Implicaciones en África del regreso de Trump a la Casa Blanca: alivio para líderes autoritarios y competición con China
El elefante republicano vuelve a la Casa Blanca en Estados Unidos. Tras una reñida campaña electoral de poco más de 100 días entre Kamala Harris, candidata demócrata, y el republicano Donald Trump, el magnate se ha hecho con la presidencia del país. Las reacciones a la victoria de Trump resuenan en los feudos de la Unión Europea, en las cuentas de X de líderes como Viktor Orbán en Hungría o Volodímir Zelenski en Ucrania, y también en África, donde el retorno de Trump levanta expectación a lo largo y ancho del continente.
Desde Marruecos, el rey Mohamed VI felicitó a Donald Trump por su elección y auguró “horizontes más amplios” en la relación bilateral entre los dos países. A esa felicitación se sumaron otras potencias regionales como Sudáfrica, Nigeria y Kenia. Precisamente, este último país es uno de los grandes aliados de Estados Unidos en el continente, sobre todo tras la designación de la nación como “aliado principal fuera de la OTAN” durante la legislatura de Joe Biden. Otros líderes, como los de Etiopía, Egipto, Somalia, Burundi y Guinea-Bisáu se han sumado al reconocimiento y las felicitaciones diplomáticas.
Más allá del del plan de Marruecos en el Sáhara
En diciembre de 2020 Donald Trump se convirtió en el primer líder de un país occidental en reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. Washington vinculó su decisión con la formalización al mismo tiempo del Acuerdo Tripartito entre Marruecos, Estados Unidos e Israel, a través del cual Israel y Marruecos restablecieron sus relaciones en distintos ámbitos que llevaban décadas suspendidas.
A pesar de que durante la legislatura de Biden se mantuvo el reconocimiento estadounidense de la marroquinidad del Sáhara, el plan de Rabat no ha trascendido a la práctica. Es ahora, con la vuelta de Trump, cuando se prevé una extensión de los lazos diplomáticos, económicos y militares, entre los que destaca la apertura de un consulado estadounidense en Dajla (Sáhara Occidental), así como la extensión de las maniobras y ejercicios militares denominados Africa Lion hacia el Sáhara Occidental. Africa Lion es el ejercicio militar más importante del Comando de África del Ejército de Estados Unidos, que se lleva a cabo en Marruecos, Ghana, Senegal y Túnez.
El plan estadounidense de establecer una delegación diplomática en Dajla se anunció por primera vez el 10 de diciembre de 2020, tras una conversación entre el monarca Mohamed VI y Trump. Unos días más tarde, el 24 de diciembre, el secretario de Estado estadounidense anunció el establecimiento de un “puesto de presencia virtual” como primer paso hacia la creación de la nueva misión diplomática.
Ahora, y según el Institut Geopolitique Horizons (IGH), la apertura podría producirse a lo largo del mes de noviembre, a falta de la confirmación oficial. Aun así, a pesar del cambio político estadounidense, el mismo informe señala que el momento de esta inauguración parece estar más relacionado con la reciente visita de Estado del presidente francés, Emmanuel Macron, y del esperado anuncio de la apertura de un consulado francés en El Aaiún.
Por otro lado, según cuenta el medio marroquí Morroco World News, el asesor principal del presidente estadounidense electo, George Lombardi, sugirió que una segunda administración de Trump podría poner fin definitivamente a la disputa del Sáhara Occidental, llevando a Argelia y al Frente Polisario a negociar los términos de un acuerdo político.
La seguridad y el discurso conservador
En los últimos dos años de Gobierno de Biden (2021-2025) Estados Unidos se ha visto sobrepasado por la oleada golpista en África occidental y, concretamente, en el Sahel; por el retroceso en los derechos humanos, la ausencia de democracia y la irrupción de otros actores extranjeros como Rusia y China.
“A pesar de que en el primer mandato de Trump el continente africano quedó en un segundo plano mediático, sí que se efectuaron movimientos destacables en términos de seguridad y terrorismo”, asegura el profesor de la Universidad de Girona y analista político de temas africanos e investigador del Grupo de Estudios Africanos (GEA), Sebastián Ruiz Cabrera, en una conversación con elDiario.es.
El investigador destaca, principalmente, el papel que tuvo la Administración Trump (2017-2021) en la lucha contra grupos terroristas como Boko Haram en Nigeria y considera que “continuará priorizando” esta lucha en su segundo mandato. Sin embargo, no se repite la misma historia si miramos a Somalia y la lucha contra Al Shabab. En este caso, en 2020 Trump ordenó retirar las tropas estadounidenses del país del cuerno de África a principios de 2021, poniendo en riesgo los esfuerzos en la lucha contra el grupo yihadista –una medida que Biden revirtió posteriormente–.
Por otra parte, “Trump ha mostrado un estilo muy pragmático en sus relaciones internacionales, especialmente con regímenes autoritarios o de corte populista. Esto, sin duda, podría beneficiar a ciertos líderes africanos que justamente han sido criticados por su falta de democracia, como en Egipto, Uganda y Camerún”, explica Ruiz Cabrera.
A lo largo de los últimos años, algunos países como Uganda, Ghana o Mali han criminalizado la homosexualidad, siguiendo una tendencia conservadora cercana a los valores del Partido Republicano, a diferencia de las bases ideológicas del Partido Demócrata.
Tablero geopolítico con China
En lo económico, Trump probablemente acentúe su rivalidad comercial frente a China en el tablero africano. La política exterior del republicano se define por la salvaguarda de los intereses de EEUU: “Estados Unidos luchará en la pugna por los intereses geopolíticos a través de herramientas económicas”, explica el profesor de la Universidad de Girona. Entre esas herramientas, el profesor destaca la oferta de alternativas financieras más favorables a la preocupación de los países africanos alrededor de las deudas contraídas con China. Entre los años 2000 y 2009, China eximió de pago alrededor de 3.200 millones de euros de deuda; y renegoció otros 14.150 millones de deuda con países africanos.
Actualmente China, la segunda mayor economía del mundo, es el principal socio comercial del continente africano y está accediendo a las reservas de recursos naturales como el oro, el litio, el cobre y las tierras raras. “China está desarrollando el macroproyecto mundial con la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda que busca crear infraestructura moderna en África a cambio de concesiones de recursos. A pesar de que Donald Trump no va a poder competir de repente con el proyecto chino, sí utilizará los resortes económicos que tiene a su disposición”, añade Ruiz Cabrera.
La situación geográfica de países como Somalia, Yibuti o Etiopía son de interés geopolítico para los actores extranjeros, incluido Estados Unidos. Durante la primera Administración Trump se planteó el reconocimiento de Somalilandia, lo que podía desembocar en la activación de un conflicto regional entre Egipto, Somalia, Eritrea y Etiopía. Ruiz Cabrera explica a elDiario.es que “de momento no se ha producido un reconocimiento formal de la independencia de Somalilandia”. “Las relaciones de seguridad y cooperación antiterroristas seguirán siendo una prioridad con posibles incentivos económicos”, concluye.
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