En la plaza Regjeringskvartalet de Oslo, Noruega, un mural de Picasso lleva luciendo en la fachada de uno de los edificios más singulares de la ciudad, el Bloque Y, desde 1969. Hasta esta semana. Las autoridades han iniciado este lunes la operación de desmontaje de dos obras del artista, la de la fachada y otra en una pared interior, para la posterior demolición del inmueble, que alberga sedes de oficinas del gobierno noruego. El Bloque Y, como otros de la plaza, fueron testigos y víctimas en 2011 del atentado ultraderechista de Anders Breivik, que dejó allí 8 muertos para luego completar su matanza con 69 víctimas más en la isla de Utøya.
La demolición es parte de los esfuerzos gubernamentales para reconstruir la zona y la sede del gobierno, informa The Guardian, con el argumento de hacer un edificio más moderno y más seguro. El plan lleva siete años acumulando críticas internacionales por el valor arquitectónico y artístico del Bloque Y. En Noruega la demolición ha dividido de manera drástica a la opinión pública: algunos dicen que la estructura, construida en 1969, es fea y merece ser arrasada, mientras que otros han pedido su protección.
Pero ha llegado el momento. Operarios de la Dirección General de Obras Públicas (Statsbygg) han despegado de la fachada del Bloque Y el mural de 'Los pescadores' y de su interior también 'La gaviota', en una operación que finalizará este viernes con su traslado a una zona próxima en la que serán conservados hasta 2025, cuando esté listo el nuevo complejo gubernamental.
Pablo Picasso colaboró ââcon el escultor noruego Carl Nesjar, quien convirtió los diseños del artista español en grandes obras de hormigón. Además de la de Oslo, las otras colaboraciones se pueden encontrar en Nueva York y en Barcelona –en la sede del Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña–.
Usando una pared exterior completa del Bloque Y, Nesjar le dio a 'Los pescadores' de Picasso un lugar prominente en la capital noruega. 'La gaviota', por su parte, es un dibujo hecho desde el suelo hasta el techo, ubicado en una pared de 60 toneladas en el vestíbulo del edificio. Ambas obras de arte serán retiradas y preservadas para ser instaladas en otro lugar, aunque los activistas dicen que el edificio y los murales van de la mano.
Movimiento en defensa de los murales
Varios organismos y personalidades de la cultura noruega han protestado, con apoyo de organizaciones internacionales como la UNESCO y una iniciativa ciudadana, por lo que consideran un atentado contra la historia nacional y la ruptura de una unidad artística, ya que los murales fueron diseñados para un conjunto concreto.
Además de esperar preservar la obra arquitectónica, los opositores a la destrucción invocan un argumento simbólico: los edificios del gobierno deberían permanecer en pie precisamente porque intentaron derribarlos.
El Colegio de Arquitectos de Cataluña hizo público en mayo de este año un manifiesto a favor de la preservación del Bloque Y y los murales de Carl Nesjar en Oslo. En el escrito, señalan que la historia de los grabados, que consideran obras de arte, “está intrínsecamente ligada a la de la sede” de la institución.
“No podemos entender la llegada de Carl Nesjar en Barcelona en 1962 para crear los murales basados en dibujos de Picasso en nuestro edificio, hoy iconos barceloneses, sin el trabajo conjunto que llevaron a cabo en Oslo cinco años antes, en 1957”, recuerdan. El manifiesto también está firmado por representantes del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, la Fundación Miró, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, el Museo de Historia de Cataluña y el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España.
Pero las peticiones de conservación no se quedan solo en la Ciudad Condal. El MoMa, Museum of Modern Art, de Nueva York también envió una carta a Noruega pidiendo que reconsiderara la decisión de derribar y modificar los murales con las obras. En Europa, la asociación cultural Europa Nostra incluye las obras en la lista de los 7 monumentos más amenazados en el continente.
La activista, cantante y compositora noruega Elvira Nikolaisen, ha declarado a Reuters: “Hay un proceso de duelo que está sucediendo”. Y agregó: “El espíritu que muchos mostraron para hacer campaña para proteger el edificio ha sido muy positivo. La gente se ha dado cuenta del valor de este arte”.
Todos los movimientos parecen haber sido en vano, porque aunque se cuide la obra, el edificio será derribado esta semana, en el año en el que se cumple el centenario del nacimiento del artista noruego Carl Nesjar, que falleció en 2015 a los 95 años de edad.