Una jornada electoral pasada por agua -inundaciones incluidas- y un recuento mucho más lento de lo previsto dejan aún algunas incógnitas en las singulares primarias que Argentina celebró este domingo. Pero las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) tenían esta madrugada un claro ganador. Daniel Scioli, el candidato del Frente para la Victoria de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, se colocó desde el primer momento en el primer lugar. Scioli, con un 37,7% de los votos se sitúa 8 puntos por encima de Mauricio Macri, el alcalde de Buenos Aires y líder del centroderechista PRO.
Sin embargo, en la ecuación por fuerzas políticas la diferencia se reducía a menos de la mitad. Cambiemos, la alianza que encabeza Macri y que suma al histórico partido radical y a Coalición Cívica ha arañado un 30,69% de los sufragios, mucho más cerca del FpV fundado por Néstor Kirchner. Por detrás, UNA, otra alianza, con el experonista Sergio Massa a la cabeza y un 20,51%. El resto de fuerzas que se medirán en las elecciones generales de octubre son los Progresistas (Margarita Stolbizer), el Frente de Izquierdas (Nicolás del Caño) y Compromiso Federal (Adolfo Rodríguez Saa). Para conseguir un lugar en las generales debían superar el 1,5% de los votos.
El objetivo de Scioli era lograr la sensación de que la elección de octubre ya estaba ganada, y para ello necesitaba alcanzar los 40 puntos con más de 10 de diferencia sobre la segunda fuerza. Es el margen por el cual en las elecciones generales no necesitaría someterse a una segunda vuelta o ballotage. Sin embargo, y aunque buena parte de las mesas que faltaba escrutar pertenecían a la provincia de Buenos Aires, su territorio -es el gobernador-, el recuento lo dejaba lejos de esa ventaja. Por eso la euforia de Cambiemos, que cree que con este resultado provisional forzarían un enfrentamiento en segunda vuelta para el que podrían aglutinar el voto de otros partidos de la oposición.
Con todo, Scioli es el claro favorito para suceder a Cristina Fernández al frente del gobierno en Argentina. La incógnita de cómo se configure dentro de apenas dos meses esa lucha por ocupar el sillón presidencial quizá empiece a desvelarse cuando se conozcan los resultados definitivos de unas primarias un tanto peculiares, en las que se enfrentaban todas las fuerzas políticas argentinas, tuvieran que decidir o no sus candidatos, y en las que estaban llamadas a votar más de 32 millones de personas. En un país en el que acudir a las urnas es obligatorio, hubo una participación del 72% del censo.