generacional, habría que ver cuál es su autonomía respecto a Cristina Kirchner. Él ha sido una de las expresiones ideológicas programáticas en favor de la fuerte presencia del Estado en la economía. Su vulnerabilidad radicaría en que ha sido una figura predilecta de Cristina”.

“Hace nueves meses ganó la provincia de Buenos Aires de manera clara. Sus posibilidades para 2027 tendrán que ver con su eventual éxito en la gobernación. La provincia de Buenos Aires ha sido un territorio donde el peronismo hizo apoyos electorales”, agrega. 

Cristina Fernández de Kirchner declaró esta semana en el juicio oral por el frustrado atentado contra su vida del 1 de septiembre del 2022. Ante el tribunal, mostró la tapa de la revista Noticias como ejemplo de violencia simbólica contra ella por su condición de mujer. El título decía: “El negocio de pegarle a Cristina”, acompañada de una imagen de su rostro con marcas de violencia. “Miren que contexto actual, hasta con un ojo negro me sacaron y una curita. Tiene actualidad, ¿no?”, dijo, en una alusión que todo el mundo asoció a la denuncia de Yáñez. 

La expresidenta ya se había expresado sobre el caso en la red X (antes Twitter). “Las fotos de la Sra. Fabiola Yáñez con hematomas en su cuerpo y rostro junto a los chats publicados que revelan el diálogo entre ella y el expresidente no sólo muestran la golpiza recibida, sino que delatan los aspectos más sórdidos y oscuros de la condición humana. Permiten comprobar, una vez más y dramáticamente, la situación de la mujer en cualquier relación, se desarrolle ésta en un palacio o en una choza. La misoginia, el machismo y la hipocresía, pilares en los que se asienta la violencia verbal o física contra la mujer, no tienen bandera partidaria y atraviesan a la sociedad en todos sus estamentos...”.

La investigadora Vilker afirma que la figura de Cristina Fernández de Kirchner (CFK) es vista como parte del pasado. Según ella, sus votantes ubican sus logros en el pasado: “'Lo ha dado todo como Néstor y Perón', dicen los votantes de Cristina Kirchner. No activa el potencial ni el futuro. CFK tiene una adhesión estable, sigue ordenando, pero no tiene un consenso pleno”.

Fidanza coincide y agrega: “El peronismo está dividido. La figura de CFK fue perdiendo capacidad de organizar, de aglutinar. Su reacción fue autorreferencial, de acusar a Alberto Fernández. Cuando se hace foco sólo en una persona, se pone la culpa afuera. Dentro del espacio político no se ensayó la postura de presunción de inocencia: esto habla de las divisiones, de las reyertas”. 

Juan Grabois, un referente de las organizaciones de barrios carenciados, con discurso de izquierda y vínculos con el Papa Francisco, ha hablado de la necesidad de depuración en el peronismo. Ya en diciembre pasado pidió a los que pertenecían al entonces Frente de Todos, incluyendo al expresidente Fernández, asumir cierto grado de responsabilidad por la situación socioeconómica del país. Sobre la denuncia de Yáñez, posteó: “En términos éticos, rige acompañar a la víctima. En términos jurídicos, rige el principio de inocencia. En términos políticos rige el 'no te hagas el boludo'”.

De cara al futuro

Se dice que toda crisis abre una oportunidad. El peronismo, un movimiento popular y de masas que incluyó vertientes de izquierda y de derecha en su historia, y en los últimos 20 años tuvo una agenda más progresista con el kirchnerismo, se ha reconfigurado a lo largo del tiempo. 

“El movimiento político y cultural perdió representación histórica, pero sería un error decretar su final”, advierte Fidanza. “Hay que rescatar el programa progresista, que no puede quedar descartado. Con esta denuncia, Milei recibe un regalo en su batalla cultural y ‘anticasta’. Es el relato de las derechas en todo el mundo, como Bolsonaro y Trump. Un mix entre fiscalismo y machismo: Milei justifica el cierre del Ministerio de la Mujer y quiere reducir las políticas de género, y por otro lado dice: 'No se puede condenar a los hombres por ser hombres'”. 

Vilker sostiene que se necesita una renovación en el peronismo, nuevas figuras. “Yo veo dificultad para imaginar liderazgos, es un momento de reconfiguración que está en proceso. El voto más de izquierda, progresista, tiene un sentido del otro muy fuerte frente al individualismo que pregona la derecha. Hoy el peronismo no puede transmitir una cosmovisión, con bases y valores”. Según la investigadora, “el problema no es que la gente se desperonice”, sino cómo lo exprese, ya que para sus seguidores “es complicado defender al movimiento actual”.

Con todo, Fidanza afirma que este tránsito del peronismo se dará a la par de un descontento con el actual Gobierno neoliberal de Milei. “La oposición lo primero que tiene que hacer es esperar la desilusión con Milei de los que lo apoyaron. Y recuperar las bases electorales históricas, tener un liderazgo emocional que reescriba el ideario progresista más allá de los defectos”.

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