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Bolivia enviará un alto representante para tratar de “superar” la crisis con España tras las advertencias de la UE

El Gobierno interino de Bolivia busca una forma de resolver la crisis con España por su decisión de expulsar a dos diplomáticos españoles enviando un alto representante a su embajada en Madrid. A pesar de este acercamiento, el Gobierno formado tras el golpe de Estado que apartó del poder a Evo Morales insiste en defender la medida que desencadenó la tensión con España y que ha sido rechazada por la Unión Europea.

El Gobierno de Áñez declaró este lunes “personas no gratas” a la encargada de Negocios de la Embajada de España, Cristina Borreguero; al cónsul español, Álvaro Fernández; y a varios diplomáticos mexicanos, entre los que se encuentra la embajadora en La Paz, María Teresa Mercado, dándoles 72 horas para dejar el país.

El Gobierno interino señaló que varios funcionarios españoles habían tratado de acceder en la mañana del viernes en coches de la embajada, de forma “clandestina” y junto a individuos “encapuchados” y “presumiblemente armados”, a la residencia de la embajadora de México en aquel país, María Teresa Mercado.

La encargada de negocios de España en Bolivia, Cristina Borreguero, acudió a primera hora de la mañana del viernes a la embajadora de México, en lo que el Gobierno español ha definido de “visita de cortesía”, después de que el país azteca hubiera denunciado un incremento de la presencia policial boliviana en torno a la residencia de Mercado y la propia Embajada en días anteriores, desencadenando un cruce de reproches entre los dos países.

Al término de la visita, los vehículos en los que llegó Borreguero no pudieron regresar hasta la residencia de la embajadora mexicana para recogerla, ya que la Policía boliviana se lo impidió, presuntamente por la presencia de personas encapuchadas en ellos y “presumiblemente armadas”, según denunció la canciller boliviana, Karen Longaric, que no serían otra cosa que los agentes encargados de la seguridad del personal diplomático español.

La visita fue vista por algunos sectores en el país andino como un intento de sacar de allí a los asilados políticos, algo que desde el Ministerio de Asuntos Exteriores español se ha negado rotundamente.

Rechazo de la UE a la actuación de Bolivia

Este martes, último día de 2019, la Delegación de la UE en Bolivia rechazó la decisión del Gobierno interino de declarar “personas no gratas” a Borreguero y Fernández. La Unión Europea considera que la expulsión de funcionarios diplomáticos es “una medida extrema e inamistosa que debe reservarse a situaciones de gravedad”.

En ese sentido, la Delegación europea ha instado a Bolivia a ofrecer explicaciones “a la mayor brevedad” sobre su actuación y sus decisiones tras celebrar una reunión de jefes de misión de los Estados Miembros para conocer de parte de España lo sucedido.

La primera autoridad boliviana en responder al pronunciamiento europeo fue el ministro interino de la Presidencia, Yerko Núñez, que defendió la decisión del Gobierno de Jeanine Áñez de declarar “personas no gratas” a ambos funcionarios y a la embajadora de México en el país.

Núñez insistió en que la medida no era en contra de España o México, países con los que “siempre” se buscarán tener una buena relación bilateral. “Queremos que, así como respetamos, también nos respeten la soberanía en Bolivia”, aseguró ratificando la versión boliviana sobre el incidente del pasado viernes.

La Cancillería boliviana asegura en un comunicado su deseo de “superar este impás a la brevedad y mantener estrechas relaciones con el Reino de España”. “Para este cometido, el Gobierno Constitucional de Bolivia acreditará en la Embajada de Bolivia en Madrid a un alto representante diplomático”.