El primer ministro británico, Boris Johnson, ha insistido este lunes en el final de todas las restricciones en Inglaterra para el 19 de julio a pesar del aumento de los contagios en Reino Unido, que están en su punto más alto desde enero. Johnson ha justificado su decisión por el programa de vacunación, aunque ha advertido que “esta pandemia está lejos de terminar”. El dirigente confirmará la decisión final el próximo 12 de julio.
En solo una semana, los casos positivos han aumentado un 53% en Reino Unido, alcanzando una incidencia a siete días de 229,9 contagios por 100.000 habitantes. Por su parte, los pacientes ingresados han aumentado un 24,2% en la última semana con un total de 1.953.
Johnson ha anunciado que el uso de las mascarillas pasará a ser voluntario y que ya no será necesario respetar la distancia social, al igual que dejarán de utilizarse los códigos QR que actualmente son necesarios para entrar en los restaurantes. Todos los negocios podrán reabrir, incluidas las discotecas, y no habrá límites legales en las reuniones en interior y exterior.
“Pasaremos de las restricciones legales a las decisiones informadas” de los ciudadanos, ha señalado Johnson. Esta fase de la desescalada estaba prevista para junio, pero tuvo que retrasarte un mes ante la expansión de la variante delta.
En Inglaterra se dejarán de exigir los certificados COVID para entrar en sitios cerrados, pero los negocios pueden utilizarlos. Esta semana el Gobierno anunciará su decisión sobre las burbujas escolares, así como sobre la cuarentena obligatoria para aquellos que vuelvan de un país incluido en la lista ámbar.
El 86,1% de la población adulta del país ha recibido la primera dosis de la vacuna contra la COVID-19 y el 64% tiene ya la pauta completa. La vacunación “ha debilitado la relación” entre los contagios y las hospitalizaciones, ha señalado Patrick Vallance, principal asesor científico, en la rueda de prensa, lo que justifica el levantamiento de las restricciones a pesar del aumento de casos.
“No ha visto los datos. Esta describiendo lo que quiere que pase, no lo que puede decir que va a pasar”, ha denunciado Keir Starmer, líder del Partido Laborista. “Levantar todas las restricciones cuando los contagios están subiendo es imprudente”, ha añadido.