Josep Borrell está en Naciones Unidas, donde se celebra la Asamblea General. “Es un verdadero festival de la diplomacia: casi todo el mundo está aquí”, explica el Alto Representante para la Política Exterior de la UE, que tiene como uno de sus objetivos prioritarios en Nueva York hablar de Ucrania con sus homólogos de todo el mundo. “La guerra en Ucrania no es solo una guerra en Ucrania”, afirma Borrell: “Los ucranianos están luchando, están siendo bombardeados con misiles, y el resto del mundo se está viendo afectado por el aumento de los precios de la energía, de los alimentos, por la creciente inseguridad y los altos tipos de interés”.
“El gran problema al que nos enfrentamos hoy es el riesgo de no tener gas en invierno”, explica Borrell: “Y Putin está esperando al general Invierno. El general Invierno siempre ha acudido al rescate del ejército ruso cuando las cosas se han puesto difíciles para ellos. Con Napoleón y Hitler, el general Invierno llegó, y Putin está esperando al general Invierno creyendo que los europeos se debilitarán. Y nos enfrentamos a la perspectiva de bajas temperaturas y un suministro insuficiente de gas, y resistiremos las bajas temperaturas si es necesario”.
“Podemos decir que esta es una tormenta perfecta”, prosigue Borrell: “Donde los altos precios de la energía y de los alimentos, inducidos por la guerra, han creado una crisis financiera inminente. Todo el mundo está siendo afectado. Y nosotros, los europeos, tenemos que hablar más con el resto del mundo”.
En ese interés por aumentar la interlocución con el resto del mundo está la lucha por el relato: “Tenemos que ver cómo contrarrestar la narrativa rusa que intenta convencer a la gente de todo el mundo de que este problema está siendo causado por nuestras sanciones, cuando en realidad es consecuencia de la propia guerra. Nos centraremos principalmente en las consecuencias globales de la guerra en Ucrania, que se están extendiendo por todo el mundo y han creado una situación muy inestable y peligrosa”.
“La guerra está afectando a todo el planeta, no es sólo contra Ucrania. Se trata de todos nosotros”, argumenta el Alto Representante: “Estamos firmemente convencidos de que al defender a Ucrania, defendemos los principios de que todos los que vienen aquí a Nueva York han firmado los principios del derecho internacional, la soberanía y la independencia de los países. Y seguiremos explicándoles a nuestros socios en Asia, África, América Latina quién es el verdadero culpable de la creciente inestabilidad, crisis energética y alimentaria”.
“El secretario general [de la ONU, António Guterres] ha dicho que es una tormenta perfecta”, recuerda Borrell: “Y es verdad. Hay muchas crisis que se avecinan, muchos problemas que afectan a la comunidad internacional mundial. No es consecuencia de las sanciones, como la narrativa rusa quiere convencer a la gente, sino de la guerra en sí y el bloqueo de cereales y fertilizantes ucranianos”.
El jefe de la diplomacia europea reconoce: “Hay un cierto sentimiento, lo he estado hablando con mis colegas, sobre si podemos soportar las consecuencias de esta guerra. Y en este caso, cuál es la salida. Porque la gente quiere que la guerra termine, y que termine pronto. Pero, ¿cómo? Y tenemos que defender la idea de que Rusia no puede ganar esta guerra. Rusia no puede invadir al vecino y obtener una parte de él. Este es el mensaje importante que tenemos que pasar a la comunidad internacional. Éste es un momento en el que tienen mostrar el compromiso con el derecho internacional, con la Carta de las Naciones Unidas y con los principios básicos que sustentan la paz y la cooperación en el mundo”.
En la última reunión informal de ministros de Exteriores de la UE, se acordó poner en marcha una misión de entrenamiento europea para el Ejército ucraniano. “Espero que el próximo Consejo de Asuntos Exteriores en octubre se pueda tomar una decisión que sea bastante rápida para los estándares europeos. Lo discutimos en el consejo informal justo después de las vacaciones, a principios de septiembre. Y si podemos llevar una propuesta a la mesa de los ministros de Asuntos Exteriores en octubre, será realmente un procedimiento bastante rápido. Primero se debe acordar con los ucranianos cuáles son sus necesidades y cómo podemos proporcionar un valor añadido a esta misión”.