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El choque de Elon Musk con la justicia brasileña da alas a la extrema derecha

Elon Musk durante un festival en Cannes, Francia, en junio de 2024.

Bernardo Gutiérrez

Río de Janeiro (Brasil) —
5 de septiembre de 2024 22:13 h

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Este martes un hacker llamado Azael reivindicó el ataque sufrido por los sistemas informáticos del Supremo Tribunal Federal, la Policía Federal y la Agencia Nacional de Comunicaciones de Brasil. CyberHunters justificó su acción como una respuesta a la decisión del magistrado Alexandre de Moraes de bloquear el acceso a la red X en el país sudamericano.

CyberHunters usó el ataque de denegación de servicio distribuido o DDoS, es decir, una sobrecarga por el número de accesos habitualmente de bots. Aunque la caída de los sistemas no llegó a diez minutos, estuvo llena de simbolismo: la web del despacho de abogados Barci de Moraes, dirigido por la mujer del juez, también fue atacada. Además, el hacker Azael dio la exclusiva informativa al canal de You Tube Mundo Polarizado, cuyo presentador está vinculado al Partido Liberal de Jair Bolsonaro.

El ataque de CyberHunters, grupo que afirma luchar contra la corrupción en países gobernados por la izquierda, visibiliza nuevos horizontes del choque frontal entre Elon Musk y la justicia brasileña. La extrema derecha está denunciando censura contra la libertad de expresión para reforzar su agenda y recuperar fuerza. Algunos pesos pesados del bolsonarismo están usando la red social X con VPN, desobedeciendo la orden judicial. Al menos ocho senadores están utilizando X saltándose la restricción para atacar a Moraes y el presidente Lula da Silva.

Flávio Bolsonaro, hijo del ex presidente, pidió en dicha red el impeachment de Moraes, afirmando que el Supremo “es el gran cáncer de la democracia brasileña”. El senador Marcos do Val, cuya cuenta no fue bloqueada por X tras los incidentes antidemocráticos del 8 de enero de 2023, continúa tuiteando como si nada hubiera ocurrido. Sérgio Moro, el exjuez que maniobró ilegalmente para encarcelar a Lula da Silva, también se sumó a los desobedientes de X: “Continuaré posteando mis opiniones, incluso las críticas en esta red que constituye un importante instrumento del mandato”. Hamilton Mourão, general en reserva y vicepresidente de Jair Bolsonaro, fue un poco más allá: atacó a Lula divulgando un bulo sobre un supuesto homenaje del Gobierno al Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra durante el desfile del 7 de septiembre, día de la independencia de Brasil.

La revuelta de Musk también ha sido abrazada por diputados como Níkolas Ferreira y Carla Zambelli, cuyas cuentas en X está en el ojo de la justicia desde hace meses.

Día de la independencia

El bloqueo de la red X en Brasil, lejos de haber mermado a la extrema derecha, está dándole alas. Los eventos oficiales del 7 de septiembre, fecha secuestrada por el bolsonarismo durante años, se verán empañados por la manifestación convocada en São Paulo por Jair Bolsonaro. Si el año pasado Lula intentó recuperar la celebración para la democracia, este ha invitado al juez Moraes, así como al resto de integrantes del Supremo, para demostrar apoyo al poder judicial frente a los ataques.

En los últimos días, Musk no ha parado de insultar al juez, a quien ha acusado de ser “dictador”, “tirano” y “criminal”. Además, Musk llegó a amenazar a Lula con una “aprensión recíproca” de bienes brasileños en Estados Unidos, tras el embargo decretado a la cuenta de banco de Starlink en Brasil (Musk no tiene ninguna autoridad para hacer algo así en Estados Unidos y también lleva una campaña personal contra el actual Gobierno y la vicepresidenta y candidata Kamala Harris).

Las energías de Musk están puestas en incendiar la convocatoria de la manifestación de São Paulo. Divulga contenido de cuentas bolsonaristas, incentiva convocatorias e incluso fotos suyas con Bolsonaro.

Si en años pasados el bolsonarismo se conjuraba el 7 de septiembre para desplegar nacionalismo y valores conservadores, en 2024 el impeachment contra el juez Moraes ha tomado el relevo. La extrema derecha ha puesto en marcha campañas para presionar a senadores y diputados a favor del proceso de destitución. A pesar de que su ejecución legal es casi imposible, esto puede ser un factor aglutinador para la movilización.

Efecto boomerang

Un análisis de la consultora Eurasia Group destaca que la prohibición de X “ayuda a reforzar el mensaje de que los tribunales están exagerando y el campo de la derecha tiene que mover ficha”. El efecto boomerang del cierre de X es, según la consultora, especialmente beneficioso para Bolsonaro y para su partido de cara a las próximas elecciones municipales de octubre.

Starlink, la empresa de internet vía satélite de Elon Musk, empezó a bloquear el acceso a la red X en Brasil el martes, tras cuatro días de desobediencia. Habiendo perdido el plazo para recurrir la decisión de Moraes de bloquear sus cuentas, Starlink empezaba a correr el riesgo de que sus vehículos, aeronaves y embarcaciones en Brasil fueran embargados. Starlink ha cambiado de actitud para intentar desvincularse del proceso contra la red social X y para intentar revertir el bloqueo de sus bienes.

Aunque Musk no ha reducido un ápice sus críticas contra la justicia brasileña, sus postura ha cambiado ligeramente tras reunirse con la embajada de Estados Unidos en Brasilia. La embajada dijo en una nota que está al tanto de la situación entre el Supremo Tribunal Federal y la plataforma X: “Resaltamos que la libertad de expresión es un pilar fundamental en una democracia saludable. Por política interna, no comentamos decisiones de tribunales o disputas legales”.

Medios brasileños han publicado que la embajada estadounidense ha recomendado a Musk nombrar representación legal de X en el país, sin la cual no es posible la activación de recursos judiciales.

Según el diario Folha de São Paulo, Musk ha tanteado a varios ejecutivos para ser representantes de X en Brasil. Ninguno aceptó, ya que Musk sigue negándose tanto a bloquear los perfiles en X acusados de contenido golpista, como a pagar las multas establecidas por la justicia. El representante legal no solo vería su papel reducido a responder a cientos de procesos judiciales, sino que corre el riesgo de ir a la cárcel.

Mientras la multas de X crecen en Brasil, la extrema derecha aprovecha el impasse para catapultar la convocatoria de protesta este sábado en São Paulo. En una nueva reinvención del día más patriótico del año, los manifestantes rendirán pleitesía a un ex presidente inhabilitado políticamente en riesgo de ir a la cárcel (Jair Bolsonaro), a un pastor evangélico que emite habitualmente sermones de contenido antidemocrático (Silas Malafaia) y un multimillonario extranjero que se niega a cumplir la justicia brasileña (Elon Musk).

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