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EEUU ha enviado más soldados y aviones tras cada escalada de Netanyahu
Opinión - Los secretos de alcoba del 23F. Por Carlos Fonseca

EEUU ha enviado más soldados, buques y aviones a Oriente Próximo tras cada escalada de Netanyahu en la guerra

El Grupo de ataque del portaviones USS Lincoln navega en las aguas de Oriente Próximo el 8 de agosto de 2024

Javier Biosca Azcoiti

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El guion de EEUU se repite al milímetro desde hace un año de guerra. Israel lanza un ataque y, cuando la guerra llega al borde de la expansión regional, EEUU anuncia el despliegue de aviones, buques y soldados adicionales en Oriente Próximo. Mientras habla con optimismo de las negociaciones por un alto el fuego, su estrategia no se ha centrado en intentar parar la matanza de su aliado israelí en Gaza ni sus operaciones en territorio de otros países como Siria, Irán, Líbano o Yemen, sino en la disuasión de los enemigos de Israel a través de su poderío militar para que no respondan y que no estalle una guerra regional.

“EEUU no está dispuesto a frenar ni a utilizar su influencia para presionar a Israel, en particular en lo relacionado con el alto el fuego en Gaza, pero también para evitar nuevas provocaciones regionales”, decía a elDiario.es Daniel Levy, exnegociador israelí durante los mandatos de Ehud Barak e Isaac Rabin en varios procesos de paz y actual presidente del think tank US/Middle East Project. “El método preferido de desescalada es una combinación de generar ruido y expectativas sobre un alto el fuego para comprar tiempo a la vez que escala su amenaza de cara al eje iraní, incluido con despliegues militares adicionales en la región”.

En 2024 EEUU ha expandido su presencia militar en Oriente Próximo hasta llegar a aproximadamente 40.000 soldados.

Comienza la matanza

El 21 de octubre de 2023, dos semanas después del ataque de Hamás y del inicio de la ofensiva israelí —que ya entonces se cobraba la vida de casi 4.400 palestinos (62% de ellos mujeres y niños) y cuando un 42% de las casas estaban ya destruidas o dañadas— EEUU anunció su primer gran despliegue en la zona.

El secretario de Defensa, Lloyd Austin, anunció entonces el envío de un grupo de ataque de portaviones (una unidad de combate compuesta habitualmente por 7.500 soldados, 75 aviones, un submarino de ataque, un buque de reabastecimiento, entre cuatro y seis destructores, un crucero de guerra y un portaaviones) y un escuadrón de cazabombarderos F-16 (compuesto entre 15 y 24 aviones). También desplegó un sistema antimisiles y varios batallones de misiles Patriot por varios puntos de la región. Por último, puso en alerta operativa varias fuerzas ya desplegadas en la zona.

El despliegue tenía tres objetivos, según el Pentágono: proteger a las fuerzas de EEUU en la región —en la diana por su apoyo a Israel en su ofensiva militar—, “apoyar el derecho de Israel a defenderse” y “evitar un conflicto más amplio en la región”. Al despliegue estadounidense, el Pentágono también reforzó el arsenal israelí con munición de precisión, bombas, artillería y “asesores para ayudar a los oficiales israelíes a mitigar las bajas civiles”, entre otros.

“Desde el atentado terrorista de Hamás, hemos dejado muy claro que no queremos que la situación en Israel se convierta en un conflicto regional más amplio”, declaró el secretario de Prensa del Pentágono, Pat Ryder. “Nuestro mensaje a cualquier país o grupo que esté pensando en intentar aprovecharse de esta situación para ampliar el conflicto es: No lo hagan”.

Ataque al consulado iraní en Siria

El intento de disuasión no funcionó. Desde entonces, Hizbulá continuó lanzando cohetes contra objetivos de Israel y los rebeldes hutíes de Yemen lanzaron una serie de ataques contra buques mercantes en aguas del Mar Rojo como respuesta a la matanza en Gaza.

El 1 de abril fue Israel el que estuvo a punto de desatar un conflicto regional con su bombardeo al consulado de Irán en Damasco, Siria, en el que murieron 16 personas, entre ellos 8 miembros de la Guardia Revolucionaria de Irán. Teherán prometió venganza.

Entonces EEUU también reforzó su presencia militar, aunque no dio detalles de las fuerzas adicionales, entre ellas varios aviones de combate de última generación F-35 que llegaron el 12 de abril, tan solo un día antes del ataque de Irán contra Israel con alrededor de 300 misiles crucero y drones. Una vez más, el objetivo era “aumentar la disuasión regional”, dijo un oficial del Pentágono al medio Military Times. Los cazas estadounidenses derribaron entonces 70 drones iraníes.

“Realmente no existe una estrategia de EEUU”, dice a elDiario.es Francis Ghilès, investigador sénior asociado del think tank CIDOB especializado en geopolítica y seguridad. “Son prisioneros de Israel y de la política extremista de Netanyahu. Biden es un proisraelí como ningún otro. Posiblemente más que Trump. Con Obama es posible que hubiera una reacción diferente”, añade.

“EEUU está perdiendo su capacidad de influir en las crisis internacionales. Cada vez tienen menos influencia. Hablan mucho, tienen un ejército enorme, pero no tienen una visión del mundo. Su única visión es bloquear a China, Irán y Rusia, pero eso no puede ser. El mundo ha cambiado y son prisioneros de su incapacidad política hacia Irán, con el que no saben qué hacer”, dice Ghìles.

Asesinato de Haniyeh en Irán

En una cuidadosa operación secreta, Israel mató el 30 de julio al líder de Hamás, Ismail Haniyeh, cuando estaba invitado en Teherán para celebrar la toma de posesión del nuevo presidente de Irán. Agentes israelíes se infiltraron en la poderosa Guardia Revolucionaria Iraní y dejaron explosivos en lo que supuestamente era uno de los edificios mejor guardados de la capital. La operación dejaba en evidencia a Irán con un ataque en su territorio y contra uno de sus invitados y aliados.

Tan solo dos días después, EEUU anunció un nuevo despliegue militar “para aumentar la protección de las tropas estadounidenses y para defender a Israel”, dijo entonces Sabrina Singh, secretaria de Prensa adjunta del Pentágono. El refuerzo estuvo coordinado directamente entre Joe Biden y Benjamin Netanyahu, que hablaron por teléfono un día después del asesinato de Haniyeh. Una vez más, EEUU cubriendo las espaldas de Israel tras arriesgadas operaciones de escalada regional.

Washington repetía el mismo mensaje: “Esto enviará un mensaje de disuasión” y “apoyará la desescalada”. “Seguiremos instando por una desescalada y la mejor forma de que eso ocurra es un acuerdo de alto el fuego”, añadía mientras enviaba más soldados a la zona.

El Pentágono no detalló en que consistía ese nuevo despliegue, pero la revista Air & Space Forces informó a través de fuentes cercanas que se trataba de un escuadrón de cazas F-22 Raptor, así como más cruceros y destructores con capacidad de defensa contra misiles balísticos.

En los días siguientes, el secretario de Defensa también ordenó el despliegue de un submarino con misiles y ordenó al grupo de ataque del portaviones USS Abraham Lincoln navegar más rápido a las costas de Israel. El envío del submarino se produjo solo tres días antes del inicio de una nueva ronda de negociaciones para un alto el fuego en la que EEUU había trasladado su optimismo al resto del mundo.

EEUU justificó el refuerzo militar afirmando que Irán preparaba un atraque como respuesta esa misma semana. El ataque no se produjo.

Invasión de Líbano

Un mes después, Israel lanza una nueva gran ofensiva en Líbano, llevando, una vez más, la región al borde de un nuevo conflicto. El 17 y 18 de septiembre ejecutó una gran operación secreta para hacer explotar simultáneamente miles de dispositivos de comunicación de Hizbulá por todo el país (que hirieron al embajador de Irán en Líbano). A ello se sumaron intensos bombardeos en el sur y la capital del país contra líderes de Hizbulá. 10 días más tarde, Israel asesina al líder del grupo chií libanés, Hasán Nasrala, y anuncia una invasión terrestre de Líbano con “incursiones limitadas” en el sur del país.

¿Y qué hace EEUU? Nuevo refuerzo militar en la región. Tan solo un día antes de la invasión terrestre, el Pentágono ordena al grupo de ataque del portaviones USS Abraham Lincoln y a otras fuerzas permanecer en la zona pese a los planes de rotación programados y aumenta las capacidades de defensa aérea estadounidense. También enviaron tres escuadrones de cazas F-16, F-15 y A-10 (un total de entre 45 y 72 aviones).

“El secretario Austin sigue centrado en la protección de los ciudadanos y las fuerzas estadounidenses en la región, la defensa de Israel y la desescalada de la situación mediante la disuasión y la diplomacia”, dijo entonces Singh. Mismo mensaje que al inicio del conflicto.

Por último, tan solo unas horas antes del ataque de Irán de este martes contra Israel con misiles balísticos (como respuesta a la ofensiva en Irán y al asesinato de Haniyeh), el Mando Central del Ejército de EEUU anunció el envío a la región de tres nuevos escuadrones adicionales de cazabombarderos (cada uno de ellos compuesto por entre 15 y 24 aviones). Irán asegura que no avisó con anterioridad de su ataque (tal y como hizo en abril), pero EEUU tenía información de una operación inminente.

“Mientras EEUU no tiene estrategia, Israel acumula victorias militares tácticas que no le traen mayor seguridad. Pueden matar a 10.000 libaneses más, pero nada va a cambiar”, dice Ghìles. “EEUU ha renunciado al papel que viene ejerciendo desde el final de la Segunda Guerra Mundial como líder del orden liberal”.

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