Copenhague ofrece recompensas a los turistas que se comporten de manera cívica y respetuosa con el medio ambiente
Copenhague ofrecerá a los turistas incentivos económicos y de otro tipo, siempre y cuando se comporten de forma responsable. La capital danesa parece ir en contra de la tendencia de otros destinos turísticos que sufren una masiva afluencia de visitantes, y se propone cuidar a aquellos viajeros que muestran una actitud cívica y están concienciados con la sociedad y el medio ambiente.
La oficina nacional de turismo ha presentado un programa para fomentar un comportamiento responsable y sostenible con el medio ambiente. A partir de este lunes, recompensará a quienes opten por desplazarse en bici, coger transporte público o hacer tareas de jardinería o recogida de basuras en el puerto o los parques de la ciudad.
Las personas que lleven sus propias tazas de café reutilizables recibirán una bebida gratuita en determinados establecimientos de la ciudad. Otros incentivos para los turistas que tengan un comportamiento cívico incluyen un cóctel de cortesía en una azotea o poder pasar más tiempo en el complejo de pistas de esquí artificiales de la ciudad.
“Una fuerza de cambio positivo”
“Todas nuestras elecciones tienen un impacto ambiental, así que ¿por qué no tomar decisiones conscientes que nos beneficien a todos y ser recompensados por ello?”, ha dicho el equipo que ha impulsado el proyecto piloto CopenPay.
Mikkel Aarø-Hansen, de la oficina oficial de turismo Wonderful Copenhagen, explica que espera que la propuesta sirva de inspiración para otras ciudades que, como Copenhage, buscan formas audaces de tejer una relación entre turistas y vecinos que sea beneficiosa para ambas partes y genere menos desgaste. “Tenemos que garantizar que el turismo, en lugar de ser una carga para el medio ambiente se convierta en una fuerza de cambio positivo”, dice.
También está convencido de que al adoptar elementos de la llamada economía de la experiencia, el programa también fomentará encuentros más positivos entre los turistas y la población local.
“Nuestra prioridad es hacer que viajar sea más sostenible. Pero solo lo conseguiremos si la gran brecha existente entre el deseo de los visitantes de comportarse de forma sostenible y su comportamiento real”, indica. En su opinión, el reto es más difícil de lo que parece a simple vista.
“Queremos que los turistas tomen decisiones más conscientes y respetuosas con el clima y que, al hacerlo, tengan una experiencia más gratificante”, puntualiza Aarø-Hansen. La “cálida bienvenida” a los turistas que ofrece la capital danesa, como cantaba Danny Kaye, debería estar garantizada, en contraste con las escenas que se viven en otros destinos que no han sabido gestionar la oferta y la demanda turística, opinan los líderes de la ciudad.
Hay destinos turísticos que se han visto desbordados, con la ciudadanía local actuando e impulsando medidas para frenar o controlar el auge de turistas. Barcelona es un ejemplo, pero no es la única. Los turistas que solo visitan Venecia en un día y no pernoctan en la ciudad tienen que pagar una nueva tasa diaria de cinco euros, mientras que los turistas de la histórica ciudad portuaria de Dubrovnik no pueden utilizar maletas con ruedas o tienen que cargarlas a pulso debido al ruido que producen al tirar de ellas por las calles empedradas. Mallorca, Ibiza y las demás islas Baleares han adoptado medidas para limitar el consumo de alcohol. Y otros destinos están probando muchas otras medidas, desde cobrar por la visita a diseñar zonas que limitan la cantidad de turistas que pueden absorber.
CopenPay es un paquete de incentivos que estará en vigor en principio hasta el 11 de agosto. Para la Oficina de Turismo de la ciudad es un proyecto piloto que podría repetirse o ampliarse si tiene éxito. De hecho, en un futuro podría también dar incentivos a aquellos turistas que opten por llegar a la ciudad en tren y descarten el avión.
Traducción de Emma Reverter.
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