EEUU asegura que tiene “todas las expectativas” de que Israel acepte su propuesta de alto el fuego si también la respalda Hamás
Apenas 48 horas desde que el presidente de EEUU, Joe Biden, hiciera público un plan de tres fases para el final de la ofensiva sobre la Franja de Gaza, La Casa Blanca ha vuelto a insistir este domingo en que el plan, que se llevaría a cabo en un plazo de seis semanas, cuenta con el apoyo de Israel. La Administración Biden ha declarado además que espera que Israel acepte la propuesta de manera definitiva en el caso de que Hamás también la respalde.
La insistencia de EEUU ha aumentado la presión sobre el Ejecutivo de Benjamín Netanyahu tanto en términos diplomáticos como de política interna. Si hace dos semanas uno de sus ministros amenazaba con dimitir ante la falta de un plan de posguerra para Gaza, ahora son los socios de extrema derecha los que prometen romper el Gobierno si firma un acuerdo que ponga fin a la ofensiva contra Hamás.
“Tenemos todas las expectativas de que si Hamás acepta la propuesta, como les fue transmitida una propuesta israelí, Israel dirá que sí”, ha declarado el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, en el programa 'This Week' de la cadena ABC. “Se trata de una propuesta israelí que es el resultado de intensos trabajos diplomáticos con su propio equipo de seguridad nacional y con nuestro Departamento de Estado”, ha añadido.
Kirby ha insistido en describir la propuesta como “la propuesta israelí” y ha afirmado que fue entregada a Hamás el jueves por la noche, madrugada del viernes en Europa. “Estamos esperando la respuesta de Hamás y destacamos que sus representantes la hayan acogido públicamente”, ha dicho el portavoz.
Este domingo, un asesor de Netanyahu, Ophir Falk, ha declarado al diario 'Sunday Times' que el plan de Biden “no es un buen acuerdo” pero que Israel lo acepta y admite que aún “quedan muchos detalles por resolver”. “Es un pacto con el que estamos de acuerdo”, ha reconocido Falk. “No es un buen acuerdo pero queremos desesperadamente la liberación de los rehenes, todos ellos”.
El Ejecutivo israelí se ha reunido esta tarde para tratar las negociaciones para la liberación de los rehenes así como resolver las tensiones con Egipto por el cierre del paso fronterizo de Rafah. Israel continúa en el sur de la Franja de Gaza con la ofensiva que ha sumado 60 palestinos muertos en las últimas 24 horas, superando la cifra de 36.400 (la mayoría mujeres y niños) desde el comienzo de los ataques el pasado mes de octubre.
Apoyo de socios centristas, rechazo de los de extrema derecha
Lejos de allanar el camino para el alto el fuego, el empuje de EEUU ha aumentado la presión sobre Netanyahu. Sus dos ministros de partidos ultraderechistas del Gobierno de coalición israelí, Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir, amenazaron en la noche del sábado con tumbar al Ejecutivo si se llegaba a una tregua con Hamás. Smotrich y Ben Gvir alegan que el plan no garantiza que Hamás sea “destruido”.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ha declarado además este domingo que su ejecutivo estudia “un Gobierno alternativo a Hamás” en Gaza. “Aislaremos zonas (en Gaza), expulsaremos a los miembros de Hamás de estas zonas e traeremos otras fuerzas que permitan la formación de un gobierno alternativo”, ha dicho Gallant en un encuentro con las tropas.
Tanto el presidente israelí, Isaac Herzog, como el jefe de la oposición, el centrista Yair Lapid, mostraron hoy su apoyo al Gobierno para que acepte el acuerdo. “Si se retracta ahora, sería una sentencia de muerte para los secuestrados y una crisis de confianza con los estadounidenses y los países mediadores”, ha dicho Lapid en X.
Herzog, por su parte, ha recordado este domingo en Jerusalén que “según la tradición judía, no hay mayor mandamiento que redimir a cautivos y rehenes, especialmente cuando se trata de ciudadanos israelíes a quienes el Estado de Israel no pudo defender”.
La oficina de Netanyahu ha reiterado este fin de semana que las condiciones de Israel para poner fin a la guerra en Gaza no cambiarían: la destrucción previa de las capacidades militares y de Gobierno de Hamás, la liberación de los rehenes y lograr que Gaza ya no represente una “amenaza” para Israel.
“Israel seguirá insistiendo en que se cumplan estas condiciones antes de que se establezca un alto el fuego permanente. La idea de que Israel acepte un alto el fuego permanente antes de que se cumplan estas condiciones es imposible”, concluye el mensaje en X.
Hamás también pide a Israel que se pronuncie
Por su parte, el alto funcionario de Hamás Osama Hamdan ha declarado en el canal Al Jazeera que Israel “necesita anunciar explícita y claramente su compromiso de alcanzar un acuerdo que conlleve a un alto el fuego integral, una retirada completa de Gaza, (y) la entrada sin restricciones de ayuda para albergar y ayudar a los desplazados”.
Hamdan también ha criticado que la formulación de Biden, que alude al fin total de la guerra tras una primera fase de tres semanas y la liberación de rehenes, está basada en ideas y en un “marco general” carente de detalles. Según el anuncio de Biden, en la primera fase de seis semanas habría un alto el fuego completo, se retirarían las tropas israelíes de todas las áreas pobladas de la Franja y serían liberados varios rehenes, entre ellos mujeres, ancianos y heridos, a cambio de la excarcelación de centenares de prisioneros palestinos.
Pero durante esas seis semanas, Israel y Hamás deberán negociar los detalles de la segunda fase que incluiría “el final permanente de las hostilidades”, la liberación del resto de rehenes, incluidos soldados, así como la retirada del Ejército israelí de la Franja.
El líder de Hamás ha recordado que la milicia palestina ya aceptó una propuesta de tregua el pasado 6 de mayo presentada por los mediadores, que según EEUU es casi idéntica a la actual, y que fue Israel quien la rechazó al considerar sus demandas “inaceptables” y dio inicio a la invasión de Rafah.
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