Para unos, populares y socialdemócratas, era un avance democrático. Para otros, como los liberales y Emmanuel Macron, el sistema de spitzenkandidaten era una trampa de los partidos mayoritarios porque no se fundamentaba en listas electorales transnacionales. Sea lo que fuere, lo cierto es que el mecanismo funcionó por primera vez en 2014. Y esta vez, en 2019, ha fracasado.
La cumbre convocada para el 20 y 21 de junio en Bruselas con el fin de aupar a la presidencia de la Comisión a Manfred Weber (PPE). Frans Timmermans (PS) o Margarethe Vestager (liberal) se ha topado con el mismo muro que en cada reunión mantenida entre los diferentes negociadores, entre los que se encuentra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez desde el mismo 26 de mayo por la noche. Es más, ya el 28 de mayo hubo una cumbre exploratoria en la que los líderes de la UE expresaron las mismas posiciones que casi un mes después: cada familia se enroca en su candidato, y como ninguna familia quiere el acuerdo de las otras dos para cualquier cosa, pues el bloqueo es total.
Y así, enrocados cada uno en su spitzenkandidat han logrado matar al sistema, porque abocan a buscar a otro de fuera de la terna, con el fin de ser ratificado por el Consejo Europeo entre el 30 de junio y el 1 de julio, porque el 2 de julio se vota en Estrasburgo al presidente del Parlamento Europeo, quien también va en el paquete.
Y es que, en principio, lo novedoso de 2019 es que se está intentando negociar el paquete completo: presidentes del Consejo Europeo, Comisión Europea, Parlamento Europeo, jefe de la diplomacia europea y, a otro, el presidente del Banco Central Europeo.
“Ninguno de los tres tiene el acuerdo del Consejo”, ha dicho el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, “tenemos que volver a empezar y ver qué distintas opciones tenemos. Las familias políticas tenemos que diseñar ese método que nos permita llegar a buen puerto. Hay que volver a empezar y buscar gente de mucho perfil político, capacitación técnica y experiencia”.
“Lamento mucho que Frans Timmermans no haya podido ser la persona elegida, pero la política es así y así hay que vivirla”, concluyó Sánchez, quien subrayó que tiene el “objetivo de que la socialdemocracia esté representada suficientemente visible en las instituciones”.
La canciller Angela Merkel, quien fue la principal valedora del alemán Manfred Weber como candidato del PPE, se resignaba este viernes, tras concluir el Consejo Europeo, a dejarlo caer. ¿Muere así el sistema de los spitzekandidaten? “No puedo dar una respuesta, habrá que esperar y ver”, respondió. “Yo no quiero tomar una decisión contra Francia y ellos tampoco contra Alemania. En algún momento tendremos que encontrar una solución”.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE volverán a Bruselas el 30 de junio a las 18.00, tras dos días en Osaka en el G-20, para terminar de cerrar el reparto de cargos. Y si no lo tienen listo por la noche, volverán a reunirse el día 1 de julio por la mañana, cuando ya estarían en una zona de riesgo, toda vez que el Parlamento Europeo elige el día 2 de julio a uno del pack: el presidente de la Eurocámara.
Los criterios para los puestos son un rompecabezas, porque intervienen: la familia política, el género y la procedencia –país grande/pequeño; norte/sur; este/oeste–.
Y en ese rompecabezas el nombre de Angela Merkel sale de forma recurrente, aunque ella intenta borrarse siempre. “Estoy un poco triste de que mi voz no esté aparentemente siendo respetada”, dijo al ser preguntada de nuevo sobre si se ve en un cargo europeo.
“Es evidente que sí puede haber un presidente de la Comisión del Partido Popular Europeo”, reconoció Sánchez, una vez perdida la batalla por Frans Timmermans, si bien tiene el “objetivo” de que “la socialdemocracia esté representada suficientemente visible en las instituciones”.