El cómputo del 99,99 por ciento de los votos da a Evo Morales una victoria electoral por cuarta vez consecutiva en Bolivia, aún pendiente de la proclamación formal por un órgano electoral al que la oposición acusa de fraude.
El Tribunal Supremo Electoral ha publicado el recuento, a falta solo de ese 0,01 que corresponde a cuatro actas de votación anuladas en la región amazónica de Beni, sobre las que todavía no se ha pronunciado.
Morales obtendría esta cuarta victoria por la mínima, con tan solo una diferencia del 0,56 por ciento, mientras que había ganado holgadamente con el 53,72 en 2005, en 2009 con su techo electoral del 64,22 y en 2014 con el 63,36.
El líder del Movimiento al Socialismo (MAS) logra esta vez el 47,07 por ciento, pero suficiente para imponerse al opositor Carlos Mesa, que queda en el 36,51 por ciento, en espera de la proclamación definitiva de resultados por el órgano electoral.
La ley electoral exige el 50 por ciento de los votos más uno o el 40 con diez puntos de ventaja sobre el segundo. El mandatario boliviano llega al 10,56 por ciento de diferencia, con lo que evita una segunda vuelta con Mesa.
Enfrentamientos por los resultados
Por la noche han seguido los enfrentamientos entre defensores y detractores de Morales y con la Policía, en regiones como Santa Cruz y Cochabamba, y la tensión frente al órgano electoral en La Paz, resguardado por un fuerte cordón policial.
Mesa ha advertido de que no va a reconocer este resultado porque existe “un gigantesco fraude” a favor del mandatario para evitar una segunda ronda. Morales gana en seis departamentos del país y Mesa en los otros tres.
El opositor ha recibido el respaldo la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE) y los gobiernos de Argentina, Brasil, Colombia y Estados Unidos, para que haya esa nueva cita con las urnas al margen de este conteo, ante las dudas sobre todo el proceso electoral en su conjunto.
El resto de partidos
En tercer lugar se sitúa el pastor presbiteriano de origen coreano Chi Hyun Chung, del Partido Demócrata Cristiano, con el 8,78 por ciento de los votos, la sorpresa de estos comicios en los que apareció en su recta final.
Cuarto es el senador Óscar Ortiz, de la alianza Bolivia Dice No, con el 4,24 por ciento, que junto a otros opositores y dirigentes de movimientos cívicos se ha sumado con Mesa a una coordinadora en defensa de la democracia.
Las otras cinco candidaturas quedan por debajo del 3 por ciento, con lo que perderían su personalidad como partidos políticos, incluidas fuerzas históricas en el país como el Movimiento Nacionalista Revolucionario.
El recuento se desarrolló entre protestas en gran parte del país, con ataques en los últimos días a sedes del órgano electoral en varias regiones, a quien la oposición y movimientos cívicos considera al servicio del presidente. Este viernes están convocados paros en ciudades como La Paz, sede del Gobierno y del Legislativo, para mostrar el rechazo a los resultados.
Morales da legitimidad al resultado
Frente a las denuncias de fraude, Morales ha defendido que la victoria que le concede el recuento de votos “es constitucional”. “Ganamos con más del 10 por ciento, es constitucional”, ha dicho en referencia a la diferencia del 10,56 por ciento que tiene sobre Carlos Mesa.
Morales, el primer presidente indígena salido de las urnas en la historia de Bolivia, ha acusado a la oposición de “desconocer al voto indígena”. El mandatario se ha referido a la coordinadora por la democracia creada por la oposición, que llama a la movilización pacífica para forzar una segunda vuelta electoral.
Igualmente se ha pronunciado sobre la OEA: “¿Qué clase de organismo internacional es?”, ha preguntado, dispuesto a que la OEA realice una auditoría en vez de cuestionar el proceso antes de conocer los resultados. “No tengo ningún problema”, ha dicho sobre una segunda ronda.