Los empresarios apremian a Tsipras para llegar a un acuerdo con la troika: “El daño del cierre de los bancos es incalculable”
¿Desabastecimiento? En Atenas, hoy por hoy, no se nota. ¿Dificultades para sacar dinero del cajero? Al margen de algunas colas, en función de la hora y el cajero elegido, la máquina sigue dando billetes. ¿Problemas para comprar comida? Los establecimientos no lo presentan. ¿Acopio de víveres y combustible? En Atenas, no se percibe. Pero, ¿hasta cuándo?
Fuentes empresariales consultadas sostienen que la situación seguirá más o menos normal durante una o dos semanas, y recuerdan que el control de capitales ha durado años en Chipre e Islandia. “Sobre todo se nota en las importaciones y en las exportaciones, porque están congeladas las transferencias para pagar”, explica a un delegado comercial español en Atenas.
Tsipras ha ganado el referéndum, ha agrupado en torno a sí a la oposición y ahora se encuentra de vuelta a las negociaciones con dos prioridades: que el BCE le suelte más crédito y que los acreedores acometan una reestructuración de la deuda.
Grecia ha entrado este lunes en la segunda semana de cierre de bancos y control de capitales, y se está estudiando la posibilidad de reabrir las oficinas para algunos serivicios a partir del jueves–giros, ingresos...–. Han vuelto a producirse colas de jubilados sin tarjeta de débito para sacar parte de su pensión del banco, pero más tranquilas que la semana anterior. Y en algún detalle se va notando el efecto de que el BCE ya no haya ampliado la liquidez a las entidades financieras griegas después de que el Gobierno de Alexis Tsipras anunciara la convocatoria del referédum del domingo pasado en torno a la última propuesta de la troika: la mayoría de los comercios ya no aceptan pagos con tarjetas de crédito, hay farmacias que empiezan a tener problemas de suministros y los empresarios apremian a Tsipras para llegar a un acuerdo: “El daño del cierre de los bancos es incalculable”. El cierre bancario trae consigo que las transferencias internacionales a los proveedores se detienen, y las empresas, comercios, hospitales, farmacias y el resto de sociedades tienen una cantidad limitada de efectivo.
El reportero de Bloomberg Ilya Gridneff ha encontrado una farmacia con una lista de medicamentos que se le están agotando.
La Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas ha enviado una carta al comisario europeo de Sanidad, Vytenis Andriukaitis, en la que alerta de que “en el peor escenario, si Grecia no llega a un acuerdo con sus acreedores y es forzada a salir del euro, la integridad de la cadena de suministros de medicinas corre peligro y supondría un riesgo para la salud pública”. Y reclamaba “diálogo para concretar planes de contingencia”.
Precisamente la Unión Europea está preparando un plan de ayuda humanitaria que incluye la compra de alimentos y de medicamentos para paliar los efectos del corralito, tal y como adelantó eldiario.es. Schulz aseguró que discutiría el plan con los líderes esta misma semana.
El presidente de la confederación griega del comercio (ESEE), Vassilis Korkidi, se ha dirigido Tsipras públicamente “de griego a griego” para trasladarle un “sentido mensaje de agonía”: “Le deseo fuerza y éxito para alcanzar un acuerdo que logre la salvación de nuestro país y le libre de la bancarrota”.
“Las importaciones, las exportaciones, las fábricas, las empresas, el transporte, todo está congelado”, había señalado Korkidis en un reportaje de The Guardian: “Los únicos sectores con demanda son el alimenticio y los combustibles”. Korkidis afirmaba también que en una semana la economía ha perdido 1.200 millones de euros: “Incluso en el mejor escenario de cerrar un acuerdo rápido, se tardará meses en recuperar las pérdidas por tener los bancos cerrados. Ahora que se ha decretado, el control de capitales puede durar un año”.
Constantine Michalos, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Atenas ha asegurado que sufrirá uno de los sectores económicos más importantes del país: el turismo, que supone una quinta parte de su PIB, de 350.000 millones en 2008 a 240.000 en 2014. “Estamos en la época de mayor turismo y no podemos proveernos de bienes básicos como alimentos y medicinas. Corremos el riesgo de dañar no sólo a los 10,5 millones de griegos, sino también a los turistas”, ha afirmado.
De momento, de acuerdo con la Confederación Griega de Turismo, las reservas de última hora están cayendo un 30% con respecto al año anterior, pero no se están produciendo cancelaciones.
“Tenemos dinero, pero nuestras manos están atadas”, le cuenta Maria Mavrikos a The Wall Street Journal, encargada de importaciones y exportaciones de Mavrikos Imports SA, una empresa del Piro que provee de comida y bebida a los barcos y a comercis locales. “El dinero sólo está en las pantallas de los ordenadores, no es dinero real”. Mavrikos no puede pagar a sus proveedores internacionales: “Tienen miedo de no cobrar, a pesar de que trabajamos con ellos desde hace años. Yo estaría igual”.
Mientras tanto, los mercados en Atenas parece no estar resintiéndose aún del bloqueo bancario. Según un estudio de la Universidad de Atenas, así se distribuyen las importaciones de alimentos en Grecia: carnes, 29%; derivados lácteos, 17%; cereales y comida de animales, 8,4%; grasas vegetales, 4,9%; y el resto, 40,3%.