El PP europeo cumple su amenaza y rechaza con la extrema derecha una ley clave de la agenda verde
La Eurocámara logró salvar hace diez días la primera maniobra del Partido Popular Europeo contra la ley de restauración de la naturaleza impulsada por la Comisión Europea, pero ha perdido el segundo asalto. El PPE ha sumado sus fuerzas a las de la extrema derecha, además de cuatro eurodiputados liberales, y la Comisión de Medioambiente ha rechazado la propuesta del gobierno comunitario, que apuesta por reparar el 20% de los ecosistemas dañados para 2030 y que todos estén recuperados a mitad de siglo. Ahora la propuesta de rechazo tendrá que votarse en el Pleno, en principio en julio.
Bruselas y las fuerzas que sustentaban la propuesta (socialistas, verdes, la izquierda y los liberales de Renew, que la ha apoyado mayoritariamente aunque se han desmarcado cuatro de sus miembros) la han perdido por la mínima. El texto ha obtenido 44 votos a favor y 44 en contra, por lo que decae dado que en el Parlamento Europeo las iniciativas requieren tener mayoría para salir adelante.
La siguiente batalla será en el Hemiciclo de Estrasburgo en el que votan todos los eurodiputados, aunque el PPE, que es el principal grupo en la Eurocámara, pretende que la Comisión Europea retire antes el proyecto. El PPE que mandata el alemán Manfred Weber ha cumplido su promesa y ha rechazado la propuesta del gobierno que pilota Ursula Von der Leyen, de su misma familia política. La maniobra es inusual (la Eurocámara normalmente avala las propuestas del ejecutivo comunitario, aunque sea con cambios) y manda varias señales.
El PPE quiere una nueva propuesta de Bruselas
Por un lado, el alineamiento de los conservadores con los postulados de la extrema derecha en uno de los proyectos clave de la agenda europea, que es el Pacto Verde. Por otro lado, la distancia que el PPE está marcando con Von der Leyen a las puertas de las elecciones europeas del próximo 9 de junio de 2024. Weber vio hace cuatro años cómo siendo él el aspirante a presidir la Comisión Europea los gobiernos de los 27 apostaron por la que había sido ministra de Angela Merkel. El Parlamento Europeo avaló a Von der Leyen con el apoyo de PP, socialistas (S&D) y liberales (Renew).
El argumento del PPE para tumbar la propuesta de la Comisión Europea es, entre otras cosas, que pone “en peligro la seguridad alimentaria”. El viraje de los conservadores se ha producido cuando el sector agrícola está en pie de guerra en numerosos países europeos. No obstante, desde el grupo que lidera Weber tratan de poner el foco en el vicepresidente para el Pacto Verde, Frans Timmermans. “Esperamos que ahora haya entendido el mensaje”, han señalado en Twitter después de que la iniciativa se haya rechazado.
Entre los votos en contra de la iniciativa está el de la jefa de la delegación del PP español, Dolors Montserrat, que sostiene que la norma sería la “ruina para el mundo rural” y acusa a la izquierda de “criminalizar” al sector agrícola.
Por el momento la Comisión Europea no se plantea retirar la propuesta motu proprio. “El proceso no ha terminado en el Parlamento Europeo. Es el Pleno el que tiene que fijar la posición. Respetamos ese proceso que está en marcha”, ha respondido el portavoz, Eric Mamer, que ha recordado que la iniciativa salió del Colegio de Comisarios y que, por tanto, está “totalmente respaldada” por la presidenta Von der Leyen y por los comisarios que estuvieron al frente del expediente.
El principal es el propio Timmermans, que acusó al PPE de hacer una “oposición tribal” a las políticas climáticas. “Me pone muy triste que algunos están intentando meter la política climática dentro de las guerras culturales”, declaró a los periodistas hace unos días.
“Hemos agotado el 60% de los suelos”, ha advertido el parlamentario socialista César Luena, que ha sido el ponente de la iniciativa, y que ha vuelto a tender la mano al PPE de cara a la votación del Pleno, que se posicionará sobre el rechazo de la propuesta y, en caso de no salir adelante, se votarán las enmiendas para que el Parlamento Europeo fije su posición. “Ante tanta mentira, la verdad: con esta ley, se garantiza la seguridad alimentaria y la mejora indiscutible de la naturaleza para los agricultores, pescadores y ganaderos. Se beneficia la economía porque ecosistemas sanos son recursos”, ha señalado Luena justo antes de la votación en una intervención en la que ha emplazado a los conservadores a que “vuelvan al Pacto Verde” y sigan el “criterio científico”.
“Hoy ha sido vergonzoso ver al PP aliarse una vez más con la extrema derecha para tumbar el Pacto Verde Europeo. Hoy ganan quienes están en contra de la ciencia, el planeta y la agricultura”, ha denunciado la eurodiputada de Podemos Idoia Villanueva.
Confianza en una brecha en el PPE
“Esta ley es crucial para mejorar la naturaleza en Europea, que está en una situación deplorable. Empresarios, ciudadanos y científicos dicen que es necesaria”, señala el eurodiputado de Los Verdes Bas Eickhout, que confían en que haya una brecha en el grupo del PPE que permita salvar el proyecto e iniciar la negociación con los 27 y la Comisión Europea. A pesar de una campaña sin precedentes y agresiva por parte del EPP, muchos líderes del PPE votaron a favor de la ley en el Consejo de la UE. Esto da esperanza para una mayoría en julio, porque todos los eurodiputados pueden votar“, agrega.
Los ministros de Medioambiente de los 27 dieron el visto bueno a la ley de restauración de la naturaleza la semana pasada y fijaron su posición para iniciar las negociaciones con la Comisión y la Eurocámara, que es el proceso legislativo que se sigue en la UE. A pesar de que los intereses económicos y electorales comienzan a poner cuesta arriba algunos aspectos de la agenda verde europea, la iniciativa recibió el respaldo mayoritario de los gobiernos, incluidos algunos gobernados por el PPE, como Grecia. Polonia, Suecia, Italia y Finlandia la rechazaron.
La Comisión de Medioambiente de la Eurocámara, sin embargo, sí ha avalado la propuesta para la mejora de la calidad del aire e incluso ha planteado una mayor ambición que el gobierno comunitario al apostar por un mayor número de puntos de muestreo (uno por cada millón de habitantes frente a los cinco millones establecidos por la Comisión Europea). La iniciativa ha salido adelante en ese caso con 46 votos a favor, 41 en contra y una abstención.
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