El Reino Unido debate hoy su respuesta a Siria aunque retrasará cualquier decisión sobre una intervención militar a un dictamen de la ONU en un intento por actuar “de manera consensuada” y ante la “preocupación” nacional a que se repita lo sucedido en Irak en 2003. Así lo señaló el ministro británico de Exteriores, William Hague, en un comunicado emitido anoche ante la sesión de urgencia convocada hoy en el Parlamento para que los diputados voten sobre el principio del uso de la fuerza en respuesta al ataque con armas químicas contra civiles del día 21 cerca de Damasco.
La moción que debaten hoy los parlamentarios británicos señala que, “antes de que haya una implicación directa del Reino Unido en una acción semejante (una intervención en Siria), deberá producirse otra votación en la Cámara de los Comunes”. El Partido Laborista anunció ayer que se opondrá en el Parlamento a la resolución del Gobierno sobre una respuesta militar a Siria si no otorgaba el tiempo necesario a los inspectores de la ONU.
Hague indicó que la moción presentada por el Gobierno “refleja el reconocimiento del primer ministro de la profunda preocupación que hay en este país sobre lo que ocurrió en Irak”, cuando el Reino Unido se alió con EEUU para invadir ese país en busca de armas de destrucción masiva que nunca aparecieron. “Eso lo tienen en cuenta todos los partidos políticos, con lo que seremos claros en que estamos decididos a adoptar medidas contra los crímenes de guerra, contra crímenes contra la humanidad -y esto es lo que constituyen las armas químicas- pero también procederemos en la medida de lo posible de manera consensuada”, apuntó el ministro conservador.
La ONU explicó este domingo que solo su misión de expertos puede determinar de forma imparcial el posible uso de armas químicas en Siria sobre la base de evidencias recogidas sobre el terreno.
“Únicamente la misión de la ONU está capacitada para establecer de forma imparcial y creíble los hechos sobre el uso de armas químicas basándose en las pruebas recogidas sobre el terreno”, declaró el portavoz jefe de Naciones Unidas, Martin Nesirky.
El presidente de Siria, Bachar al Asad, ha asegurado que su país podrá enfrentarse a cualquier agresión internacional y que la amenaza de intervención militar anunciada el viernes por su homólogo estadounidense, Barack Obama, no alterará los principios de Siria ni su lucha contra el “terrorismo”.
El presidente indicó que su Ejército está consiguiendo una victoria tras otra y no se detendrá hasta que restablezca la seguridad en todo el país, según hizo saber a uno de los máximos responsables de política exterior de Irán, Alaeddin Bourujerdi.
El secretario de Estado de EE UU, John Kerry, ha asegurado que el régimen de Damasco utilizó gas sarín en el supuesto ataque químico contra su población, que Washington atribuye al Gobierno de Bachar al Asad. En una entrevista en la NBC, Kerry ha revelado que los análisis realizados a muestras de sangre y vello recogidas en la zona confirman que se usó el sarín.
“En las últimas 24 horas hemos sabido gracias a muestras que fueron entregadas a Estados Unidos procedentes de los primeros en llegar (al lugar del ataque) en el este de Damasco y que ahora han sido analizadas y muestras de pelo y muestras de sangre han dado positivo por trazas de sarín”, ha afirmado.
El Gobierno sirio ha pedido este domingo al secretario general de Naciones Unidas que asuma sus responsabilidades a la hora de evitar una agresión internacional contra el país árabe y persiga una solución política para la crisis después de que presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunciara ayer los preparativos de una operación militar de carácter limitado en Siria tras acusar a Damasco de perpetrar un ataque químico a finales de agosto.
El representante especial de Siria ante la ONU, Bachar al Jaafari, ha solicitado al Consejo de Seguridad que mantenga su papel como válvula de seguridad y evite el absurdo uso de la fuerza fuera del marco de la legitimidad internacional, según hizo saber en sendas misivas enviadas tanto al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, como a la presidenta de turno del Consejo de Seguridad, Maria Cristina Perceval.
El ministro del Interior francés, Manuel Valls, ha pedido a la comunidad internacional que forme una coalición para intervenir en la guerra en Siria porque el país no puede afrontar esta clase de operaciones en solitario.
“No podemos ir solos”, hizo saber Valls durante una entrevista al medio galo Europe 1 en la que indicó, no obstante, que la intervención es una medida “necesaria”.
La oposición francesa, encabezada por la Unión por un Movimiento Popular (UMP), ha reclamado este sábado al presidente galo, François Hollande, que informe y someta a votación en el Parlamento cualquier participación francesa en el conflicto en Siria.
El más enfático ha sido el vicepresidente de la UMP, François Fillon, quien ha instado a Hollande a que “mida” los riesgos de una intervención militar. “Francia no puede ir a la guerra sin un claro respaldo del Parlamento”, ha sentenciado Fillon.
La Casa Blanca envió este sábado al Congreso estadounidense un proyecto de resolución para autorizar el uso de la fuerza contra Siria, después de que el presidente Barack Obama anunciara que buscará el respaldo del Legislativo para llevar a cabo una acción militar en ese país.
El proyecto de resolución, elaborado por funcionarios de la Casa Blanca, no establece ningún plazo para llevar adelante esa acción militar. Además, establece que el “objetivo” del uso de la fuerza militar de EE UU contra Siria debe ser evitar que se empleen en un futuro “armas de destrucción masiva” en ese país.
El viceministro de Exteriores y Expatriados de Siria, Faysal Mikdad, ha avisado este sábado de que un posible ataque de Estados Unidos no será un “picnic” y que el Gobierno dara una respuesta “firme”.
Una advertencia a la que se ha sumado Irán, ya que según el comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria iraní, el general Mohamad Alí Jafari, cualquier ataque contra Damasco “rebasará las fronteras sirias”, ya que una acción “limitada” por parte de Washington es “solo una ilusión” a su juicio.
Obama ha tomado la decisión de no tomar ninguna decisión hasta que el Congreso permita el uso de la fuerza contra el régimen de Asad. En una decisión sorprendente que no estaba en los cálculos de nadie, y más desde la derrota de Cameron en la Cámara de los Comunes, el presidente ha pasado la responsabilidad al legislativo, donde el resultado de la votación es imprevisible.
“Leading from behind”, lo llamaron algunos cuando Obama dejó que Cameron y Sarkozy llevaran la iniciativa en la guerra contra Gadafi. Luego los republicanos utilizaron esa idea para burlarse del presidente y de sus supuestas carencias de liderazgo. Aun así, Obama nunca pidió permiso al Congreso para intervenir en Libia.
El presidente de la cámara, John Boehner, ha confirmado que los congresistas estadounidenses no regresarán antes de sus vacaciones para tomar una decisión sobre la intervención militar en Siria, según cuentan AFP y USA Today, a pesar de la petición de permiso por parte de Barack Obama al Congreso para atacar Damasco.