EEUU pide en Bruselas sanciones más duras contra Venezuela
El representante especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams, se encuentra en Bruselas esta semana para pedir a la Unión Europea que imponga sanciones más fuertes contra el gobierno de Nicolás Maduro. Existe “mucha alineación” entre la postura de la UE y EEUU respecto a Venezuela, ha asegurado Abrams en una rueda de prensa. Ambos buscan “la restauración de la democracia y el regreso de la prosperidad al pueblo de Venezuela”, ha comunicado el representante, que también señaló los “abusos de derechos humanos” detallados en el informe publicado por Michelle Bachelet, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.
Abrams alega que busca endurecer la postura de la UE hacia el Gobierno de Maduro con la esperanza de que la presión adicional consiga que las negociaciones con el régimen venezolano “den fruto”. Su visita a Bruselas forma parte de la política exterior existente de EEUU hacia Venezuela y el representante mantuvo su previa retórica, enfocada en imponer sanciones—coordinadas entre EEUU y sus aliados—al Gobierno de Maduro con el fin de desestabilizarlo. El representante estadounidense es una figura neoconservadora polémica en la política exterior de EEUU y su nombre ha sido asociado con el escándalo Irán-Contra de Reagan y la guerra en Irák de Bush.
“Las sanciones funcionan mejor cuando son multilaterales”, ha recalcado Abrams, quien asegura que la colaboración multilateral marcará la diferencia entre las sanciones impuestas por EEUU a Venezuela y las impuestas a Cuba. Existe “un apoyo considerable a escala global para la oposición democrática” de Venezuela, ha afirmado el diplomático estadounidense. Asimismo, ha negado que la oposición venezolana se encuentre dividida y mantiene que los partidos políticos todavía respaldan al presidente de la Asamblea Nacional (AN), el dirigente opositor Juan Guaidó.
Entre esta colaboración multilateral se puede incluir el proceso de activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, anunciado el lunes por el embajador de Venezuela a la Organización de Estados Americanos (OEA), designado por Guaidó. Se trata de un pacto de defensa mutua firmado por 23 estados miembros de la OEA. Aunque Venezuela se retiró del tratado en 2013, la Asamblea Nacional opositora votó para el país se reintegre el julio pasado. Según Abrams, no se trata de acción militar sino un “órgano de consulta” donde las partes del tratado pueden mejor coordinar e integrar su respuesta a la crisis venezolana.
Si bien Abrams ha negado que EEUU se esté acercando a una intervención militar directa en Venezuela, el representante ha reiterado la afirmación del presidente Trump que “todos las opciones están sobre la mesa” aunque se haya enfocado en aplicar presión económica, financiera y política sobre el Gobierno de Maduro.
La preocupación es más por un posible conflicto armado entre Venezuela y su país vecino, Colombia. Este martes, las Fuerzas Armadas venezolanas realizarán una serie de ejercicios militares en la frontera, bajo órdenes de Maduro, y Abrams admite que EEUU ha considerado si el mandatario “deliberadamente intenta escalar tensiones” entre los dos países. “Tengo esperanza de que las Fuerzas Armadas de Venezuela no permitirán que Maduro los llevé a tomar riesgos adicionales”, ha expresado Abrams. En el caso de que ocurra un conflicto armado transfronterizo, Abrams ha dicho que EEUU apoyaría a Colombia.
Un factor añadido es el resurgimiento de las FARC en Colombia, liderados por su número dos 'Iván Márquez'. “Todavía no sabemos cuántos lo apoyan”, ha informado Abrams, pero afirmó que Márquez se encuentra en Venezuela. “No existe duda” de la presencia de las FARC en Venezuela y de su relación (y la relación del ELN) con el régimen de Maduro, que ha ofrecido “apoyo peligroso para grupos narcoterroristas”, ha asegurado Abrams.
Aunque el presidente colombiano Iván Duque ha anunciado que denunciará a Maduro ante la ONU por “auspiciar y proteger a grupos terroristas”, EEUU no tiene previsto agregar Venezuela a su lista de países que promueven grupos terroristas. Con cierta ironía, Abrams admite que en ese caso se presenta una paradoja legal—para ello se necesita reconocer al mandatario y, según el diplomático, “No existe un gobierno de Maduro en lo que a nosotros respecta”. Una reunión entre Trump y Maduro durante la Asamblea General de la ONU (que sucederá el 17 de septiembre) sería “muy pero muy sorprendente”.
En respuesta a la movida de la sede de PDVSA, petrolera estatal venezolana, de Lisboa a Moscú, Abrams ha mantenido que demuestra la “cada vez mayor dependencia de PDVSA en el Gobierno ruso y Rosneft” como clave “para la supervivencia del régimen”. El representante reconoció que un futuro EEUU podrá evaluar la necesidad de imponer sanciones a la empresa energética rusa, que ha facilitado la compra del crudo venezolano a pesar de las sanciones impuestas.
En cuanto a la crisis de refugiados que ha afectado a toda la región, EEUU ha destinado otros 120 millones de dólares para los países vecinos que reciben el flujo abrumador de migrantes (más de 4 millones según la ONU). Aunque el junio pasado el Gobierno de Trump rechazó la idea de ofrecerle un estado de protección temporal a los venezolanos en EEUU, un proyecto de ley con este fin fue aprobado por la Cámara de Representantes en julio. “Si no hay cambio, haremos más,” ha asegurado Abrams: “Y le pediremos a la UE que ayude también”.