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Biden cede ante los republicanos: qué significa el acuerdo para evitar una histórica suspensión de pagos de EEUU

Joe Biden habla en la Casa Blanca después de llegar a un acuerdo sobre el techo de deuda.

Javier de la Sotilla

Washington —
29 de mayo de 2023 22:00 h

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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, han puesto fin al culebrón del mes de mayo. Tras semanas de negociaciones, alcanzaron finalmente este fin de semana un acuerdo que servirá para aumentar el techo de deuda durante dos años a cambio de recortes en algunos gastos gubernamentales, con lo que se evitará una suspensión de pagos que habría sido catastrófica e inédita en la historia del país.

Después de alcanzar un principio de acuerdo el sábado, ambas partes han terminado el domingo de cerrar los flecos de la iniciativa legislativa –de 99 páginas– que se enviará al Congreso. El órgano legislativo deberá votar a partir de este miércoles la ampliación del techo de deuda, que se encuentra en la actualidad en 31,4 billones de dólares. De no hacerlo, el Gobierno estadounidense se quedará sin dinero para pagar sus deudas a partir del 5 de junio, según alertó la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.

Un punto medio

El proyecto de ley supone un punto medio entre ambas partes: eleva el techo de deuda hasta después de las elecciones presidenciales (1 de enero de 2025), satisfaciendo la demanda demócrata, e implica recortes en el gasto social, según pedían los republicanos. En la práctica, supone una cesión de Biden, que había prometido mantenerse firme en la inversión pública, pero también de McCarthy, que acepta recortes menores de los deseados.

Tras el pacto alcanzado este sábado entre los máximos representantes de la Casa Blanca y el Partido Republicano, la pelota está ahora en una Cámara de Representantes dividida, donde no está asegurado el voto afirmativo a la iniciativa.

Por un lado, los republicanos cuentan con una estrecha mayoría, sustentada por el ala dura, que ya complicó la elección de McCarthy como presidente de la cámara, y ahora podría retomar su protagonismo. Los miembros más radicales del partido se han mostrado muy contrarios a la ampliación del techo de deuda y consideran insuficientes los recortes acordados. Por el otro lado, varios congresistas demócratas han reiterado que no aceptarán ningún tipo de recorte del gasto público, algo que se prevé en el texto acordado entre los equipos de Biden y McCarthy.

“Insto encarecidamente a ambas cámaras a que aprueben este acuerdo”, dijo Biden desde la Casa Blanca el domingo por la noche tras su llamada de hora y media con McCarthy. “Es una buena noticia para el pueblo estadounidense, ya que elimina la amenaza de un impago catastrófico y protege nuestra recuperación económica histórica”.

McCarthy ha dicho que la Cámara Baja tiene previsto votar el proyecto de ley el miércoles, y entonces se enviará al Senado para su aprobación definitiva. En esta cámara, los senadores pueden introducir enmiendas, lo que podría alargar la aprobación definitiva hasta la próxima semana. Si eso ocurre, el país se acercaría peligrosamente a la suspensión de pagos, que Yellen ha previsto, como muy pronto, para el lunes 5 de junio.

Biden acepta recortes en el gasto público

“El acuerdo representa un compromiso, lo que significa que no todo el mundo consigue lo que quiere. Esa es la responsabilidad de gobernar”, dijo Biden. En la práctica, supone la renuncia a su promesa de mantener la inversión pública.

En el texto publicado durante la noche de este domingo, se contempla la supresión de 28.000 millones de dólares de fondos provistos durante la pandemia, que iban a ser destinados a ayudas sociales, pero finalmente no se utilizaron. También se rescinden 1.400 millones de dólares de los fondos asignados al servicio de impuestos internos como parte de la Ley de Reducción de la Inflación, aprobada el verano pasado por los demócratas.

Además, los republicanos han conseguido la cesión de Biden en otra de las carpetas más tensas durante las negociaciones: el proyecto de ley prevé ajustes a los requisitos para la asistencia temporal para familias necesitadas y el programa de asistencia nutricional suplementaria. Es decir, se hacen más estrictos los requisitos laborales para que los beneficiarios puedan acceder a subvenciones y los cupones de alimentos.

Otra de las renuncias de Biden tiene que ver con la carpeta medioambiental. En el proyecto de ley, se incluye una medida para acelerar la finalización del gasoducto Mountain Valley Pipeline, que está paralizado por problemas medioambientales. Esto supondrá una importante victoria para el senador demócrata Joe Manchin, un magnate de la industria energética cuyas posiciones climáticas son más cercanas a los republicanos.

El último paso

El acuerdo entre los dos líderes para aumentar el techo de deuda, algo que se ha hecho hasta en 78 ocasiones desde 1960, supone un paso esencial para evitar una crisis crediticia sin precedentes. Y así ha respondido la bolsa internacional, con un aumento generalizado tras la noticia. Pero EEUU contiene la respiración hasta su aprobación definitiva, que no está, ni mucho menos, asegurada.

“Este 'acuerdo' es una locura. Un aumento del techo de la deuda de 4.000 millones de dólares sin prácticamente recortes no es lo que acordamos. No votaremos a favor de la bancarrota de nuestro país. El pueblo estadounidense se merece algo mejor”, tuiteó el congresista republicano Ralph Norman, miembro del ultraconservador Freedom Caucus de la Cámara de Representantes.

Con la negativa del ala dura, McCarthy no tiene asegurado el apoyo de su grupo parlamentario, pero tampoco lo tiene Biden entre los demócratas más izquierdistas. La congresista Pramila Jayapal, presidenta del Caucus Progresista del Congreso, que cuenta con más de 100 miembros, dijo el domingo que el líder demócrata no debería contar con los votos de su grupo. “Sí, tiene que preocuparse”, dijo en CNN.

Pero el tiempo apremia, y el límite está puesto en el próximo lunes. Los congresistas deberán votar el proyecto de ley definitivo antes de esa fecha para evitar lo que supondría el primer impago de la historia del país. Ante las posiciones contrarias al acuerdo del ala dura –a izquierda y derecha– de ambos partidos, la aprobación definitiva podría pasar por los moderados.

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